"Querido Louis"

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En ese momento, mi primer impulso fue ir corriendo a abrazarlo, pero no quería asustarlo de nuevo, así que lo hice despacio. Caminé hasta la cama, puse un brazo alrededor de sus hombros y lo atraje hacia mí, completando el abrazo. Sollozó un poco en mi hombro, y luego se separó.

-Lo siento, te manché la camiseta de lágrimas.

No pude evitar sonreír. Me acababa de abrir una parte de su corazón, y se preocupaba por unas gotas de agua en mi camiseta.

-Estás bien?-pregunté notando que ya no lloraba.

Me dio un asentimiento de cabeza. Nos quedamos unos instantes mas en silencio, simplemente en la compañía del otro. Levanté mi vista hacia él, esperando a ver si correspondía. No lo hizo, pero no le culpé.

-Harry, necesito que ahora me escuches a mí ¿Bien?

Él solamente dio otro asentimiento, suficiente para que yo empezara a hablar.

-Harry, lo primero que quiero decirte es, gracias por confiar en mi para contarme esa historia. No me imagino lo que te habrá costado y, aunque la situación en parte ha sido impulsada por las circunstancias, no me has echado de la habitación directamente, aun sabiendo que estabas en tu derecho.

-También es tu habitación- me interrumpió.

-Cierto, pero hay veces en las que una persona quiere estar sola y también hay que respetar eso.

Aunque seguía sin mirarme pude sentir su sonrisa.

-Bueno, como iba diciendo, me ha gustado el hecho de que tengas esa confianza en mi. Pero me pone algo triste pensar que, si la situación no hubiera sido esta, quizá no me hubieras dicho hasta tiempo después. No me malinterpretes, se que cada persona tiene su tiempo para hablar sobre sus cosas, y quiero que entiendas que siempre voy a respetar eso ¿De acuerdo? Nunca te obligaría a contarme algo si no quieres, y nunca te presionaría. Lo que quiero decir es que...me pone triste el hecho de que pensaras que quizá...que quizá yo, podría...no aceptarte o no respetar tus gustos-me dolió decirlo, pero también entendía el porqué le asustaba.

Ahora si, Harry levantó la vista, y nuestras miradas se cruzaron.

-Hazz, quiero que sepas, que cualquiera que sean tus gustos, lo único importante es que a ti te hagan feliz ¿vale?. Entiendo que tengas miedo, entiendo que no es fácil en la situación que vivimos ahora. Pero nunca quiero que te avergüences o tengas miedo de ser quien eres, o de lo que te gusta, porque eres tu y las cosas que te hacen feliz, son las que te hacen ser tan maravilloso. Si te gusta usar maquillaje, hazlo, si te gusta bailar bajo la lluvia, hazlo, pero por favor, nunca dejes de ser tu. Y si necesitas tu tiempo, yo estaré en cada paso, todo lo que me permitas estar. Y se que, en el momento en el que decidas contarlo los chicos, te apoyarán igual.

Nos miramos durante unos segundos que se me hicieron eternos.

-Gracias Louis. Por todo. Gracias por no juzgarme, gracias por escucharme, simplemente gracias. Esto significa el mundo para mi. Y...

Se quedó callado de repente, y temí que hubiera hecho algo que lo hubiera molestado, pero sentí un gran alivio cuando volvió a hablar.

-Louis yo...siento mucho haberte hecho sentir mal. Te juro que quería contártelo, solo...

Vi que los nervios y el sentimiento de culpa estaban volviendo a él, y lo frené

-Hey, Harry. Está bien. Está totalmente bien si necesitas tu tiempo, ya te lo he dicho. Se lo mucho que cuestan estas cosas. Es tu vida y tu proceso, y lo entiendo perfectamente. El miedo al rechazo siempre está, y en estas situaciones golpea el doble. Solo quiero que sepas que yo nunca voy a juzgarte por ser tú.

La sonrisa de LouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora