Capítulo 1.

392 15 6
                                    

Me levanto a las ocho, después de despertarme a las dos, y a las cinco, ¿dormiré algún día la noche entera? Malditas pesadillas. Entro a la ducha, agua fría es lo único que necesito, me preparo para un día como otro cualquiera, ir a la oficina, comer con Amaia, volver a la oficina, salir de la oficina, llegar a casa, comer helado y dormir, ah no, que me había prometido a mi misma empezar el gimnasio y comer sano, siempre puedo esperar al lunes, ¿hoy es lunes? Bueno, pues para el siguiente.

Entro a la oficina diez minutos antes, y Amaia ya esta esperándome, si hay alguien más puntual que yo, es ella.

-Buenos días, ¿dormiste anoche o sigues igual?

-Arrg

-Me ha quedado claro, Styles quiere el informe en su despacho a las doce en punto.

-Ni un minuto antes, ni un minuto tarde - decimos ambas a coro.

Me voy a mi despacho y me pongo manos a la obra, no paro de pensar en los sueños que me rondan estas noches, ojos verdes, humo gris, y tatuajes allá donde mire, pero no deja de acompañarme esa sensación de que va a pasar algo, pero no consigo saber que me preocupa tanto como para pasarme noches sin dormir, necesito un descanso urgente, ¿tal vez un spa? No, no va conmigo que me toqueteen.

Acabo de teclear pasadas las once y media, imprimo y archivo el informe, y me empiezo a preparar mentalmente para ir a ver al grandullón, este hombre puede con mi paciencia.

Me paro ante la puerta, y miro el letrero que me sé de memoria "Desmod Styles, director ejecutivo", respiro hondo mientras cuento hasta diez, y toco, lista para intentar salir viva de aquí.

-Señor Styles, soy Yaiza, le traigo el informe que me pidió.

-Adelante Yaiza.

Abro la puerta y se me cae el informe al suelo, que divino. Me agacho a recogerlo mientras escucho risitas, espera ¿risitas? Levanto la cabeza con la intención de poner mi mejor cara de niña consentida y molesta, pero ahí está él de nuevo, hace tiempo que no le veía, sigue igual o más alto que la última vez que le vi, solo que esta vez lleva un traje negro y una camisa blanca, que deja transparentar un poco sus tatuajes, sus rizos, que ahora ya no son tan rizos como deberían, caen haciendo que sus ojos verdosos resalten, y su sonrisa consigue atraparme, como si él fuera la luz, y yo la polilla.

-Encantado de volver a verla señorita Sánchez.

-Igualmente señor Styles- logro balbucear, ¿se puede saber porque me pone tan nerviosa este niñato? Solo es un crío consentido Yaiza, tranquilízate, me digo a mi misma.

-Yaiza, le comentaba a mi hijo el buen trabajo que haces en la empresa, y he pensado que sería una buena oportunidad para ti que acompañaras a Harry a la convención que habrá dentro de dos semanas en Washington DC, ¿Qué te parece?

-Yo, bueno, yo, yo estaría encanta de ir señor- y al fin consigo decirlo, ¿yo en una convención, en serio?

-Perfecto, mañana Isabella te pasara el horario y las reuniones a las que tenéis que ir, iréis Harry y tú en nombre de la empresa, y quiero que nos dejéis en lo más alto ¿entendido? Mañana quiero que te encargues de las reservas del vuelo y el hotel, y de confirmar la asistencia al evento.

-Entendido señor, ¿algo más?

-Eso es todo Yaiza, puedes volver a tu trabajo.

-Muchas gracias por la oportunidad señor Styles.

Salgo del despacho con mil ideas en la cabeza, me voy a Washington, me voy con el hijo del director, mejor dicho, me voy con el buenorro del hijo del director, oh dios mío. Esto es increíble, aunque me ha trastocado por completo mis planes, es que comer helado sentada en el sofá sin hacer nada un fin de semana es mucho más interesante ¿verdad? Hago callar la voz de mi conciencia antes de que empiece a contestarle, tengo que dejar de hablar sola o acabare mal de la cabeza, mejor dicho, o acabare peor de la cabeza.

La voz de Amaia me saca de mis pensamientos.

-¿Le has visto? Es como un Dios de la antigua Grecia, cada vez que le veo me quedo estúpida el día entero.

-Pues yo me voy con él a Washington- suelto para picarla.

-¿QUÉ TÚ QUE? ¡Serás perra! ¡La mayor perra del mundo!

-No lo he decidido yo, lo ha ordenado el jefe, y claro, ¿cómo iba yo a discutir sus órdenes cuando es quien paga mis zapatos?

-Te odio, con amor pero te odio, ¿cuándo os vais?

-Dentro de dos semanas, mañana tengo que organizarlo todo.

-Bien, tenemos tiempo para prepararte

-¿Prepararme para qué?

-Pues hoy para empezar vas a tirar todo el helado a la basura y te vienes conmigo al gimnasio, tenemos dos semanas para ponerte un poco en forma, no queremos que el dios griego te tumbe en el primer asalto, tenemos que ir de compras y a la peluquería, y tirar esas braguitas de ositos tan absurdas que tienes.

-¿Dios griego? ¿Primer asalto? ¿Te has dado un golpe en la cabeza esta mañana o qué? Y mis braguitas son muy monas.

-Necesitas un polvo Yaiza, y uno de los buenos, y esta es la oportunidad perfecta, y con ositos no lo conseguirás.

-¿Y porque debería hacerte caso?

-Porque tengo razón y te jode saberlo.

Me duelen zonas de mi cuerpo que no sabía que existían, después de mucho negarme acabe yendo al gimnasio con Amaia y prometiendo que haría no se qué dieta de proteínas. Me voy a arrepentir de esto toda la vida como mañana no sea capaz de levantarme, al llegar a casa me doy una ducha de agua caliente, no paro de pensar en que en dos semanas pasare casi cuarenta y ocho horas seguidas con Harry, sé que no debería entusiasmarme la idea, pero no puedo evitarlo, desde el primer momento en el que le vi me llamo la atención, aunque siendo sincera dudo que haya alguien a quien no le llame la atención, sin duda es guapísimo, y yo no estoy a la altura de alguien como él, al menos he empezado a hacer ejercicio, que es más de lo que tenía planeado esta mañana, ahora solo me falta ponerme un objetivo, como mejorar mi autoestima, no me vendría mal empezar a quererme un poco más, quizá así me iría mejor.

Hasta el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora