Deliciosos Pecados

Para mí eres todo

Los besos regresaron inmediatamente después de la confesión de parte de ambos hombres, logrando que la cocina pareciera un horno por lo cálido que ahora se sentía gracias a la excitación sexual.

—Vamos a nuestra recámara, —la voz profunda por el deseo era deliciosa, pero a Lihuet le llamó la atención la palabra "nuestra recámara", pues en ese tiempo ambos habían permanecido cada uno en habitaciones separadas.

—¿Nuestra recámara?, —preguntó Li con un suave gemido, Rothgar de mala gana se separó, y también se daba cuenta que era un asno conquistando a Li, —nuestra recámara, —recalco Rothgar volviendo a besar aún más demandante.

Li sonrió al ver el suave rubor de ese imponente y guapo hombre rubio, —vamos a nuestra recámara, —secundó Li para amortiguar la creciente vergüenza en el rostro de Rothgar, mientras que Li no tenía idea del porque de esa reacción la cual le pareció tierna por parte del rubio.

Rothgar se levantó dando un pequeño tirón en la mano de Lihuet para que este le siguiera, mientras trataba de disimular sin éxito la erección que se levantaba en sus pantalones y que le hacía un tanto difícil caminar, más sin embargo eso no lo detuvo para llegar hasta la habitación. En la puerta Lihuet quedó parado un momento mientras Roth abría la puerta, siendo consciente de su austera habitación, —mañana te llevaré de compras para que la decores a tu gusto, porque de ahora en más dormiras aquí, conmigo, dijo Rothgar con una sonrisa de lado.

Lihuet se acercó y depositó un suave beso en los labios del rubio, quien no se conformó y demandó más de esa suave y tierna boca, mientras se encaminaban al interior, Rothgar paró un momento solamente para contemplar a Li que estaba con los ojos entrecerrados, respirando con agitación y con el rostro cubierto del suave rubor del deseo que expedían sus cuerpos, —eres precioso, Rothgar acarició el cabello castaño, tan suave y tomando una hebra la llevó hasta sus labios y la besó con total devoción.

Lihuet abrió los ojos solamente para perderse en esa atenciones tan galantes y tiernas, las lágrimas se amontonaron en sus ojos; era la primera vez que le trataban de esa manera, y a la vez que se sentía amado, era la primera vez que amaba tanto a alguien que dolía, y por fin se daba cuenta que con Rothgar vivía muchas primeras veces.

Rothgar notó las lágrimas, —perdóname si te he asustado, —la voz profunda y calmada de Roth hizo reaccionar a Lihuet, no quería que el rubio tuviera una idea equivocada de lo que pasaba por su mente.

—Por favor no pienses mal, —Lihuet apoyó la frente en el sólido pecho de Rothgar y sintió el suave ritmo de una respiración que intentaba calmarse, —me hace feliz ver que contigo vivo tantas primeras veces.

Rothgar lo miraba con ternura, —bueno, es sólo el principio, ya que hoy por primera vez yo te voy a hacer el amor. —Sin esperar alguna respuesta tomó a Li entre sus brazos y lo depositó en la cama, mientras él se desabotonaba la camisa y se soltaba los pantalones. Lihuet lo observó embelesado y también se sentía torpe, como un maldito virgen.

No sabía cómo reaccionar, o que más hacer aparte de observar aquel delicioso cuerpo que sin ser grotesco, exhibía unos muy definidos músculos y un par de nalgas que a Lihuet le robaron la cordura.

También Lihuet sintió su erección a punto de estallar.

—¿Te gusta lo que ves?, —preguntó Rothgar burlonamente, sabiéndose admirado. Lihuet asintió sin ningún tipo de vergüenza por ser descubierto viendo a Rothgar.

Rothgar quedó parado frente a Li, solamente con un apretado boxer que remarcaba su bien dotado pene, el cual ya empezaba a manchar la tela.

Lihuet al ver esa gota esparcirse en la tela se relamió los labios y sin dudar siquiera tomó a Rothgar por la cadera, acercándolo a él. Aspirando ese aroma a hombre, a suyo, y besó suavemente la punta mientras su lengua húmeda recogía parte de ese sabor. Rothgar suspiró al sentir esa íntima caricia mientras su mano tomaba el cabello de Li, haciendo realidad su sueño de tocar ese pelo tan sedoso.