Capítulo 9

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—Entonces mis amigos y yo pensamos en ti para ir a la fiesta de playa.

—Claro, estaré ahí.

—Gracias — solté entusiasmada y colgué.

Y bueno, habría una fiesta a la que no quería ir al principio, pero Alex me convenció de que fuera a divertirme ya que lo necesitaba, no ir era parte de su castigo después de echarse toda la culpa. Para mayor seguridad decidí invitar a Evans, de paso podríamos conocernos más.

—Fairchild, ya tengo lista la ropa que nos pondremos — Lu apareció en mi cuarto con una torre de prendas, habían tantas que parecía que íbamos a viajar.

—Ya te dije que no me digas así — no me disgustaba el apellido, pero tampoco era mi favorito.

—Es inevitable, tienes un apellido muy americano, eh.

—Hey, nadie debe saber eso.

—¿Por qué ocultar que eres americana?

—Porque no me gusta decirlo, solamente lo soy porque mi mamá rompió fuente allá — solté una risita —. Pero le tengo cariño a este lugar y lo considero como mi hogar.

—¿Pero te gustaría volver a vivir ahí?

—Yo creo que no, acá tengo a mi familia más cercana, mis amigos, mis estudios y al irme sentiría que estoy dejando un pedazo de mí aquí.

—¿Y ya me contarás cómo se conocieron tus papás?

Esto parecía interrogatorio. Atención señoras y señores, con ustedes la entrevistadora Luciana le hará unas preguntas a nuestra famosa escritora ¡Fernanda! *inserten aplausos y gritos*

—Bueno, es larga la historia pero aquí vamos.

—No importa, tengo todo el tiempo — se sentó plácidamente en la cama.

—Mi mamá y el tío Edgar eran mejores amigos desde el colegio, ellos se conocieron en Estados Unidos, mis abuelos fueron con el típico sueño americano pero mi mamá nació aquí y pues al llegar allá era la rara de su colegio, más que todo por su acento al hablar inglés. Por un tiempo molestaron a mi mamá hasta que el tío Edgar la defendió y así nació su amistad.

>>Después de años mi mamá quiso volver a Wadford y lo hizo con el tío Edgar, ambos trabajaban de meseros y así conoció a mi papá. Él siempre iba a la cafetería con sus amigos y quedó embobado al ver a mi mamá, pero ella lo ignoraba —, reí al decir eso — así que mi papá tuvo que esforzarse para ganar el corazón de mi mamá. Y de paso se conocieron el tío Edgar y la tía Ana, mamá de Alex.

—Wow, hermosa historia.

—Sí, luego se mudaron a Estados Unidos porque pensaron que sería mejor que mi mamá pasará esa etapa con mis abuelos, estuve ahí hasta los siete años, en ese entonces Alex tenía ocho.

—¿Alex siempre fue así de protector contigo?

—No, de hecho la primera vez que me vio me lanzó su comida, que era puré de papas, por cierto.

—Solo a mini Alex se le ocurre eso — soltó Lu riendo.

—Exacto, pero estaba celoso porque pensó que sería la favorita.

—Y terminaste siendo su favorita.

—Y él es mi otra mitad en este mundo, somos almas gemelas pero de esas que siempre estarán juntas porque las une un amor puro.

—Amo su relación de primos.

—Igual yo, aunque no siempre fue perfecta, Alex entró en esa etapa en la que los niños no se quieren juntar con las niñas y cada vez que quería abrazarlo me decía "wacala, no me gusta juntarme con niñas" y se iba corriendo y míralo ahora, hasta se besa con una — bromeé mirándola con picardía.

Obsesiones Que MatanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora