Leah Chase ha vivido toda su vida en el aburrido pueblo de Shadyside.
Solo sus amigos logran que las cosas no sean tan monótonas, en especial el risueño y alegre Simon.
La vida parecía la misma de siempre hasta que una noche todo cambia, cuando Lea...
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Asentamiento de Union, 1666
Se levantó repentinamente. No era porque los rayos del sol le estuvieran dando de lleno en el rostro. O porque las gallinas y gallos hubieran comenzado a cacarear y cantar. Simplemente era que ya estaba acostumbrada a levantarse a las 5:30 am. Colocó los pies en el suelo, restregando sus ojos para luego estirar sus brazos hacia arriba en un bostezo. Tomó sus zapatillas y se las colocó. Peinó su cabello con sus propios dedos y ató los mechones de adelante hacía atrás en una trenza. Bajó las escaleras de su casa. Se encontró de lleno con su madre.
-Oh, querida, que bueno estás aquí. Necesito que vayas por huevos al gallinero y levantes algo de harina para el pan- Dijo su madre, mientras levantaba las cubetas.- Yo iré a por agua más tarde.
-¿Dónde está James?- Preguntó.
-Tu hermano a ido a por algunos fardos de paja para los animales- Respondió su madre.- No puedo esperar a verlo casado.
-Laila es una buena chica. Lo hace feliz y James la hace feliz a ella.
-Tampoco puedo esperar a verte casada con Isaac, cariño, veo que él te hace feliz- Su madre tomó un saco vacío y lo colocó sobre la mesa- Para la harina.
-Isaac me hace más que feliz- Respondió.
No había nadie mejor que Isaac Kalivoda para hacer feliz a Helena Chase. Los ojos de la chica brillaban de solo pensar en el rubio.
-Bueno, será mejor que me vaya- Tomó el saco que su madre había dejado sobre la mesa y lo colocó dentro de una sesta que ella misma había confeccionado.
El asentamiento ya comenzaba a despertar. Las personas comenzaban a salir de sus casas, el relincho de los caballos se escuchaba a los lejos. Las conversaciones se hicieron cada vez más fuertes. Los niños correteaban por el pueblo, aun muy jóvenes para trabajar. Los hombres llevaban carretas.
Caminó entre las personas, hasta poder llegar hasta el granero de los Schmidt.
-Buenos días- Saludó a la señora Schmidt.
-¿Qué tal estás, Helena? ¿Cómo está tu madre?
-Muy bien, gracias por preguntar- Helena sonrió- Necesitaré unos cinco huevos, por favor.
La señora Schmidt tomó alguno de los huevos que tenía en una cesta y los depositó en la cesta de Helena.
-Le mandas mi saludos a tu madre.
-Así será, que tenga un buen día, Señora Schmidt- Sonrió e inclinó la cabeza para darse la vuelta. Comenzó a caminar cuando en su campo visual apareció su amiga, Sarah Fier.
-Hoy habrá luna llena- Le susurró su amiga al pasar.
-A probar los frutos de la tierra- Le contestó Helena con una sonrisa divertida. Siguió caminando, se encontró con el Pastor Miller- Buen día, Pastor Miller.
-Buen día, Helena, Dios ilumine tu día- Respondió el Pastor Miller.
-Igual a usted, Señor.
Helena siguió caminando, y se encontró con Abigail.
-Hoy habrá luna llena- Le dijo Helena a su amiga.
-A probar los frutos de la tierra- Respondió Abigail- Entonces, ¿Se verán tu y Isaac esta noche?
-Supongo que sí- Respondió Helena
-Estoy segura de que sí.- Abigail sonrió- ¿Me acompañas al pozo? Necesito agua.
Helena asintió y comenzaron a caminar hacia el pozo de agua. Helena esperó mientras Abbie hacia fila para poder tomar agua para el pozo.
-Miren, miren, miren, a quien tenemos aquí- Dijo una voz a las espaldas de Helena- Helena Chase, ¿Vendrás la fiesta esta noche? ¿Tal vez quieras un poco de diversión?
-Thomas, podrías soltarme el brazo, me estás lastimando- Dijo Helena intentando zafarse del agarre de Thomas.
-Vamos, linda muchacha, no has respondido mi pregunta aún...
-¡Suéltame!- Helena le dio un empujón un tanto molesta.
-Deja a mi hermana, Thomas, vamos, vete de aquí- James había aparecido y había empujado a Thomas lejos de su hermana- Mi hermana está comprometida, no intentes volver a acercarte, ¿Escuchaste Thomas?
Thomas se alejó entre las personas, bajo la atenta mirada de James. Al lado del hermano de Helena se encontraba Laila, su prometida.
-Si sigue molestando me encargaré yo mismo de hacerlo comer del abrevadero de los cerdos- Escupió James.
-Thomas es un borracho asqueroso, no entiendo como las personas de aquí lo soportan- Dijo Laila.
-Si dependiera de mi, les juro que ya lo habría enviado a dormir al bosque- Dijo James.
-Debo volver a casa- Dijo Helena.- Necesito pasar por la harina y hacer el pan. Nos vemos en la noche- Esto último lo dijo en un susurro dirigido a Laila. Se dio vuelta y se alejó entre las personas, sin poder ver entre la multitud a su Isaac.
Llegó a su casa, dispuesta a terminar sus tareas antes de la medianoche.
