Capítulo 5
-El Pacto-
Harry y Draco estaban entre el asombro y la molestia, pero toda aquella situación tenía una gran explicación, aun así, no había forma de que pasaran por alto el hecho de que se les hubiera ocultado tanta información.
Entraron a una oficina, Harry, Draco, Dumbledore y Snape, sentado sobre un escritorio estaba una persona esperándolos.
Rondando en sus 40, atractivo y de aspecto impecable, con un fino traje color negro y una corbata anudada elegantemente con un nudo Eldredge, en fin, desde el reloj que usaba hasta sus zapatos, le anunciaba al mundo que él no era tipo ordinario y definitivamente no lo era.
-Harry, Draco, me alegro que hayan llegado aquí a salvo, su seguridad es en estos momentos lo más importante para todos. Yo soy el catedrático e historiador Ethan Williams, soy decano en la Universidad de Princeton. -Dijo dándole un formal apretón de manos a Draco, aunque quería saludar a Harry, su sexto sentido humano le indico que no debía de hacerlo. Por supuesto que Draco no dejaría que nadie extraño tocara un centímetro de su Harry, además, los dos brazos de Harry estaban rodeando la cintura de Draco, mientras que él con su brazo derecho de Draco, lo abrazaba fuertemente contra su pecho, como el buen Alfa dominante que era, como debía de ser.
-¿Usted es un muggle? -Preguntó Draco habiendo aprendido ya el concepto de esa palabra.
-Se me olvidaba que los británicos nos llaman así, en casa siempre me dicen NoMaj, pero significa lo mismo.
-¿Y qué tiene que ver usted con lo que está pasando?
-Mucho Draco. Y merecen saber todos los detalles. ¿Dumbledore me permite explicarles? -Dumbledore le cedió permiso y empezó a narrar todo.
Suspiro, era demasiada información y debía de tratar de ser lo más conciso posible.
Pero ustedes necesitan conocer las memorias de Ethan antes.
Hace unos 250 años, cuando la población Omega del mundo entero, tanto en el mágico como en el normal apenas se contaba en unos miles, hubo un pacto entre ambos.
Todo empezó cuando en un burdel de Omegas para muggles, llegaron muchos magos a liberar a los esclavizados Omegas cautivos ahí.
Sin importarles nada, rompieron dos reglas de su mundo; no hacer magia frente a muggles y no aplicar hechizos contra muggles, hacerlo podría enviarlos directo a Azkaban, pero no les importo, ellos actuaron con total valentía.
Un muggle que caminaba casualmente por esa avenida a altas horas de la noche fue testigo de eso y ayudó.
La escena fue... terrible.
Magos irrumpiendo en las habitaciones, paralizando a los Alfas que sometían a los indefensos Omegas sin piedad, a diferencia de los burdeles mágicos, los muggles tenían que esperar a que naturalmente el celo llegará a los Omegas para ofrecerlos a los clientes. No tenían pociones, hechizos o medicamentos que hicieran que su celo se adelantara.
Cuando el caos empezó a surgir, un joven mago sin nombre llegó a un cuarto donde vio la escena más repulsiva de su vida.
Una jovencita Omega en su primer celo había sido entregada a un viejo de apariencia horrenda, el mago sin nombre al ver como la tocaba, como la besaba, como levantaba sus frágiles caderas para lamer su sexo, como ella aun estando en celo mostraba resistencia y lloraba pidiendo con su voz aun infantil que se detuviera, haciendo que aquel degenerado se riera de placer, provoco a ese joven mago las mas rotundas ganas de lanzar un avada kedavra con tal de librarla de ese monstruo.
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DESTINADOS
Fiksi PenggemarHacia siglos que no nacía un Omega, pero Harry Potter era uno. Nació también su Alfa destinado y ambos corrían un terrible peligro ya que Lord Voldemort deseaba tener su propio Omega. Cuando estas destinado a amar a alguien no hay hechizos, distanc...