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Personas con todos los sentidos sufren por tenerlos, o simplemente no son felices, pero a las que nos falta uno de ellos somos felices y aprendemos a vivir sin este, en algunos casos, aún que otros piensen que sufrimos por no tenerlo,y tal ves sea así pero en mi caso no lo es, aprendí a que estar ciego no era un impedimento para ser feliz. Aún que los demás no pensaban lo mismo pues el que yo fuera ciego era para que yo estuviera triste y no feliz así es como comenzó mi tortura en la escuela, principalmente no iría por mi ceguera pero les insistí mucho a mis padres para que me permitieran dejar ir a una escuela y poder hacer amigos, mis padres no aceptaron pero con ayuda de mis abuelos los pude convencer, pero quién diría que ahí es donde todo mi tormento empezaría, las primeras semanas solo eran insultos pero conforme pasaban las semanas a meses las agresiones iban aumentando, mis padres nunca supieron de esto yo no quería que se preocuparán por mi y no me permitieran seguir llendo a la escuela, pero creo que mi mayor error fue a verles dicho a mis abuelos de esto porque ellos de inmediato les dijeron todo a mis padres lo que provocó que ellos me sacarán de la escuela y tuviera maestros privados en casa donde mi madre podía estar al pendiente de mi.
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Toda mi secundaria la pasé estudiando en casa al igual que mis primeros semestres de preparatoria hasta que un día mis padres y abuelos me dieron la mejor noticia de mi vida volvería a ir a una escuela, mi emoción era tan grande al igual que mi miedo de que pasará lo mismo que antes, pero mis padres me aseguraron que no sería así y yo les creo porque ellos nunca me han ocultado nada
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Ir a la preparatoria por primera vez fue una experiencia muy agradable en todo el proceso no escuchaba a la gente hablar de mi ceguera o algo referente a mi lo que me puso feliz, me asignaron a una guía la cual me ayudara en lo que necesite y me guiara por los pasillos de la escuela, si no mal recuerdo su nombre es Hinata Hyūga, en un principio pensé que se molestaría por tenerme a su lado pero fue todo lo contrario ella y yo íbamos en el mismo salón donde me presento a sus amigos Kiba y Shino, también me presento a su primo Neji, quien a mi parecer por su tono de voz se me hacía una persona sería pero a la vez amable, dejando aún lado eso me pude llevar muy bien con ellos a los cuales podía considerar mis primeros amigos en mi vida escolar.
En verdad quería ser feliz y ser como cualquier adolescente de mi edad.
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