Harry busca en mi cocina algún sobre de tila o manzanilla, no puedo parar de temblar, no sé que me ha pasado, pero cuando note los brazos de Harry rodeándome por la espalda simplemente me he asustado, últimamente estoy muy sensible, no he podido evitarlo.
-¿Estas mejor?- me pregunta Harry, entregándome una taza de manzanilla.
-Sí, no sé que me ha pasado, me he asustado.
-¿Puedo saber porqué?- noto que está preocupado, y no dudo en contarle lo que me ha pasado.
-Siempre me aseguro dos o tres veces de dejar la llave pasada en la puerta, hace unas semanas noto que al volver no está como yo la he dejado, pero no sé si es porque a mí se me olvida al salir, o porque está entrando alguien, y últimamente lo que estoy haciendo es cerrar, comprobar tres veces que lo está, y me hago un ok en la mano, ¿ves?-digo, enseñándole la palabra que tengo en la palma de la mano, y sin poder evitarlo empiezo a llorar de nuevo.
-Hey, pequeña, no llores-dice Harry abrazándome fuerte- ¿quieres que me asegure de que no hay nadie en el piso?
Asiento con la cabeza, ya que no soy capaz de responder, empieza a registrar el baño de la primera planta y luego sube, escucho que cierra o abre algo y empieza a bajar.
-¿Sueles dejar las ventanas abiertas?
-No, nunca, siempre lo cierro todo antes de irme- según las palabras van saliendo de mi boca, empiezo a temblar.
Veo como Harry se acerca a mí despacio, como si tratara de no asustarme.
-Eso me imaginaba, quiero que te acabes la manzanilla, subamos arriba, prepares una maleta con suficiente ropa para dos o tres semanas, avisas a Amaia de que estarás conmigo, y mañana pondré a uno de mis mejores hombres a investigar las cámaras de tu edificio, ¿entendido?
Quiero negarme, esta es mi casa, mi vida, pero estoy demasiado asustada como para quedarme, si la persona que me hubiera tocado no llega a ser Harry... ni siquiera quiero pensarlo, me levanto automáticamente y hago todo lo que me ha dicho.
Me falta preparar un neceser con las cosas que me harán falta para asearme mientras estoy fuera, cuando oigo a Harry cerrar todo mientras habla por teléfono.
-Yaiza asegura que siempre cierra todo antes de irse... sí, yo lo revise todo, ella asegura que la llave estaba pasada en la puerta y que no deja ninguna ventana abierta... sí, la de arriba... a las escaleras de emergencia del edificio... bien, mañana te llevare las llaves.
-¿Estas lista?- pregunta esta vez dirigiéndose a mí.
-Sí, solo me falta llamar a Amaia.
-¿Quieres que la llame yo?
-No, eso solo hará que se preocupe el doble, cuando me calme yo la llamaré.
Cogiendo el bolso que llevo en las manos, Harry empieza a bajar las escaleras, hecho un último vistazo a esta planta, asegurándome de que ha dejado todo cerrado, una vez abajo cojo mi bolso, con el móvil, las llaves del piso y la cartera, mientras Harry se asegura de que todo está bien cerrado aquí también.
Salimos y cuando voy a pasarle la llave a la puerta Harry saca su móvil y graba como le paso la llave dos veces. Buena idea Styles. En la puerta está aparcado el Range Rover de Harry, me subo, y en silencio emprendemos el camino a su casa.
No sé qué pensar de todo lo que ha pasado en menos de treinta y cinco minutos, puede, mejor dicho, alguien está entrando a mi casa, ¿quién? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Desde cuándo? No lo sé, ¿Y si ha sido Harry? Si fuera él, no me estaría llevando a su casa, además, el no tiene llave de mi piso, aunque mirando las cosas mejor, nadie tiene llave de mi piso.
-¿Quieres cenar algo antes de irte a dormir?- me pregunta Harry en cuanto llegamos a su apartamento.
-No tengo apetito, gracias. Voy a llamar a Amaia.
-Por supuesto, al fondo a la derecha hay una terraza.
Empiezo a caminar por el amplio pasillo, donde puedo ver varias fotos de la infancia de Harry, llego a la terraza y empiezo a marcar el número de Amaia.
Amaia contesta al tercer tono.
-¿Pasa algo?- dice asustada
-¿Cómo lo sabes?- digo extrañada
-Nunca llamas, solo mandas mensajes.
-Claro, cierto- digo, quedándome pensativa.
Me lleva quince minutos contarle todo y dejarla tranquila, ella quiere que me vaya a su casa, pero he tenido que explicarle que Harry tiene servicio de seguridad y me siento más tranquila estando aquí. Hemos tenido que cancelar el viaje a Tenerife, le he prometido pagar yo el próximo, así tampoco pierde el dinero.
Cuando vuelvo al salón Harry no está, pero oigo ruido en una de las habitaciones y empiezo a caminar hacia ella, llegando a la cocina, me quedo en el umbral observando a Harry cocinar.
-Aunque hayas dicho que no, he preparado algo de cenar, no puedes irte a dormir sin comer nada, además si fui a tú apartamento era para hablar contigo.
-Ahora mismo solo quiero descansar Harry, ¿podemos hablar mañana?
-Vale, acepto que hablemos mañana, pero siéntate, vamos a cenar.
Como no me apetece discutir decido hacerle caso, me siento en uno de los bancos esperando a que sirva la cena, mientras tanto aprovecho para ver como se mueve, está en su ambiente, y se nota.
-¿Vino blanco?
-Sí, por favor.
Sirve dos copas de vino blanco, trocea pan, y sirve dos platos de pasta a la carbonara, mi favorita.
Empezamos a comer en silencio, he de admitir que cocina bastante bien, por lo que he acabado repitiendo, a lo que Harry sonríe satisfecho.
-¿Estás mejor?- pregunta cuando empiezo a recoger los platos.
-Sí, un poco nerviosa, pero mejor.
-Ven, te enseñare tu habitación.
Coge mi bolso y empiezo a seguirle, llegamos a una habitación amplia, con una mecedora y cuarto de baño propio, me gusta saber que tendré mi propio espacio.
-Si necesitas algo, mi habitación esta justo enfrente, descansa Yaiza.
-Igualmente Harry, y gracias.
Sin decir nada más sale de la habitación, empiezo a sacar ropa de la maleta, busco algo con lo que dormir y me voy al baño, necesito una buena ducha de agua caliente.
Son las tres de la mañana, y no he conseguido cerrar los ojos, no paro de imaginar macabras teorías sobre lo que me podía haber pasado hoy, ninguna es agradable, decido levantarme e ir a la cocina a por un vaso de agua, de paso, si encuentro algún libro, mejor que mejor.
-¿Qué haces despierta?
-No podía dormir, sigo algo nerviosa- contesto mientras bebo del vaso que me he servido.
Harry se acerca despacio a mí, me quita el vaso y le da un sorbo.
-Anda, ven.
Le sigo hasta su habitación, y haciéndome un hueco en su cama, me acuesto a su lado, me abraza y susurra.
-Descansa, que yo te cuido.
Sin poder evitarlo, me doy la vuelta, apoyando mí cabeza cerca de la suya, le beso, un beso suave, le abrazo y me preparo para dormir.
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Hasta el final.
FanfictionGolpe tras golpe acabo cayendo al suelo, me duelen las muñecas de intentar aflojar las cuerdas, no deja de mirarme con rabia, con desprecio, no para de golpearme, hasta que no puedo más, siento como mis ojos se van cerrando y el sabor metálico de la...