Luego de la extensa explicación que Robin tuvo que dar a Scarlett y sus amigos todo parecía ir normal, todos felices por su regreso.
Incluso es príncipe Juan estaba feliz de verlo, claro, él lo negó rotundamente.
—Sí, eres Robin—Scarlett afirmó detallándole.
—No, soy su hermano gemelo—dijo Robin con sarcasmo, provocando las risas de los demás.
—Tienes bigote—notó la pelinegra—¿Será un efecto del hechizo?
Robin negó con la cabeza mientras tocaba los tres pelitos nacientes sobre su labio superior.
—Esos ya los tenía, se le llama pubertad—mencionó con obviedad, ganando un zape por parte de su prima.
—Ya sé, tonto.
Ella frunció el ceño, Pequeño Juan la observó con ternura para después mirar a su amigo, interesado en su respuesta.
—Los aldeanos planean una fiesta de bienvenida para ti y Ricardo estará ahí ¿Irás?—preguntó el pelinegro.
Robin sonrió en respuesta.
—¿Ustedes irán?
—Si hay comida, ahí estaré—Tuck sonrió con inocencia.
Marian por su lado estaba callada, no había opinado en mucho tiempo, su mente estaba en quién sabe dónde.
Es decir: le dijo a su gato que estaba enamorada de su mejor amigo, sufrió por él, lloró su muerte y el condenado gato resultó ser él y, de no ser por su amiga se habrían besado.
Era obvio que estaría avergonzada y con ganas de ser tragada por la tierra y escupida en Italia.
—Marian...Marian...Princesa...¡Eleanor, Julieta y Wendolyn están cerca de Robin!—gritó Tuck en su oreja.
—¿Ah?—preguntó atónita la princesa.
Robin rió por lo bajo.
—Te pregunté si irías a la fiesta—recordó.
Marian se limpió la oreja sin mucho disimulo.
—Ah—alzó las cejas pensativa—No sé, tal vez hoy duerma temprano.
Se encogió de hombros, su amigo de cabello rojizo frunció el entrecejo.
—¿No irás?
—Dije que no sé Robin, han pasado tantas cosas hoy que...Estoy exhausta.
La sonrisa de Robin se transformó en una mueca.
—Está bien, lo entiendo—contestó él—Vámonos chicos.
Tuck, Pequeño Juan y Scarlett intercambiaron miradas.
Dicho esto los dos siguieron a su amigo, una vez sola la habitación Marian cerró la puerta suspirando.
Scarlett mostró una sonrisa dulce.
—Sabes que no podrás evitarlo toda la vida, Robin sabe lo que sientes por él y tú sabes lo que él siente por ti. No por nada los encontré a punto de besarse.
Rió, recibiendo una mala mirada por parte de Marian.
—Anda vamos a la fiesta, Robin creerá que estás enojada con él cuando no es así—la animó—Si no quieres hablar de eso todavía está bien, solo no le rompas el corazón ¿Sí?
Marian asintió con la cabeza.
—Bien, lo haré.
En la guarida secreta...
—No la entiendo ¿Saben? Primero se muestra feliz de verme y luego... No quiere ir a mi fiesta de bienvenida—habló Robin con frustración.
Tuck le sonrió.
—No te preocupes Robin, las chicas son complicadas a veces pero eso no significa que ya no te ame—explicó suavemente Tuck—Uff de solo verlos en sus complicadas relaciones se me quitan las ganas de enamorarme.
Dijo degustando su comida.
—La comida es la mejor de las novias, ella no te rompe el corazón ni te traiciona ¿Verdad comida?—preguntó dándole una mordida a su emparedado.
Ambos rieron.
—Supongo que tienes razón Tuck...
La fiesta de bienvenida estuvo normal, Robin respondiendo preguntas a cerca de su repentina desaparición etc.
Tuvo que decir que fue a visitar a su padre para saciar la curiosidad de algunos aldeanos, por lo demás, Tuck comía de todo lo que hubiera en las mesas, Pequeño Juan bailaba con Scarlett y Marian, no había llegado.
El joven pelinaranja esperaba impacientemente a la princesa con una rosa en la mano, recitando todo lo que le diría al verla.
—Hola Robin—Marian habló a sus espaldas, haciéndolo saltar en su sitio.
Y ahí señores y señoras, olvidó todo lo que iba a decir.
—Oh, Marian eres tú...
Obvio que es ella tonto...
Marian le sonrió con dulzura.
—Sí soy yo.
—Ah sí, perdón eh...¿Quieres bailar?
Preguntó Robin, nervioso hasta los huesos.
Ella asintió.
—¿Y esa rosa?-indagó en medio del baile.
—¿Rosa? ¿Qué rosa?
Marian rió.
—La rosa que traes en la mano-respondió resaltando lo obvio.
Robin se dio una bofetada mental.
—Aaaah esta rosa, esta rosa...Es para ti.
¿Por qué cuando estaba con ella se le olvidaba todo?
Cuando era un gato las cosas eran un poco más fáciles...
Lo que quedó de la velada se lo pasaron bailando, hasta que al final de la fiesta Robin le susurró:
—Te veo mañana en el bosque.
A lo que ella respondió con un simple:
—Okay.
La noche pasó volando, pronto los problemas ocasionados por Príncipe el gato estarían resueltos y los sentimientos de los enamorados quedarían aclarados.
Marian llegó al encuentro sin demorarse mucho, Robin estaba allí hablando solo ensayando lo que le diría, aunque la última vez que lo hizo olvidó todo.
—¿Me dirás el motivo de la cita o seguirás hablando solo?
Ella sonrió poniendo nervioso al arquero, que con un suspiro inició su discurso:
—Marian, necesito saber si la confesión del otro día...Fue real.
Marian suspiró.
—¿Qué quieres que te diga? Primero desapareces por culpa de mis hechizos, adopto a un gato y comienzo hablarle de mis sentimientos, a un gato que resultaste ser tú...
La chica alzó los brazos exhausta.
Robin sonrió recordando las confesiones que Marian había hecho, el rubor no tardó en cubrir las mejillas de ambos.
—Viéndolo por el lado bueno...Ya no soy Un gato en apuros.
El comentario la hizo sonreír mientras el tomaba sus manos entre las suyas.
—No importa cómo lo dijiste o las circunstancia en las que lo supe porque te amo y me amas ¿No?
Marian asintió soltando una risa nerviosa.
—Yo...Supongo que tienes razón.
Robin alzó una ceja.
—Entonces ¿Qué esperas para besarme?
Preguntó él.
Y ahí todo quedó claro, los sentimientos fueron revelados y aceptados, todos los problemas ocasionados por Príncipe el gato fueron resueltos.
Dándole una última mirada Robin se acercó a ella esperando una respuesta afirmativa, la chica asintió y el beso pudo ser completado.
Ninguno de los dos tenía mucha idea de lo que hacía, pero sin duda sería un beso inolvidable y el primero de muchos otros.
La leyenda de Robin Hood perdurará por siempre y el amor que él y Lady Marian se profesaban seguirá vivo en nuestras memorias, aunque él haya sido Un gato en apuros.
FIN.
ESTÁS LEYENDO
Un gato en apuros
Fanfic¿Marian sabrá que el gato al que besa es nada más y nada menos que el chico que le gusta? lee para saberlo. los personajes no son nuestros, créditos a sus respectivos creadores. ¡Puesto 1 en Robin Hood!