Es el primer sábado en meses que consigo dormir hasta las 12, estaba cansada, llevo toda la semana yendo al gimnasio con Amaia, me gusta ir, me ayuda a desahogarme y a dormir mejor, decidido prepararme algo de comer, me parece una tontería ponerme a desayunar a estas horas.
He quedado con Amaia en treinta minutos en el centro comercial, necesito comprarme ropa para el fin de semana siguiente, por lo que hemos decidido aprovechar la tarde del sábado. Me pongo algo cómodo, ya que sé lo que me espera, he optado por un pantalón vaquero, una camisa blanca, un poncho marrón y mis all star blancas, me dejo el pelo suelto sin maquillarme, cojo mi bolso y salgo del apartamento, asegurándome tres veces esta vez, de que he cerrado la puerta con llave.
-Hola nena, ¿Cómo estás?- me pregunta Amaia en cuanto me ve llegar
-Bien, he dormido como un bebe toda la noche, ¿tú?
-Igual, desde que vamos juntas al gimnasio me doy mucha más caña.
-Espero que vengas preparada, ya sabes que ir de compras conmigo no es nada fácil.
-Tranquila, tengo paciencia.
Hemos pasado ya por unas cinco tiendas, no he visto nada que me haya gustado, por lo que he decidido mirar primero algún conjunto de ropa interior.
-¿Qué te parece este Yaiza?
-Demasiado rojo, ¿este?- le pregunto enseñándole un conjunto de sujetador y culott de encaje negro, la verdad es que me gusta.
-Sí, pega con tu estilo, me gusta. ¿Este?- me enseña un conjunto azul claro precioso, un sujetador con encaje al borde, y un tanga a juego.
-Perfecto, me gusta el color, aunque debería ir a la playa y coger algo de sol, dentro de poco seré transparente.
Después de comprar unos cinco conjuntos de ropa interior decidimos parar a tomar un té, aquí está la mejor tetería de la ciudad.
-¿Cómo has llevado la primera semana de gimnasio?- pregunta Amaia mientras nos sentamos a esperar que nos atiendan
-Mucho mejor de lo que me esperaba, empieza a gustarme, y me ayuda a dormir mejor.
-¿Qué quieren tomar señoritas?
-Yo un té negro- contestó la primera al camarero, él cual se ha comido a Amaia con los ojos nada más verla
-Yo uno de frutos rojos, gracias.
-Tienes al camarero loquito, te ha mirado con cara de corderito- le digo una vez que el camarero está lo bastante lejos como para no escucharme
-Yo sé de alguien que si está realmente loquito por ti.
-No digas tonterías Amaia, no son más que imaginaciones tuyas.
-¿Tonterías? Lleva toda la semana yendo a la oficina, no para de pasar por tu mesa, cada vez que te descuidas lo tienes al lado o llamándote al despacho, ya empiezo a creer que lo del viaje tampoco ha sido ninguna casualidad. No me malinterpretes, eres la mejor en tu trabajo, pero está claro que Harry ha apoyado mucho la decisión de que seas tú quien le acompañe y no otra.
-Pues no puede ser otra cosa si no eso Amaia, lo sabes, yo no estoy hecha para alguien como él, ya lo tengo asumido.
Nos quedamos tomando nuestras bebidas en silencio, no dejo de darle vueltas a lo que Amaia ha dicho, ella y yo sabemos que no tiene razón, Harry tiene que empezar a hacerse cargo de la empresa, ya que en dos años pasara a ser el heredero, es lógico que pase tanto tiempo ahora en la oficina, tiene que empezar a entender cómo gestionarla.
Y lo del beso, no creo que se vuelva a repetir, ni siquiera ha mencionado el tema, y no seré yo quien lo haga.
-Buenas tardes señoritas, que agradable coincidencia encontrarlas por aquí.
Dios mío, no puede ser, esa voz... levanto la mirada despacio para encontrarme con los ojos verdes de Harry mirándome.
-Buenas tardes señor Styles-contesta Amaia mientras me mira, siento que me da una patada por debajo de la mesa, lo que hace que dé un respingo, pero me ayuda a encontrar mi voz.
-Buenas tardes Harry- le digo, Amaia se me queda mirando con cara de sorpresa.
-Hola Yaiza, ¿disfrutando de la tarde del sábado?
-Por supuesto, ¿tú como llevas tu fin de semana?
-Ahora mucho mejor, bueno, tengo que ir a por una cosa ¿Queréis que nos tomemos un café más tarde?
-Yo no puedo señor Styles, tengo cosas que hacer, pero seguro que Yaiza estará encantada- ahora soy yo la que le propina una muy fuerte patada a Amaia, ¿esta tía es tonta o qué? Vaya amiga me he buscado.
-No creo que pueda, tengo cosas que hacer- me apresuro a decir
-Por favor Yaiza, solo será un café- me insiste Harry, ¿Cómo le digo que no cuando me muero por estar un poco con él?
-Está bien Harry, pero solo un café.
-Perfecto, aquí en una hora, ¿te parece bien?
-Que sean dos, tengo muchas cosas que comprar.
-Perfecto, hasta luego entonces.
Veo como se aleja, y en cuanto esta lo bastante lejos me giro hacia Amaia dispuesta a matarla, pero ella ya se ha levantado y está pagando
-Yaiza muévete, tenemos muchas cosas que comprar, y no se te ocurra decirme nada, sabes que te mueres de ganas de quedarte a solas con él, después de que me haya ignorado como si realmente yo fuera invisible no puedes decir que no está interesado en ti, cuando resulta más que evidente que es así.
-No digas chorradas solo intentaba ser amable.
-Si intentará ser amable se hubiera dado cuenta de que existo.
Después de dos horas de tienda en tienda, acabo con ocho bolsas llenas de faldas, vestidos y vaqueros que me quedan de lujo, estoy caminando a la tetería, cada vez el estómago me duele más, putos nervios, decido que me tomare un té mientras le espero.
No sé que pasara en el viaje, pero si se lo que me gustaría que pasase, aunque todo esto es un poco irreal, él es mejor que un dios griego, no solo físicamente claro, esta semana le he podido conocer un poco mejor, se comporta como si nada le importara, pero realmente se preocupa por todo, es dulce y atento cuando quiere, pero no duda en usar la lógica cuando es necesario, eso sí, mirando siempre por el bien de los empleados que pronto tendrá a su cargo.
Miro el reloj dándome cuenta de que ya tenía que estar aquí hace treinta y dos minutos, miro en todas direcciones, no le veo por ningún lado, cojo mis bolsas, pago el té, y me marcho con un vacío en el estómago, y mi autoestima por los suelos.
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Hasta el final.
ФанфикGolpe tras golpe acabo cayendo al suelo, me duelen las muñecas de intentar aflojar las cuerdas, no deja de mirarme con rabia, con desprecio, no para de golpearme, hasta que no puedo más, siento como mis ojos se van cerrando y el sabor metálico de la...