Capítulo 5

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Se sentó en mi cama y me miró algo preocupado.

—¿Por qué estabas llorando Fer? — Preguntó y fue inevitable aguantar el llanto. Él era tan lindo y amable que no merecía esto, pero sentía que no me correspondía decirle.

—Discutí con Alex, es todo —, mentí fingiendo una sonrisa y secando mis lágrimas.

—¿Tuvo que ver con Patrick? Porque cuando llegué a su casa estaba con la cara golpeada.

—Yo... solo es que —, de pronto mamá apareció en la puerta.

—Lucas, tu mamá vino por ti.

—Gracias por avisarme señora, ahorita bajo.

—Bien — dijo mi mamá saliendo de la habitación.

—¿Entonces?

—No sé, creo que ellos discutieron por otra cosa. Ya sabes, cosas de chicos.

—Bien, entonces mañana hablamos.

—¿Hablar de qué? — Me asustó la seriedad con la que lo dijo.

—Cuando venga para la cena de cumpleaños.

—Ahh eso. Claro, nos vemos.

Entonces me dio un último abrazo y se fue. Me quedé ahí y no salí para que mi familia no se diera cuenta de que tenía los ojos hinchados por haber llorado tanto.

Tomé mis audífonos y volví a escuchar música, en menos de lo que pensé me quedé dormida y le agradecí al altísimo que mi mamá no haya entrado a mi cuarto para nada más en lo que quedaba de la noche.

A las dos de la madrugada me desperté con hambre porque claro, no había cenado, así que iba a ir a la cocina pero antes revisé mi celular y encontré llamadas perdidas y mensajes de Alex.

Chat con Idiota:

Idiota: ¿Estás?
             Necesito que hablemos
             Hey
             Sé que es tarde
             Pero estoy en tu ventana
             Estaré esperando a que abras
             Si quieres podemos caminar
             Esperaré tu respuesta...
                                                         1:56 a.m.

Entonces me asomé a la ventana y efectivamente estaba ahí parado, no pregunten cómo pero logré salir de casa, aunque fue difícil porque tenía un sistema tecnológico de seguridad desde la vez que intentaron meterse a robar.

Alex me vio y rápidamente me abrazó, al menos sabía que no estaba tan molesto conmigo ahora y eso me daba paz dentro de todo este tormento.

Le devolví el abrazo y lloré una vez más, odiaba todo, mi vida, mi corazón, mis pensamientos, mis acciones y sobre todo a mí misma.

—Lo siento por enojarme contigo, pequeña — musitó Alex con una mirada triste y volví a abrazarlo haciéndole saber que no estaba molesta.

—Sé que cometí un error, realmente me siento mal, pero algo en mí no me dejó detenerme. No sé qué me pasa pero lo que sea que sienta debe desaparecer.

—No Fer, uno nunca puede luchar contra sus sentimientos. Tal vez puedes convencer a tu mente, pero no mentirle a tu corazón. Es una batalla que siempre tendremos perdida.

—Entonces debo de intentarlo al menos, no puedo dejarme ganar. Patrick solo está confundido, así que sus pensamientos no son claros y sus sentimientos no son concretos.

Obsesiones Que MatanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora