Capítulo Veinte: "¿De que color es tu vida?"

212 45 3
                                    

A las nueve en punto daría inicio la segunda parte del juicio en que corría peligro la libertad de Jungkook . Mi corazón, como lo hacía casi todo el tiempo desde hacía un mes, estaba latiendo tan rápido que podría sufrir un ataque en cualquier momento.

Definitivamente, yo no podría dormir como lo hacían mis padres y, mirando a Jimin, Yoongi y a Nam, me daba cuenta de que ellos tampoco. No queríamos parar en algún hotel de la ciudad porque aquello implicaría levantarnos extremadamente temprano para poder llegar al juicio sin retrasarnos por el tránsito pesado de la ciudad.

La oscuridad nos acompañó a través de la larga carretera que desembocaba en el pueblo. Mientras nos adentrábamos en el camino y poco a poco las conversaciones se fueron apagando, mi pensamiento volvió a Jungkook.

Esperaba de todo corazón que estuviera bien, cada minuto me acercaba a verlo de nuevo y, lo más importante, luchar por recuperarlo.

La luna estaba perfectamente posicionada cuando el auto se aparcó en el estacionamiento de mi casa y mis padres abrieron la puerta para dejarnos pasar.

Como ya era demasiado tarde, Jimin , Nam y YoonGi llamaron a sus casas para anunciar que se quedarían a dormir para el juicio del siguiente día que se llevaría a cabo en tan solo unas horas.

Jimin, Yoongi y la tía Soolar se quedaron a dormir en mi cuarto, mientras que Nam durmió en la sala. Así que en cuanto hicimos la repartición, todos nos dispusimos a descansar.

—¿Qué tal los nervios, muchachos? —preguntó la tía Soolar mientras todos colocábamos la cabeza sobre almohadas improvisadas con cojines.

—Creo que no podré dormir en toda la noche —respondí susurrando y los demás estuvieron de acuerdo.

—Cada vez falta menos —señaló Jimin y yo solté un profundo suspiro.

—¿Creen que Jungkook esté molesto conmigo? —pregunté con preocupación y Jimin soltó una risa.

—¿Por qué estaría molesto contigo? —cuestionó al tiempo que yo me inclinaba un poco para mirarla bien.

—Porque no confié en él —dije y el se acomodó para decirme lo siguiente con mucha claridad.

—Jungkook te quiere muchísimo, te quería antes de que si quiera hablaras con él. ¿Crees que dejaría de quererte ahora? —preguntó el y la preocupación disminuyó un poco.

—Ya quiero verlo —expresé al tiempo que Yoongi y la tía Soolar me sonreían.

—Cada vez falta menos —comentó mi tía al tiempo que se levantaba para apagar las luces—. Ahora, lo importante es descansar.

Y fue así que aquella noche terminó y la mañana con su respectivo evento de la mano, llegó tan pronto que me resultó imposible no sentir estragos en mí.

Todos nos preparamos lo más rápido que pudimos para poder acudir al juicio y decidimos caminar hasta la alcaldía para evitar que volviéramos a ser aplastados en el auto blanco de mis padres.

Cuando entramos en el recinto todos tenían gestos desgastados y preocupados. Parecía que habían tenido un terrible día. Mis ojos buscaron inmediatamente a Jungkook y lo encontraron caminando junto al señor Thompson con postura encorvada y la mirada en el suelo..

—¡Ahí está! —grité con emoción esquivando a la gente para poder alcanzarlo.

Fue ahí, en ese instante en el que me encontraba corriendo detrás de esos bonitos rizos que me di cuenta que era verdad, probablemente estaba enamorándome de Jungkook . Y estaba listo para darle mi corazón. Para que los dos estuviéramos juntos en todo esto.

En este mundo no cabemos los dos |•ᴷᵀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora