—Mi nombre, Xiao Zhan.
—Es hermoso, perfecto para ti. —Alago Yibo luego de un par de segundos de sorpresa, realmente le había confiado su nombre, un nombre tan bello que ahora atesoraba en su memoria, con cuidado limpio el rostro sonrosado del menor y se quedó perdido en aquellos ojos.
—Yibo es bonito...
—¿Mi nombre, o te refieres a mi ahora? —La mirada risueña de Yibo dejo en claro que estaba bromeando, aun así, Zhan se coloreo aún más hasta que frunció el ceño y le dio un inofensivo empujón al mayor.
—¡Tu nombre! —Yibo exagero sobándose como si le hubiese dolido, pero no pudo engañar al pelinegro quien lo miro con su labio inferior sobresaliente en un adorable puchero.
—Pequeño ZhanZhan tiene fuerza—Continuo Yibo fascinado con aquella nueva faceta descubierta, Xiao Zhan pareció enfurruñarse aún más, incluso se cruzó de brazos.
—No soy pequeño, tenemos casi la misma altura. —Enfatizo el menor irguiéndose por completo, Yibo sonrió complacido al ver como aquellos ojos ya no reflejaban angustia ni miedo, parecía de hecho muy entretenido discutiendo con él.
—Sigues siendo un pequeño— El castaño apretó con cariño una de las mejillas del otro chico.
—Tengo 17 no soy un niño. —Soltó Xiao Zhan enseguida dándose cuenta por la cara de complacencia del mayor que le había revelado información demás sin darse cuenta, ¡era un tramposo! —¡Lo hiciste a propósito!
—Puede ser, pero ahora se tu nombre y edad ZhanZhan. —Yibo volvió a dedicarle esa mirada llena de calidez, una mirada que no le había dedicado nunca a nadie y que ni siquiera él sabía que tenía. Aunque por fuera se mostró divertido, por dentro Yibo se sentía preocupado y furioso. Xiao Zhan solo tenía 17 años, era un adolescente aun y se encontraba en aquella situación, quería más información, quería ayudarlo, quería hacer algo. Esto claramente era ilegal, él no conocía demasiado sobre leyes de este tipo por lo que hizo una nota mental de hacer una llamada a alguien que supiera del tema.
—¿Qué edad tienes tú? —Pregunto Zhan luego de titubear un momento, se sentía mucho más en confianza con el castaño, aun así, no sabía hasta qué punto podía preguntar sin molestarle.
—Tengo 20 años, ya vez soy tu gege. —Burlo nuevamente el mayor, había notado como Zhan volvía a cohibirse un poco por lo que busco molestarlo otra vez. Había descubierto que si se enojaba dejaba salir parte de su personalidad, la que le encantaba cada vez que veía un atisbo de ella.
—Solo son tres años. —Zhan agito una mano como restándole importancia, se dio la vuelta y camino hasta su cama sentándose en la orilla de esta, desde allí miro a Yibo en una invitación silenciosa a hacerle compañía.
Wang Yibo entendiendo enseguida se sentó junto a él, el ambiente entre ambos se sentía mucho más relajado y la atmosfera de la lúgubre habitación había cambiado por completo, entre bromas y anécdotas de parte del castaño, las sonrisas de Zhan aumentaron llegando a deslumbrar a Yibo. Incluso pudo escucharlo reír mientras le contaba como durante un campamento escolar, habían tomado el colchón inflable con YiXuan durmiendo en el aun y lo habían dejado en medio del lago. Para cuando el pobre despertó, un pequeño pajarito picoteaba su mejilla, acabo cayendo al agua en medio del pánico confuso de haber despertado allí.
—Debiste verlo salir todo empapado y furioso, nos persiguió por todo el campamento. — Agrego Yibo con gracia, descubrió entonces que la risa cristalina de Zhan era su nuevo sonido favorito en el mundo.
Continuaron charlando sumergidos en esa atmosfera de bienestar, de risas y comentarios graciosos. Cualquiera que los viera pensaría que se trataba de dos simples adolescentes divirtiéndose, el rostro de Xiao Zhan se iluminaba de ilusión con cada historia que le contaban, la vez anterior había disfrutado también de escuchar al mayor. Esta vez era diferente, se sentía más libre, más cómodo y en confianza, aportaba a la conversación haciendo preguntas o incluso bromeando de regreso a lo que Yibo le decía.
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Porque te encontre [YiZhan]
FanfictionYibo, universitario de buena posición económica acaba de cumplir 20 años y sus mejores amigos como una broma lo llevan, sin que él sepa a un burdel en el barrio rojo de HongKong. Lo meten a una maloliente habitación de una casona al azar. Allí cruz...