Leah Chase ha vivido toda su vida en el aburrido pueblo de Shadyside.
Solo sus amigos logran que las cosas no sean tan monótonas, en especial el risueño y alegre Simon.
La vida parecía la misma de siempre hasta que una noche todo cambia, cuando Lea...
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Agradecía que los sábados no tuviera clases. Leah se encontraba agotada luego de los acontecimientos de la pasada noche. Leah se paso la mañana entera metida en la cama. Había escuchado a su padre llegar tarde en la noche, y también lo escuchó irse temprano por la mañana. Julian golpeó a su puerta para llamarla a tomar el desayuno pero Leah simplemente o ignoró. No sentía hambre.
Escuchó el ruido del teléfono. Leah mantenía un teléfono color azul en su habitación, pero no tenía fuerzas para responder.
-¡Julian atiende eso!- Gritó, esperando que su hermano respondiera. Unos segundos después un golpe en su puerta se hizo presente.
-¡Leah, es Simon! Quiere hablar contigo, contesta.
Leah se incorporó con rapidez. Trastabilló hacia su escritorio, el cual se encontraba abarrotado de papeles, apuntes de todo tipo, lápices sin punta. Tomó el teléfono y se lo llevó hacia su oreja.
-¿Simon?
-¡Hey! Amiga, ¿Qué haces?- Se escuchó la voz de Simon del otro lado, alegre igual que siempre.
-Dormir.
-¡Vamos, Leah!- Dijo Simon. Leah podía verlo perfectamente, rodando sus ojos y sonriendo como si la vida se le fuera en ello- Son casi las 13:00 pm, ¿Qué haces en la cama aún?
-Intentando dormir- Protestó Leah- Pasé una mala noche, por si no recuerdas lo de ayer.
-Oh, mujer, tienes tanto por vivir- Habló Simon- Levántate, sal fuera y disfruta. ¿Qué harás esta noche?
-Encerrarme en mi habitación, probablemente- Contestó Leah- Oye, ¿No se supone que deberías estar trabajando?
-Lo estoy, solo me tomé un momento para llamar a mi amiga más querida en el mundo.
-Aprecio el gesto, Simon- Leah no pudo evitar sonreír.
-¿Leah?
-¿Mmm?
-¿Por qué no vienes a casa de los Cooper esta noche? Kate debe cuidar a las niñas y yo la ayudaré- Propuso Simon.- ¿Podemos ver alguna película y besarnos con desesperación?
Leah sopesó la idea negando ante las tonterías que Simon constantemente estaba diciendo.
-Iré a ver la película- Dijo finalmente.
-¡Genial! Prepara tus labios, hermosura.
-No voy a besarte esta noche, Simon- Leah dio un rodeo a la habitación. Agradecía que el cable del teléfono fuera bastante largo, de ese modo le permitió sentarse en el suelo, recostándose contra la puerta de su armario.
-Tal vez mañana te convenza.- Simon soltó una risita.- En fin, te veo esta noche entonces.
-Espera, Simon. ¿Puedes, por favor, regresarme mi esmalte de uñas?- Pidió Leah mientras se echaba un vistazo a sus uñas- La pintura ya se está borrando.
