CAPÍTULO 7

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La loca de Celeste lleva horas encerrada en su habitación con la musica a todo volumen. No me molesta, estoy acostumbrada, pero se me hace extraño el que no responda a mis mensajes y no sé si que ha quedado dormida con el bullicio en su habitación, imposible. O anda follando... ¡Claro, eso debe andar haciendo la puerca!

No diré nada, solo me sentaré en el sillón de la sala, y no es porque quiera saber qué hacía y con quien estaba fornicando, una vez abra esa puerta y salga con el susodicho.

No tengo afán de nada, a Camille, le he avisado al interno sobre ir a Intense, y ha confirmado asistencia sin repoche alguno. Es Sabado y ahora sí, mi cuerpo lo recontra sabe.

Hoy no nos tocó ir a Dubois ya que Nathan anda realizando un privado lanzamiento tipo junta, con algunos socios y nos ha indicado que por el momento no necesitaba al personal. Que cualquier cosa nos solicitaba, pero no creo que lo haga. Respeta mucho cuando de descansos se trata.

Enciendo la televisión, no sin antes ir por un vasito de milo y prepararme un delicioso y apetitoso Sandwich cubano. Termino de hacer lo dicho y me explayo comenzando una peli que me encanta, es de acción y hace mucho la ví, pero puedo verla mil veces y cada vez me sorprenderá algo como si me hubiese perdido de un detalle o el tiempo haya eliminado escenas de mi cabeza. «¿Qué le pasó a lunes?» Comencemos con esta joyita.

Solo me toca ver, ya que el parlante con la musica no me dejará escuchar ni mierda, pero bueno, tengo que disimular con algo y qué más que ver televisión sin escuchar una jodida palabra.

Excelente y no disimulada idea.

Mis ojos quedan fijos en aquella pelicula, pero mis pensamientos se van a la locura de tarde/noche que tuve ayer con el dichoso señor amargado francés. Su manera de hablarme es tan tosca que me enoja en segundos, pero su actuar es tan contradictorio. Como si no quisiese hacer las cosas, pero las termina haciendo por algún motivo.

Pensé que me dejaría morir de hambre, y si eso sucedía no volvería a verme en su vida, si es que cada que se le pegue en gana me ordenará que me vaya a hacer el trabajo que otra contadora puede hacerle y mejor para él, porque no dependería de mis horarios, si no que la tuviese solo para él en el tiempo que sea.

Pero no, él solo hace lo que quiere y ya sin importar qué.

Su porte es serio, no le gusta hablar conmigo o quizás es asi con todas las personas, y para muy de su pesar, a mi me encanta hablar para no aburrirme o sentir el ambiente pesado.

¿No pretendía que me quedara ahi en su oficina hasta que terminara todo, o si? De verdad hablaba en serio. Su rostro inexpresivo no me deja determinar bien si habla con gracia, cosa que no creo, pero no pierdo la fé. O si todo lo que dice es completamente verdad.

A decir verdad, cuando dijo que si no terminaba, no salía, no le creí, pero a medida que pasaba el tiempo y la puerta seguia con seguro y no veía indicios de querer solterme...

Sacudo mi cabeza borrando los pensamientos de dichoso y delicioso hombre y me concentro en la pelicula hasta que escucho un pestillo quitarse y ver cómo mi amiga sale con las greñas hacia arriba y el hombre arreglandose la cremallera. Nunca entiendo el porqué siempre se arreglan cuando salen de la habitación y no esperar a estar listos y salir evitandose que se note.

Tambien lo hago y por eso nunca entiendo el por qué. Lo hacía. La musica la han apagado y claro, como el folleteo ya ha terminado, ya no es necesaria.

Le hago una mueca de felicidad a mi amiga mientras le doy el ultimo sorbo a mi bebida y ella me hace señas con su cara de que no hable, hasta que él se vaya.

El chico viene por el pasillo y hago como si nada, fingiendo que veo concentrada la tv, pero en realidad los observo por el rabillo de mi ojo, caminar directamente hacia la puerta de salida.

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