Leah Chase ha vivido toda su vida en el aburrido pueblo de Shadyside.
Solo sus amigos logran que las cosas no sean tan monótonas, en especial el risueño y alegre Simon.
La vida parecía la misma de siempre hasta que una noche todo cambia, cuando Lea...
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Leah se había puesto una abrigo de color salmón con puntos de color blanco y unos jeans para ir a hablar con el Sheriff Goode sobre los acontecimientos de la noche anterior. Al entrar en la comisaria, vio allí a Deena, Sam y Josh. Kate estaba sentada mirando sus uñas. No vio a Simon por ninguna parte.
Kate se levantó de su asiento.
-Leah, ven, siéntate.
-Chicos, quiero aclarar que no quiero que me traten de forma delicada o diferente por lo que pasó anoche- Pidió- Lo superaré, ¿si? Lo importante es que todo se terminó.
Se escucharon pasos detrás de ella. Por la puerta principal apareció Simon. Estaba ataviado con unos pantalones de color marrón y una camisa a cuadro color blanco y amarillo. Leah creyó que se veía sumamente adorable y parecía un patito. Sonrió. Simon, la única persona que podía hacerla sonreír en momentos como aquel.
-Hola.
-Hola- Simon mostró una pequeña sonrisa.
-Deena Johnson- Llamaron. Deena se levantó para caminar hacia la habitación donde le harían preguntas respecto a lo que había pasado esa noche. Los demás fueron pasando uno a uno, hasta que le tocó a Leah.
-Entrevista con Leah Chase, Domingo 2 de Octubre de 1994- Dijo el Sheriff Goode, luego de activar la grabadora- Leah, ¿Puedes decirme que sucedió?
-Fuimos a por la receta de Sam y las luces se apagaron.- Comenzó Leah- Escuchamos un disparo, que destruyo los vidrios detrás del mostrador, así que nos escondimos detrás de este. Luego, nos mantuvimos así, no sabíamos que eran mi hermano y su novia. Se que, parecían querer matarse entre sí. Yo estaba tan asustada que no me atreví a moverme.
-¿Qué te pasó en el estómago, Leah? ¿Y la herida de tu mano?- Inquirió el Sheriff Goode.
Leah recordó el rostro desfigurado de Harry Rooker y rezaba por no tener que verlo nunca más en su vida. Sentía que el rostro la perseguiría por días, que las pesadillas no la dejarían descansar por un tiempo. Recordaba a Rooker saliendo del callejón y sonriendo, listo para matarla solo porque su pulsera estaba manchada con la sangre de Sam. Recordaba a Rooker sobre ella, intentando clavarle el cuchillo en el pecho. El dolor en su mano cuando intentaba detenerlo.
Recordaba el supermercado. Recordaba la sangre de Rooker salpicándole el rostro. Recordaba como el le había clavado el cuchillo en el estómago. Tomó aíre.
-Me caí sobre unos vidrios.
El Sheriff Goode asintió para luego apagar la grabadora y decir:
-Lamento lo de tu hermano y lo de tu amiga.
-Y yo lamento haber nacido en este pueblo.- Declaró Leah.
Fuera, Simon la esperaba. Leah tomó la mano que Simon le extendía.
