Robin desapareció

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     Justo cuando estaba por iniciar la diversión Marian regresó a la habitación, Derke estaba aterrorizado en una esquina del cuarto.
     —¡Gato malo, Príncipe!— Marian alejó al gato Robin del hámster—No puedes comerte a Derke, el también es mi mascota.
     Derke la miró ofendido—. No soy tu mascota y, ese gato no es normal.
     Me siento insultado.
     Robin maulló como disculpa, Marian lo cargó en sus brazos sonriendo.
    —Te perdono solo porque eres lindo, Príncipe— respondió dándole un beso.
    —Yo me voy— anunció Derke, Marian no le dio ni la más mínima atención—Claro, primero me ignora por culpa de Robin, y ahora por el estúpido gato.
      Murmuró.
      Para con los insultos, Derke.
      ...
      Un tiempo después...
   —¡Marian, Scarlett!— Matilda llamó alarmada, preocupando a las chicas.
   —¿Qué sucede, mamá?— Scarlett preguntó
   —Es Robin, los chicos lo han buscado por todos lados y no lo encuentran— respondió con preocupación, la pelinegra abrazó a su madre.
   —Tranquila, mamá, Robin es muy ágil seguro sabrá defenderse solo—la tranquilizó—Hay que confiar en la astucia de Robin.
   —Con permiso, voy a mi habitación— dijo Marian con tristeza alejándose a su dormitorio.
       Una vez allí cerró la puerta y se echó a la cama a llorar, al verla en ese estado Robin saltó a la cama maullando.
   —Vete a jugar, gatito— pidió Marian, al contrario de obedecer Príncipe siguió maullando.
   —¿Quieres saber lo que me pasa?—el gato asintió en respuesta—Mi mejor amigo desapareció, y temo que le pase algo malo, él es muy fuerte y valiente pero sigue siendo humano y se puede equivocar.
         Fuerte y valiente, qué buen concepto tenía de él.
   —Estoy bien, Marian, no pasa nada— contestó en maullidos.
   —¿Sabes? No sé por qué pero...Me recuerdas a Robin, eres travieso y lindo como él y...También te amo— confesó la princesa.
   —Yo también te amo, Marian— el gatito se acurrucó junto a ella, Marian siguió llorando hasta quedarse profundamente dormida.
       Robin solo podía pensar en la confesión y en querer ser humano de nuevo, su familia estaba preocupada, sus amigos estaban preocupados.
      ¿Qué haría ahora? ¿Qué sería de la aldea sin Robin Hood?
         Continuará...
   

Un gato en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora