Capitulo 7

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—Déjame sacarte de aquí...

El susurro íntimo llegó al menor haciéndole estremecer, le gustaba muchísimo la voz de Yibo, le gustaba todo de él en realidad. Su apuesto rostro serio, su gentileza, lo cuidadoso y respetuoso que era cada vez que tenían el mínimo contacto físico. Sus ojos que parecían atravesarle y poder ver su alma. Sus labios, gruesos y de un tono rosa adorable a sus ojos, labios que acababa de comprobar eran tan suaves como imagino.

—Es peligroso.

Xiao Zhan encontró su voz luego de un momento de silencio, su respuesta fue apenas un murmullo, pero Yibo le oyó. Por supuesto que quería irse de allí, el miedo a lo desconocido estaba por sí, pero creía, nada podría ser tan malo como estar encerrado soportando abusos de desconocidos. Si fallaban podían darse por muertos, eso le aterraba.

—Encontrare una manera... no soporto verte lastimado, saber que en algún momento no podre impedir que alguien...— Wang Yibo tenso los músculos de la mandíbula de solo pensar en alguien tocando y abusando del joven frente a él. — No podre estar aquí siempre Zhan, si no regreso dentro de dos semanas a la universidad y no me graduó no tendré dinero ni siquiera para verte.

—Has gastado demasiado en mí.

—No me importa el dinero, me importas tú.

—Yibo esto...—Zhan titubeó, se separó lo suficiente como para poder verle a los ojos, las mejillas de ambos se encontraban aun algo rosas, Xiao Zhan quiso reír al notar el tierno contraste entre la mirada seria y decidida de Yibo y su rubor. Adorable. —No tienes que hacer esto por mí, no lo valgo.

—Vales esto y más para mí —El pelinegro lo miro sin comprender sus palabras. —Sé que es demasiado pronto, nos conocemos hace casi nada, pero siento esta conexión...

—También la siento.

—Quiero seguir conociéndote, quiero invitarte a una cita, quiero llevarte a conocer tantos lugares, quiero que sonrías todos los días. —Yibo posó el índice sobre los labios rojizos de Zhan al ver que se disponía a hablar— pero lo más importante, quiero que tengas una vida, estará bien para mí si nada de lo que dije se cumple. No necesitas corresponder como me siento, solo permíteme ayudarte, tú y Mao no pertenecen aquí.

—Yibo...—El menor sollozo derrumbándose de un momento a otro, mientras el castaño hablaba visualizo sus palabras, salir a pasear juntos, reír de sus bromas absurdas, hacer amigos mientras ninguna preocupación ensombrecía su felicidad, lo quería. Quiera esa vida que Yibo le proponía, pero tenía tanto miedo.

Yibo envolvió el cuerpo más pequeño del doncel en un abrazo cálido, detestaba oírle o verle llorar, le partía el corazón no poder alejar la tristeza de esos ojos. Zhan pronto se recompuso y sorbió por la nariz, permaneció recargado en el hombro del castaño quien repartía caricias por su largo cabello, le gustaba mucho esa sensación, le relajaba.

—Quiero irme contigo, pero tengo mucho miedo.

—Lo sé, encontraremos una forma. Puedo preguntar el monto de tu deuda y la de Mao.

—¡No Yibo! —El menor negó demasiado efusivo, pareció alterarse e incluso se separó del abrazo para mirarlo preocupado. — si Gong Li sospecha que quieres ayudarnos...

—¿te hará daño de nuevo?

—Eso no importa, no quiero que haga algo contra ti ni que lastime a Mao.

—Deja de minimizarte Zhan, eres importante para mí, sólo de ver tus manos...

—Ya no duelen tanto— Intentó tranquilizarle, no era mentira tampoco, de seguro debido al analgésico que tomo hace unas horas y al tener los dedos inmovilizados debidamente.

Porque te encontre [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora