Querido Louis:
Es curioso como la tinta de esta pluma, la cual escribió los más alegres versos y las más poéticas declaraciones de amor, ahora escribe la más triste despedida. Mentiría si dijera que estoy preparado para esto, porque nunca lo estaré. Solo dime Louis, por favor, hazme comprender cómo la persona que es capaz de sacarte una sonrisa cuando tus fuerzas abandonan tu cuerpo y solo quedan las lágrimas; capaz de convertir una mala racha en solo un mal día; alguien con tanta fuerza en tan pequeño cuerpo, ya no existe.
Una mañana sin previo aviso, Louis William Tomlinson tomó un vuelo destino Los Ángeles, pero nunca regresó, y fue reemplazado por un chico casi idéntico: mismo nombre, datos y aspecto. Diferente personalidad. No sabía quien era aquel chico, pero no era Louis. Porque yo conocí a un chico que nunca dejaba de sonreír, y el chico que tenía frente a mí solo fingía que lo hacía. De aquel risueño y alegre joven que saltó a mis brazos en el escenario de X Factor solo quedaba el nombre y tu equipaje en la maleta. O eso pensé. Porque cuando ví como el arcoiris en un soleado día que era tu armario se transformó en una gama oscura como la noche, y como tus beanies dormitaban en el fondo de un cajón, lo supe. Cuando el iluminado azul cielo de tus ojos perdió su brillo, al igual que el rosado de tus mejillas, lo supe. Pero nunca logré entender la razón. Hasta que fui libre, o al menos, una parte de mi. Fui un tonto al no darme cuenta antes. Ojalá todas las noches de lágrimas en el hotel preguntándome porque, las hubiera dedicado a escucharte cuando salias a fumar, mirando a la nada, absorto en tus pensamientos sin nadie que los controle después de gritos y peleas sin escuchar tu versión. Me arrepiento profundamente de cada grito que te hice escuchar, aunque en ese momento no lo hiciera. Lamento no haberte dado la oportunidad de explicar tu repentino cambio de actitud y echarte la culpa de todo cuando solo intentabas protegerme. Pero te ruego que entiendas mi posición. De la noche a la mañana, los "Buenos Días" dejaron de serlo, pues ya no despertaba con tus besos.
Los mismos que tanto anhelo y tanta falta me hacen. No importaba si el otro aún dormía, porque para nosotros no había mejor manera de despertar y no podíamos enfadarnos. Hasta que un día todo eso acabó. Recuerdo la confusión en mi mente y el puchero en mis labios cuando los tuyos no me despertaron esa mañana. La primera de muchas que vendrían.
"Es que he decidido ser un buen novio y hacer caso a tus quejas sobre mi aliento mañanero Haz" decías, justo antes de ir a lavarte los dientes y darme un rápido beso en la mejilla. Y recuerdo como me hacía reír el tono con el que lo decías, como si lo tomaras en serio. Es cierto, me quejaba de eso, pero nunca lo dije en serio. Nunca me importó que Louis no se hubiera lavado los dientes primero porque eso me recordaba que, lo primero que hacía nada más despertarse y en lo primero que pensaba, era en mí.
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La sonrisa de Lou
RomanceUna mirada desde la perspectiva de Harry a su relación con Louis.