XXIX

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El día que juramos amarnos. 

De ese día hablé tanto, que estas cartas se cansaron de tanto mencionarlo. 

Entrar en detalles no es necesario, ya que no hay mucho que decir alrededor de ello. 

Fuimos a un jardín lleno de flores y plantas de todo tipo y colores. Miré tus orbes de color y pronuncié esas dos palabras que ya hacían un pequeño ruido en mi cabeza y corazón. 

- Te amo, Querida Venus -. El "te quiero" ya no cubría todo lo que sentía, ni tampoco eran palabras que quería pronunciar cada vez que te veía. 

 Tu rostro emitió una bella sonrisa y tus pupilas se dilataron al ver las mi rostro lleno de emoción. 

Te acercaste a mi rostro y besaste estos labios pálidos por primera vez. 

- Aún no puedo emitir esas dos palabras de mi boca, pero sé que yo también lo hago. Amado Net, en este jardín tan encantador, juro amarte hasta que mi corazón tome la decisión de no hacerlo más -. Sonreí como idiota al escuchar la palabra amarte, ¿a caso así se sentía la felicidad?

- Juro libertad y sinceridad, Venus. Prometo amarte hasta que mi corazón se canse, juro que, dentro de mi pequeña libertad, te escojo. Juro que si algún día alguien más se entromete en mis sentimientos y me hace dudar de lo que siento por ti, te lo diré, al igual que juro ser débil aunque me asuste que no te quedes a amar lo que me hace vulnerable. Hoy, Querida Venus, juro amarte.

Y al final, ¿quién creería que amarte se escribía separado y que tu amor duró, hasta que tu libertad peligro? 

A marte, Venus. A marte llegó el amor que un día nos juramos.

Net.

Querida Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora