Siempre se dice que el primer amor es inolvidable, ya que representa el primer gesto de ternura hacia alguien ajeno a la familia. También se afirma que el amor auténtico se limita a tres meses, transformándose después en aprecio y cariño.
Pero enton...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᰔᩚ
Por décima vez en el día, Jungkook suspira por Jimin mirándolo desde el rincón de la clase.
— Jimin es tan inteligente y bonito. — pronuncia con voz baja soltando un suspiro enternecido al verlo sentarse de nuevo en su pupitre después de resolver ese fastidioso problema matemático.
—Solo copia la respuesta Jungkook, ¡estás babeando mi libreta! —Exclama en voz baja el joven alado suyo, quien, al ver como Jungkook solo miraba atontado al jefe de grupo sin dar señal alguna de despegar su vista, decide quitarle su libreta y fingir limpiarla. —Si sigues mirándolo tan fijamente, se dará cuenta de que lo estás mirando, tonto.
Ese chico quien fingía limpiar su libreta con esmero y de graciosas pecas en sus mejillas se llamaba Jung Hoseok, quien hace tiempo se había vuelto bastante cercano a Jungkook.
Al principio, cuando Jungkook conoció a Hoseok, este pensó que había conocido al mismísimo Dios Sol en persona, pues este es tan alegre que con solo estar alado suyo se sentía agotado.
Los padres de Hoseok son dueños de una florería bastante concurrida en el pueblo, a pesar de que apenas recientemente había abierto sus puertas.
Ambos eran bastante distintos, Jungkook era alguien más pacífico, en cambio, Hoseok le gustaba siempre hablar con las personas y coquetear con cualquier niña linda que viera.
A pesar de ser ambos tan opuestos, se conocieron de una peculiar forma.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si pudiera describir lo que sentía en ese momento, sin duda sería Felicidad.
Eso era justamente lo que sentía Jungkook en ese preciso instante mientras corría por las calles del pueblo a toda velocidad con sus mejillas demasiado rojas.
Había cargado a Jimin en su espalda y quería gritar de emoción pura, nunca había estado tan cerca de él, ¡quién era aún más precioso de cerca! Pues, su rostro marcado por pequeñas pecas decorando de este como hermosas estrellas. Su aroma de sándalo le hizo cosquillas en su nariz, tan fresco y relajante como una brisa.