Desperté con un dolor de cabeza terrible. No me sentía con ánimos de salir a la calle después de la terrible cena que había tenido con los abuelos de Jin; sin embargo, sabía que yo no podía comenzar a faltar en esos momentos al trabajo, así que tomé toda la fuerza posible y, en contra de mi voluntad, me levanté de la cama.
No es que adorara trabajar en fin de semana, pero siempre se apreciaba todo mucho más tranquilo que en los días comunes. Tal vez sería que las personas tomaban ese tiempo para visitar a sus familiares en la ciudad, o era solo el hecho de que los ánimos se calmaban cuando no había un horario que cumplir.
El pensar en eso, me hizo recordar los momentos en los que iba a la escuela. Yo pasaba por la casa de Yoongi muy temprano todos los días. El siempre me había preparado algo para ir comiendo en el camino, ya fuera un pan con mermelada e incluso una vez, un plato de cereal.
Caminar por las calles del pueblo con un plato de cereal en las manos y platicando sobre la escuela con mi mejor amigo, era algo que extrañaba mucho. Demasiado, quisiera decir yo.
A pesar de que seguía frecuentando a Yoongi, las cosas ya no eran como antes. Ya no entrabamos a biología juntos para hacer bromas sobre la profesora Taysse, no podíamos hacer el ridículo a la par en gimnasia, ni hacer planes para obtener el teléfono del chico que nos gustara durante los descansos. Definitivamente vivir así ya no era lo mismo.
Una vez alguien me dijo que cuando dejara la escuela en verdad lo iba a extrañar. Yo creía que dejar la escuela para siempre era el sueño no contado de todas las personas, sin embargo, ahora comenzaba a creer que eso no era del todo verdad.
¡Ya no podía esperar por el juicio! Quería recuperar la escuela por fin.
Terminaba de preparar mis cosas para el trabajo cuando mi vista volvió al objeto que me dejó reflexionando toda la noche: la mochila roja.
Maldita sea, todo sería más fácil si Jin me hubiera dado la mochila.
Él era mi novio, él pudo haber pensado en comprarla para mí. Qué tonterías pensaba, si él era perfecto. No había nada que reprocharle y me partía el corazón haber sentido mariposas en el estómago al tener la mochila entre mis manos.
Comencé a llenarla de mis cosas con un nudo en la garganta ahogándome. Tenía que regresarle su mochila a Nam, así que pasaría después del trabajo y, aunque, no me encantaba la idea de ir cargando dos mochilas hasta que terminara mi turno, creía que lo más educado era regresar de inmediato el préstamo que me hizo mi amigo... Un momento, ¿dije "amigo"?
De cualquier forma, Jungkook había convocado a la pequeña reunión con Yoongi en la hamburguesería para este día, por lo tanto, una vez que entregara la mochila me iría con Nam y Jimin a encontrar al resto del grupo.
Bajé hacia la cocina y encontré a mis padres que reían con alguien al teléfono. No notaron mi presencia hasta que mamá cortó la llamada y ambos suspiraron tratando de recuperarse del ataque de risa.
—Taehyung —expresó mamá con entusiasmo—, ¿cómo amaneciste, querido?
—Muy bien —respondí tomando asiento en el desayunador—. ¿Con quién hablaban?
—Con tu tía Soolar —respondió papá sonriendo—. Buenas noticias, cariño.
—Decidió tomarse unas pequeñas vacaciones porque quiere asistir a tu juicio —explicó mamá sirviéndose jugo de naranja—. Va a llegar hoy en la noche y estará aquí hasta que den el veredicto.
—¿En serio? —pregunté con emoción.
—¡Por supuesto, amor! —dijo papá sirviéndome un pan tostado en el plato.
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En este mundo no cabemos los dos |•ᴷᵀ
FanfictionQué harías si tuvieras que armar un equipo de investigación con el chico que odias para rescatarlo de ser arrestado? Kim Taehyung lleva la típica vida de un chico de 17 años, sin embargo, todo cambia cuando se ve involucrado en un crimen mayor que p...