CAPITULO XVII

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*YOUNG SAENG*
Hyun se metió en el coche, se peinó el cabello con sus manos y se puso el cinturón, pero no arrancó. Por el contrario, se giró y me miró con el ceño fruncido.

—¿Te sientes bien?

Acabábamos de salir de casa de sus padres y todo había ido tan raro como lo imaginé. Conocía a su familia por las veces que los visité, así que una vez más comprobé de dónde había sacado esa peculiaridad suya.

Nos recibió su mamá con amabilidad y gritándole a su papá para que nos viera, pues él estaba haciendo labores de anfitrión con los invitados que al vernos nos reconocimos al instante porque (ahí viene la parte en la que quiero matarlo) mi amado novio llamó a toda su familia sin yo saber nada. Así que, además de su hermano, su sobrino y su cuñada, estaban hasta los primos y tíos. Era normal que me preguntara cómo me encontrara después de semejante reunión.

Ni siquiera desde el principio fue normal. Hyun cargó en sus brazos a Da On; su papá me brindó vino de arroz y me animó a que jugara a las cartas con él, su tío y su hermano, por supuesto, me negué; los primos querían que les cantara; y la mamá por su parte, un poco más callada, sin muchos disimulos miró directamente a mi vientre, luego a mi rostro y termina en Hyun.

—¿Están juntos?

Fue lo primero que dijo la señora madre y todos centraron la atención en nosotros. Contuvieron hasta la respiración.

—Sí —Respondió tranquilamente y le dio el niño a su mamá

—Por fin. ¿Cuánto tiempo llevan?

—Muy poco. No llegamos al mes

Quería atrasar cuanto pudiera el tema a tratar a pesar de no saber cómo. Hyun no estaba muy interesado en ocultarlo más y el interrogatorio de su mamá no paraba. Estaba alucinando por el simple hecho de que nadie a no ser ella hubiera notado mis cambios físicos y tampoco preguntaran porqué Hyun había demorado tanto en visitarlos. El despiste y la independencia vienen de familia.

Hyun lo soltó con su sinceridad aplastante y sin muchos rodeos. No contó sobre sentimientos porque dentro de esa casa no se habla así, se habla así:

—Seremos padres. Actualmente estamos viviendo juntos y tengo pensado mudarnos a Jeju donde hay una casa con las condiciones necesarias para los trillizos que vienen en camino, solo falta el visto bueno de Saeng. Espero que lo entiendan y como siempre hicieron, me apoyen.

Ya. No necesitaba más palabras para decirlo. Desearía tener el valor de Hyun para decir este tipo de noticias con esa seguridad. Toda su familia lo miraba con vino y el niño con jugo en mano como si estuviera loco. El primero en acercarse fue su padre que le susurró algo en el oído a Hyun y él muy sonriente asintió, le da un fuerte abrazo y cuando se para frente a mí dice:

—Ay, mi niño. Y eso que te brindé vino de arroz. Ahora me siento mal.

También me abrazó y no me di cuenta del momento en el que Hyun acabó en el suelo con su hermano y sus dos primos encima de él. Lo gracioso fue ver a Da On que, sin entender mucho lo que sucedía, también se subió a la montaña sobre su tío. Pude verlo con una sonrisa y me hizo una seña con sus dedos para decirme que todo estaba bien.

—Nada más me queda decirte que tengas por seguro que Hyun será un grandioso padre —Me dice su mamá

—No me caben dudas —Le dije y lo levantan del suelo

—¿Voy a tener primos?

El pequeño se puso frente a mí. Hyun se arrodilló a su altura y le despeinó el cabello.

—Sí. ¿Me prometes que los vas a cuidar? —Asintió fascinado y cruzaron sus meñiques— ¿Quieres tocar? —Señaló a mi vientre y dijo que sí— Con cuidado —Lentamente el niño aproximó su mano con un poco de miedo, pero finalmente lo hizo

¡Salud, Saengie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora