Formando un hogar

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—Por fin estamos solos, Rothgar no desaprovechó el momento en que Li recogía algunas cosas, para estregarse entre las suaves nalgas de su pareja Rothgar pareció disfrutar el pequeño acoso que soltó para su pareja.

Li sintió rápidamente su deseo crecer en la entrepierna, mientras se esforzaba por concentrarse y recoger algunos platos.

—Deja eso, Rothgar mordisqueaba el cuello de Li, mientras este soltaba suaves gemidos que lo único que lograban era excitar más a su pareja.

—Está bien vamos al cuarto, Li empezaba a caminar pero Rothgar lo detuvo, —no, déjame hacerte el amor en el sofá, —Lihuet suspiró ante la escena que tenía lugar en su cabeza, así que sin perder el tiempo caminaron hasta la sala, y Rothgar sentó a Li quien pensó que el rubio le pediría una felación, lo cual no sucedió pues Rothgar se arrodilló y bajó el pantalón de Li, mientras besaba profundamente a este en la boca, mezclando salivas y deleitándose con el sabor del delicioso hombre ahí sentado.

Poco a poco Rothgar bajó por el cuello, observando la piel morena de Li que quedaba ligeramente brillante por la delgada capa de sudor.

Mientras Rothgar se deleitaba en aquella suave piel, Li acariciaba los brazos y torso de Rothgar. Algo que Lihuet empezaba a amar era aferrarse a la nuca de Rothgar ya sea para besarlo o solamente para acercarlo hasta sus ojos y ver su reflejo en aquellos espejos verdes que parecían leer sus pensamientos.

Rothgar logró desabrochar el pantalón de Li y bajándolo hasta el suelo rápidamente, arrimó su rostro hasta la erección de Li que ya asomaba en esa coqueta tanga femenina que enloquecía a Rothgar, aspirando su aroma y sintiendo como si su lengua suplicara por apresar aquella suave cabeza en su lengua.

No esperando más tiempo decidió perderse en esa explosión de sabores, tan familiares ahora para Rothgar, una mezcla de pasión, perfume femenino y esencia masculina; así sabía su hombre.

Li gruñó al sentir su miembro llegar hasta la garganta de Rothgar, y sin pensarlo empezó a mover sus caderas mientras su espalda y cabeza descansaban en el mullido respaldo del sillón.

—Para ya, Li apartó a Rothgar, mientras este al levantarse se soltó el cinturón y aflojó el pantalón, mientras su bóxer revelaba una dura polla goteante, que se levantaba urgida por ser enterrada en una suave cavidad.

Li sabiendo aquello se sacó por completo los pantalones, —no te quites la tanga, la mano de Rothgar detuvo a Li de su acción de desnudarse por completo.

Rothgar sacó la bonita blusa y soltó el sostén con los dedos más nerviosos de toda la humanidad mientras sus profundos ojos cautivantes mantenían presa la mirada de Li.

—Voltéate y ponte de a cuatro, —una mano hambrienta recorrió una de las nalgas de Li, mientras la otra se bajaba los boxers.

Rothgar se inclinó un poco para acariciar la espalda de Lihuet, al tiempo que su mano derecha hacia a un lado la suave banda elástica de en medio de las nalgas de Li, dejando al expuesto un hermoso ano que hambriento se contraía de necesidad.

Rothgar chupó su dedo medio, y empezó a mover aquel dedo, metiendo y sacando, hurgando y palpando la cavidad caliente, un dedo dio pasó a otro hasta que tres dedos exploraban ahora con ayuda del lubricante.

Lihuet ronroneaba de anticipación, tocándose al ritmo de aquellos dedos.

Rothgar sintió que Lihuet ya estaba preparado, así que, tomando un condón del bolsillo de su pantalón, lo rasgó colocándolo en ese duro pene, el cual acercó hasta la dilatada entrada. Li suspiró al sentir esa cabeza siendo frotada.

—Lléname Roth, por favor, —la suplica y la manera tan íntima de llamarlo hicieron sentir a Rothgar dichoso.

El mismo se excitaba tanto, solamente con tener a ese hermoso travestido en todo su esplendor, ofreciéndose sin reparos a él, y amándole a pesar de estar saliendo de una serie de malas relaciones.

Rothgar reconoció el miedo y la desconfianza en la mirada de Lihuet cuando lo vio golpeado, y ese recuerdo le hizo hervir la sangre, como si Lihuet pudiera leer sus pensamientos volteó dejando a Rothgar satisfecho de ver ese rostro extasiado por sentirlo a él recorriendo el interior de aquel delgado y moreno cuerpo, un cuerpo que era todo para él, que era tan libre.

—Te amo, dijo Lihuet con la poca cordura que le quedaba mientras su mano recorría su propia erección. Rothgar lo tomó por la tanga y por la cintura, acelerando el empuje de sus caderas, y pudo sentir el momento exacto en que las bolas de Lihuet se preparaban para la descarga de su pasión la cual se esparció en el sofá de vinil.

Sintiendo su pene apresado por los músculos de Li, Rothgar empujó un par de veces más hasta que el mismo estuvo satisfecho y por la deliciosa follada con el amor de su vida.

Estuvieron acostados un rato en el sofá, acariciándose y dándose suaves besos.

—Vamos al cuarto jovencito, todavía tenemos muchas horas por delante y muchos años por vivir.

Lihuet besó a Rothgar con veneración, demostrándole su profundo amor y respeto.

—Te amo bebé, la voz de Lihuet sonaba segura y feliz.

—Te amo tesoro, pero debo demostrarlo cada momento que yo esté contigo, Roth dio un mordisco juguetón en el cuello de su preciso muchacho.

Ambos se dirigieron a la recámara en donde por años escribirían las mejores historias de amor y compañerismo juntos, y eso Rothgar supo que era lo perfectamente correcto para ellos.

—Poco a poco te fuiste colando por mi corazón hasta fundirte en él, ahora no puedes dejarme, pues tú te llevarías gran parte de él, —los ojos de Rothgar miraban a Lihuet, estudiando al hermoso chico que lo miraba con veneración y amor.

—Te amo, murmuró Lihuet apoyando las manos y frente en el pecho de Rothgar. Y eres mucho más de lo que yo merezco.

Rothgar lo abrazó con cuidado, sin dejar de tocar aquel delgado cuerpo, —tú eres lo más valioso que jamás he tenido. Así que no te devalúes, eres mi todo.

Rothgar aspiró el dulce aroma de su Li, convencido de que uno puede tener sus "parámetros" cuando de gustos se trata, pero el corazón es más sabio y más evolucionado para deconstruirse.

Así su tocador ahora estaría lleno de, prendedores para el cabello, brillos de labios, delineadores negros y mascaras para pestañas, de su amado travestido novio, y eso era condenadamente sexi tanto que su polla exigía otra ronda y tal vez más tarde otra más.

Eso era bueno, eso era sensacional como el hombre que caminaría a su lado por mucho tiempo.

Deliciosos PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora