09. El padre golpeador.

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—En fin, lo tengo a Louis encerrado en la mansión abandonada.—Acaricié la mejilla de Gemma.—Extraño tus abrazos, tu risa, y la manera en la que te enojabas.—Me levante y la miré desde la habitación.—Te necesito.

—Tengo sed, Harry, hace días no me dan agua.—A Louis lo tenían atado en una silla, él estaba golpeado por los que lo protegían, él bajito era bastante revoltoso, y los insultaba.

—Qué pena, tengo para mí solamente.—Harry agarró su Coca Cola y la tomo frente al más bajito, y este lo miró triste. Con vergüenza, y sufriendo la peor de las torturas.

—¿Recuerdas las galletas que preparaba Lucy?—Aún seguía con esa mirada triste, devastada, como si el estuviera sufriendo los pagos de su padre.

—¿La empleada que tu padre mató?—Harry río sínico, y él mayor lo miró con miedo. Aquél rizado sufría un gran trastorno psicológico y era culpa de Mark.

—Mata a los Tomlinson, matalos, pero deja a Tesha, por favor. Ella piensa que Mark trabaja en el zoológico, no tiene la menor idea.

—¿Ella también es hija de tu tío?

—Si, pero el se fugo cuando nació ella.

—Hay un instinto en mi que me impide confiar en ti, Louis.

—Por favor, Harry. Jamas le haría daño al chico que mas ame en mi infancia.

—¿Qué acabas de decir?

—Yo... es que... Harry...—Hice una pausa y respondí entrecortadamente.

—También sentí cosas por tí, pero solo era un pequeño.—El chico bajó la mirada, triste—Ahora soy un hombre, ya no soy aquél niño.

—Te habías olvidado de mí, ¿verdad?

—Derek me llevó al psicólogo para lograr olvidar nuestra amistad.

—Harry, yo te dejaré todo lo de los Tomlinson. Destroza a Derek, a mi madre, que se pudran en el infierno, haz lo que quieras con el hijo de Mark, pero no le hagas nada a Tesha.

—No le pasará nada.

—Harry, déjame huir a algún país con Tesha, es nuestra oportunidad de ser felices.

—Yo no...—El celular comenzó a sonar, número desconocido, decidí activar el localizador de llamadas y atendí.—¿Qué?

—Deja a mi hijo.—Reí a carcajadas—

—Quiero que me traigas los papeles de tu empresa, tu dinero no lo quiero, pero quiero los papeles a mi nombre.

—No tengo ese dinero, no arriesgare todo lo que mi familia hizo por un bastardo que siquiera es mío. Bah, llamé para nada, mátalo, y si quieres a la estúpida de su hermana.—Mi sonrisa desapareció, no pensé que este hombre era tan mierda, pero no tenía límites.

—Olvidas que Louis está trabajando para tí, olvidas que el sueldo que recibe te lo da él porque eres un fracasado al igual que tu empresa, que vende diamantes de sal.—Me cortó, y yo sabía que él me daría la empresa, sabía que él no arriesgaría su futuro por una empresa que estaba en ruínas.

—Muy buenos días, padre. Estoy emocionado por mi primer día, joder, ¿qué cargo me asignarás?—El jóven Isaac de 17 años le sonreía a su padre. Era el único hijo de Mark, y por eso el preferido.

—No trabajarás, la empresa se fundió, Isaac.

—¿Qué?—Su mirada era desilusionada, cómo si a un niño le hubieran sacado su dulce.

—Gracias a los Georgia, ¿a quién más?

—Preferentemente a HarryGeorgia.

—Aquél bastardo quiere los papeles de la empresa, tiene secuestrado a Louis, y obviamente haré lo que sea por ese idiota.

—Ja ja ja, padre,dejá que se muera. Total es un fracasado igual que su padre.

—Cállate porque ese fracasado nos saca adelante.

—¿Por cuanto más, padre?—El rizado sacudió su pelo y esté lo miró esperando una respuesta.—Sabes muy bien mi talento, sí me dejas compartirlo, el mundo estará de nuestro lado y derrotaremos a Harry.

—No sabes nada, ni cantar sabes, a si que no te esfuerces en hacer algo que no te sale.—El chico aguantó las lágrimas y lo miró con odio.

—¿Porque mierda preferiste a Louis siempre?

—Hipócrita, siempre te voy a elegir a tí, porque eres mi hijo.

—Igual lo quieres más a él.

—¿Porque mierda crees que lo golpeo aún con 22 años?

—Tienes que parar con eso, imbécil.—Y por primera vez, aquél muchacho había saltado contra su padre.—Lo matarás un día, y te quedarás en ruinas.—Él hombre lo golpeó, y esté chico le ignoró el golpe, pero siguió hablando.—Eres un estúpido, golpeas a tu hijo porque no te da mucho dinero, pero después te quejás cuando no juega en el Barcelona, no tienes noción de nada, inepto.

—¿Quién crees que eres para levantarme el tono?—Otro golpe se asomó, tirando a su hijo ferozmente.—¡Mocoso de mierda, vete de aquí, vete con la zorra y puta de tu madre!

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora