—¿Te ha gustado la película?, —la sonrisa radiante en el rostro de Lihuet no dejaba dudas de que así había sido, pero Rothgar necesitaba aumentar su orgullo varonil ya de por sí crecido solamente por tener a Li colgado de su brazo.
A pesar de que mucha gente los observaba unos con mórbida curiosidad, otros con franca desaprobación, eso no parecía afectar en absoluto a la feliz pareja que animadamente platicaba. —Me ha encantado la película, es tan buena, nunca imaginé que la mujer pudiera hacerle eso al asesino de su familia. —La sonrisa en el rostro de Lihuet era para robar el aire, y Rothgar estaba aprendiendo a aguantar la respiración por varios minutos en los cuales su embotado cerebro se olvidaba de algo tan básico solamente por ver a ese dulce muchacho, a ese paso rompería el récord de inmersión libre.
Lihuet se perdía escuchando la profunda voz de Rothgar y viendo su varonil figura, también deseaba más de la grave risa de aquel increíble hombre.
—Bien, me alegra escuchar eso, no estaba seguro de que el género de acción fuera de tu agrado, Rothgar definitivamente se sentía un ganador por escuchar la emoción de su acompañante, —y ¿a dónde quieres ir para cenar?, pide que pondré el mundo a tus pies, Rothgar caminaba con las manos dentro del pantalón, orgulloso de tener del brazo al hombre más hermoso, esa sola sensación lo hacía sentir condenadamente poderoso.
—Que te parece si vamos a tu casa y preparo algo de cenar. —Lihuet esperaba que su sugerencia caiga en buena tierra, ya que quería platicar con Rothgar, no deseaba dejar pasar ni un minuto más.
—Bien vayamos a casa si eso quieres, ambos caminaron tranquilos hasta llegar al estacionamiento subterráneo.
—¡Así que aquí estás grandísima puta!, —La voz familiar de Tito hizo que Lihuet se petrificara, no pudo evitar temblar al escuchar aquellas ofensivas palabras.
Sus ojos rápidamente ubicaron al hombre moreno y delgado que se aproximaba a ellos, Rothgar rápidamente pasó a Lihuet tras él a manera de protección, de ninguna forma permitiría que dañaran a Li.
—Vete de aquí Tito, —dijo Lihuet lo mejor que pudo.
La risa burlona se escuchó muy cerca y cuando pudo ver, observó que Rothgar y Tito se miraban con odio, pero el profesor parecía feroz, era la primera vez que Li veía a Rothgar con un semblante asesino en su rostro, y Tito no se amedrento.
—Hey hombre apártate esto es entre el marica y yo, Rothgar sintió la sangre hervir al escuchar como ese bastardo ofendía a Li. —Lihuet no está solo, lo que vayas a hablar con él será en mi presencia.
Tito se irguió y trató de jalar a Lihuet quien temeroso, pero harto dio un paso al frente, quedando expuesto, Rothgar quiso colocarle tras el nuevamente a Li pero este de un manotazo apartó su brazo. Tito sin pensarlo lanzó un golpe que no alcanzó llegar pues Lihuet de un rodillazo en la entrepierna de Tito lo derribó, haciendo a este llorar de dolor.
—Maldita perra, —gemía el hombre tirado de manera patética y humillante en el suelo, mientras Lihuet con la dignidad de una reina que sabe ganada una batalla bufó, —la maldita perra eres tú, — irguiéndose Li pisó con su delgado tacón de aguja de doce centímetros la mano de Tito mientras que el rostro de Lihuet se acercaba hasta el hombre derribado en el suelo del estacionamiento, —y escúchame muy bien Humberto, —Luhuet aspiró profundamente, —jamás en tu estúpida vida vuelvas a buscarme y mucho menos a intentar ponerme a mí o a él, —el delgado dedo del Li apuntó a Rothgar, —una sola mano encima, por ahora es una demanda para pedir que no te acerques a mí pero creo que esto lo tiene que saber mi abogado para que tomen cartas en el asunto, la voz de Li era fría y sin temor, mientras el pequeño pie bien armado se movía de un lado a otro haciendo daño al hombre que aullaba de dolor, profiriendo suplicas para que Li deje de torturarle.
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Deliciosos Pecados
RomanceY ¿Si el amor viene en formas extrañas y con expresiones diferentes? El mismo Rothgar Castillo está apunto de quebrantar su propia regla cuando conoce a Lihuet Yaotsin, cariñosamente conocido como Li. Ambos verán como poco a poco el amor nace ante s...