"Solo nos convertimos en lo que somos a partir del rechazo total y profundo de aquello que los otros han hecho de nosotros". — Jean-Paul Sartre
¿Ser o no ser? Esa preguntaba rondaba por mi mente y creo que por la de muchos.
Ser quien quiero pero ser juzgada por la sociedad. O ser lo que la mayoría quiere pero no ser feliz, ni ser yo misma.
Si lo ponemos así suena mejor la primera opción, pero si lo cumplimos en el camino puede ser complicado.
Somos como burbujas frágiles, solo que algunas por el daño crean su capa de fortaleza pero como todo y todos llegan a su punto de quiebre y se rompen, y creo que yo había llegado a esa etapa.
Entonces, ¿ser o no ser?
Después de ese último pensamiento nocturno cerré los ojos y algo raro pasó. Las escenas que imaginaba con Nate ya no aparecían en mi mente y esa sonrisa que siempre que llevaba solo su nombre tampoco estaba. Tal vez mi mente era consciente de las grietas de mi corazón y estaba bloqueando los recuerdos.
En la mañana desperté y se escucharon risas afuera de mi cuarto. De pronto entró Luciana y es que esta chica no tocaba para nada la puerta, lo raro era verla en mi casa temprano ya que si hay algo que tenemos en común es dormir hasta tarde.
Me paré y el dolor de tobillo casi no estaba, entonces me cambié y arreglé un poco porque saldría con Lu a comprar los regalos de mi mamá, mañana era su cumpleaños y no había alistado nada. Como era de esperar, Alex también estaba en casa así que desayunamos con mis padres y salimos rumbo al centro comercial. Y es que así era todo, era hija única biológicamente pero mis padres tenían la idea de que tenían cuatro hijos; Patrick, Alex, Luciana y yo.
En el camino se nos integraron Patrick y Lucas, amaba a esa pareja y yo era su violinista en algunas salidas. Lucas y yo nos llevábamos muy bien y eso le encantaba a Patrick, es que como no querer al pelirrojo si hacía feliz a mi mejor amigo.
Debo de admitir que al inicio me costaba ver a Patrick con un chico y no porque no lo aceptara, solo que esperaba ser yo su chica. Aún así tuve una plática con él, tal y como lo prometió yo fui la primera en saber que era bisexual, pero tenía preferencia hacia los hombres.
Llegando al lugar a Alex y Lu se les ocurrió ir a comprar los regalos en pareja y claro Lucas fue con Patrick. Luciana y Alex me miraron con cierta picardía. ¿Qué significaba?
Peligro.
Observaron algo detrás de mí y justo cuando iba a voltear alguien tocó mi hombro.
—Ev-vans — saludé algo nerviosa y él me sonrió, aún me sentía apenada por mi imprudencia al cruzar la pista.
—Hola, Fer — dijo depositando un beso en mi mejilla.
Saludó a los demás y fui con él a comprar los regalos para mi mamá. Fuimos a la tienda de ropa y empecé a ver vestidos, elegiría el que se pondría para la cena y para la cita que tendría con mi papá después de eso.
Caminar con Evans era cómodo, aunque llevábamos menos de un día de conocernos sentía cierta química entre ambos, como una familiaridad.
Recorrimos toda la tienda y encontré uno rojo pasión que se vería perfecto siendo usado por mi madre así que sin pensarlo dos veces lo tomé y lo pagué. Saliendo de la tienda fui por un helado con Evans en donde hablamos de cada uno, fue muy agradable y raro a la vez el hecho de que tuviéramos casi los mismos gustos y de que supiera todo acerca de los temas que sacaba para conversar.
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Obsesiones Que Matan
RomanceLas ambulancias llegaron, la policía apuntó con sus armas por doquier. Sentí mi cuerpo desvanecerse junto al de él y con la poca fuerza que me quedaba, le rogué. -Por favor, no me dejes - sostuve su mano transmitiéndole la intensidad de mi súplica. ...