Segunda temporada: 5.

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—Aiden, te dije que esto pasaría...—La chica caminó arriba.

—Esto tenía que pasar, Boo bear.

*

Sms.

—¿Quieres salir un rato? Ir al parque con Zayn, oh... idk. Es que en la semana tuve mucho trabajo y hoy es mi día libre.

—¡Claro, Harry! ¿te parece en media hora?

—No, mejor ahora, abreme.

*

Harry.

—¿Cómo van las cosas, Louis?—Sonreí y bebí un poco de mi bebida, amaba McDonals, aunque en mi infancia jamás pise esta sucursal.

—Bien, ya sabes trabajo mucho, e intento salir de esa vida adolescente que me mantenía enfermo.

—La llegada de la ratita ha cambiado tu vida, o al menos eso parece.

—No le digas ratita a Aiden, es muy buena amiga.

—Como sea, ¿sabes? Aquel muchacho la esta pasando bien con esa niña...—Sonreí y Louis también, veíamos la escena completamente entiernecidos.
Zayn estaba jugando en el pequeño patio para bebés, justo al lado de nuestra mesa.
El jugaba con una bebé, parecía realmente feliz.

*
—Papá Harry le comprará muchos helados a Zaynie y Boo bear...—Besé la mejilla del bebé y este reía, jugaba con mis rizos, le sonreía a Lou, e incluso parecíamos la familia que alguna vez fuimos.

—Es muy pequeño para helados... Harry.

—Vamos, Louis, el rizado comerá de mi helado.—Mordí levemente la mejilla del bebé, y largo una carcajada escandalosa.
Haciendo voltear a más de uno en la fila, con una sonrisa en el rostro.

*
SMS.

—Boo bear, acompañame a un lugar...

—Aiden está estudiando, no tengo con quien dejar a Zaynie:(

—Esa era la idea, que lo traigas, Tomlinson, abreme.

—Maldita sea, deja de hacer eso.

*
—Esto es genial, Harry...—Louis observaba el salón gigante que estaba a sus ojos, un inflable para adultos e incluso para bebés.

—¡Corre, Louis!—Corrí con Zayn en brazos, con cuidado de no trompezar.

—¡Espera, Harry!—Louis estaba lejos, asi que paré a esperarlo.

Zayn empezó a llorar.

—Hey, bebé, ¿qué ocurre?—El niño lloró más fuerte, miré a mi alrededor y ví lo que el bebé tanto deseaba:un muñeco gigante de Mike Wazowski.—¿Quieres esto? Papá lo ganará para ti... pequeño.—Dejé a Zayn en brazos de Louis, mientras tomé su mano libre, entrelazando nuestros dedos, y atrayéndo a ambos a mi lugar.—¿Cuanto está la partida?

— £2 libras por partida, señor.

—Está bien, quiero una partida...—Pagué sintiendome nervioso por la mirada burlona de Tomlinson, pero esto era una papilla para mi.
Tener que tirarle tiros con pintura a los soldados.

Le pegué tres tiros a los seis soldados, ganandome el peluche que Zaynie deseaba.
*

—¡Jamás había visto esto!—Louis corrió a una tienda de cómics a mitad de calle en el centro.—¡La primer historieta de Superman!—El más bajito contaba billetes de cien, pero apresure mi paso y me adentré al lugar, con el bebé durmiendo.

—Hola, quiero esa historieta de Superman en vidriera.

—¿La primera? ¡Cristo! Tendrá que ser un buen fan para tener dinero e invertirlo en esto.—Un pelirrojo acomodaba sus lentes y la sacaba de vidriera, intimidado con la mirada de desprecio de Louis, quién aún no sabía que yo estaba adentro con el bebé dormido en mi regazo.
Deje £500 en el mostrador y recibi la bolsa DC Comics.

—¡Yo la vi primero, Harry!—Sonreí y vi a Louis desilucionado frente mío, con el ceño fruncido y cruzado de brazos.—El quiere un reembolso.

—Lo siento, señor, pero las politicas de DC Comics va en contra de reembolsos de este tipo.

—¡Louis, es un regalo que tu hijo y yo te hacemos por ser un buen padre!—El pelirrojo río a carcajadas.—Tú callate.

—Si, señor.

Louis.

Quería besarlo, agredecer por las pequeñas cosas.
Pero el perdón no se compra con el dinero, se compra cuando lo sientes en el pecho.

—Harry... no hacía falta.

—¿Qué tal esto, Boo bear?—El rizado pasaba su dedo indíce por la figura gigante de Spiderman que ahí había.

—Eso es realmente caro, Harry.

—Claro que no, y es para la habitación de mi hijo, quedará genial porque combina el color azul, la quiero.

—¿Puedes escucharme, Harry?

—Señor, la figura es originaria de DC, su venta esta prohibida.

—No me importa, rojito, la quiero para el cuarto de mi hijo.

—Señor...

—Harry...

—Esta bien, quiero la figura o mis hombres destruirán este lugar.

—¡Georgia, ya basta!

—Señor...

—¡Ya basta, acepta mis £150.000!

—Si, señor, ¿me da sus datos?

—¿Crees que soy tan inútil como tú para darte mis datos e ir a la cárcel? Acepta el efectivo...

—Sí, por supuesto.

—Una cosa más... no te hagas rogar, ¿sí? Así nunca conseguirás novia.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora