El avión de las Tres (kookmin)

Final

Jungkook agarra con fuerza el llavero de conejito mientras camina hacia el avión, respira conteniendo las lágrimas, su corazón se va rompiendo en cada paso que da, una vez más recuerda la bella sonrisa de su amado, voltea al escuchar su voz entre el fuerte viento que resopla con fuerza.

—¡Jungkook! ¡Jungkook!— Jimin grita con todas sus fuerzas, corre hacia el hasta abrazarlo con fuerza, sus brazos son cálidos, su colonia varonil, su tierna sonrisa de conejito, sus ojos llenos de lágrimas al igual que los suyos.

—Vine a despedirme— toca su rostro grabando todas sus facciones en su memoria y corazón, Jungkook hace lo mismo, graba los hermosos ojos verdes tristes, sus esponjosos labios a fresa, sus rellenas mejillas, su cabello grisáceo con suavidad.

Todo lo graban en sus corazones.

Lloran con amargura mientras se besan con tristeza, se abrazan con fuerza deseando poder estar juntos por siempre.

—Quiero que me olvides— dice Jimin con dolor acunando su rostro —Por favor se muy feliz, sigue tu vida— besa su frente con dulzura, mientras las lágrimas mojan el rostro del pelinegro, el cual solo suspira.

—Nunca te olvidaré, siempre te amare— ríe sincero entre lágrimas —Mi primer amor jamás lo olvidaré— besa con cariño las manos de Jimin —Cada día, cada noche de mi vida y hasta en mi muerte te recordare con amor, así con tristeza y dolor anhelaré volver a verte con todas mis fuerzas— lo abraza callando sus lágrimas.

—Eres un tonto, al igual que yo— llora con tristeza juntando sus frentes, abrazados entre el fuerte y frío viento, sus rostros son deplorables cubiertos de lágrimas y dolor.

Se besan por última vez grabando el sabor de estos, se miran por última vez y se despiden rompiendo su abrazo con dolor.

Jungkook solo sube al avión sosteniendo con fuerza el lindo llavero de conejito blanco, mira por la ventana del avión la silueta de Jimin, las lágrimas hacen borrosa su vista pero no deja de mirar la pequeña silueta que desaparece entre la distancia y entre las nubes.

Jimin se deja caer de rodillas cuando el avión desaparece de su vista mientras llora con fuerza sosteniendo el collar de llave.

Se escucha entre el viento dos voces perdidas llenas de dolor diciendo la misma frase con melancolia —Hasta siempre amor mío— sus voces se pierden entre la lejanía.

No podremos estar juntos, pero siempre tendrás mi corazón.

Cuentan que una vez existió un avión que despego a las tres de la tarde llevando consigo al amado de un hermoso chico de ojos verdes que lloraba desgarrador en el aeropuerto mientras sostenía con fuerza un collar de llave.

Una vez el destino dijo, conocerás al amor de tu vida, pero también dijo...jamás estarán juntos.