Capítulo 7. Zona muerta, parte II

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Pasaron un par de minutos, mientras las chicas seguían caminando.

Permanecian en silencio, escudriñando el campo continuamente, asegurándose de que no hubiera nadie alrededor. De repente, Emma se detuvo, sorprendiendo a Regina con la guardia baja mientras chocaba contra su espalda.

La rubia se dio la vuelta.

—¿Podrías ver por dónde por vas?

Regina puso los ojos en blanco cuando Emma se dio la vuelta, se quedó quieta y miró a su alrededor.

—¿Escuchaste? — Emma susurró, levantando sus lentes mirando a través de los árboles.

— Sí, ¿cómo no podría escuchar eso? — Regina susurró, siendo fulminada por la mirada de Emma de nuevo.

La rubia aguzó el oído y cuando escuchó un pequeño crujido agarró a Regina del brazo.

—Al suelo.

Regina no pudo evitar la pequeña sensación de emoción que se apoderó de ella ante la perspectiva de tener que esconderse de alguien. No había duda de que la intensidad de Emma puesta en el juego lo hacía más interesante. 

—Quédate en el suelo y cúbreme mi seis. —Emma susurró, rifle en mano, observando atentamente hacia todos lados por si alguien se acercaba.

—¿Qué? — Regina habló tan fuerte como pudo en un susurro.

Emma se dio la vuelta frunciendo el ceño a la morena que nunca se había visto tan confundida en su vida.

—Solo asegúrate de que nadie se acerque sigilosamente detrás de mí, Gina.

— Oh, de acuerdo. ¿Por qué no dijiste eso desde el principio? —Protestó Regina. Olvidando susurrar, la morena habló más fuerte de lo esperado.

El corazón de Emma comenzó a latir más rápido cuando escuchó dos pasos diferentes correr en su dirección. Rápidamente aparecieron a la vista y Emma, ​​sin reconocerlos, apretó el gatillo liberando una serie de balas en sucesión, impactando en sus objetivos. Segundos después, se encaminaron hacia la zona muerta, resoplando.

Una sonrisa de felicidad se formó en el rostro de Emma cuando los vio irse. No pudo evitar hacer cara de chica ruda.

—Los tengo.

—No estoy muy segura de eso. — Dijo Regina, abriendo mucho los ojos cuando observó directamente en la dirección dónde Emma había estado unos momentos antes.

Había aparecido otro contrincante. Emma buscó a tientas su rifle, que había dejado asentado, cuando la persona a lado de ella fue más rápida y levantó su escopeta en dirección a la amenaza.

Lo que sucedió justo después sorprendió a Emma con cada célula de su cuerpo. Regina cerró los ojos, apuntó con su arma en la dirección de la persona que las amenazaba, dejó escapar un fuerte grito y disparó. El enemigo no tuvo tiempo ni de apuntar con su arma.

Emma respiró levemente, viendo a Regina abrir los ojos lentamente.  Con la respiración entrecortada, ambas miraban al chico del equipo contrario, manchado de pintura.

— Bien disparado, Regina. — Le sonrió, sin molestarse en esconder su sorpresa, a la morena y guiñándole un ojo antes de irse.

Los labios de Regina se convirtieron en una sonrisa deslumbrante cuando su respiración comenzó a calmarse y se volvió hacia Emma, ​​que todavía la miraba con asombro. Regina empujó el brazo de la otra, ​​sonriendo aún más de lo que ya lo hacía.

La chica popular SWANQUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora