Capítulo 1

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Era una noche común en el club, nada fuera de lo normal. Luces de colores, olor a cigarrillo y a bebidas alcohólicas, mujeres bailando seductoramente en los tubos y mujeres haciendo piruetas en telas de colores fluorescentes, otras mujeres sirviendo tragos. Luego una cantidad muy grande de hombres con mucho dinero dispuestos a gastarlo solo con ver a una mujer bailar semidesnuda. Todo era igual como siempre. Ya era casi mi turno de bailar y hacer acrobacias en el tubo, terminé de preparar el maquillaje para que mis ojos color café resaltaran y fui hacia allí. Comencé a escuchar la música y me dejé llevar, siempre me pasaba lo mismo, cuando escuchaba la música me desconectaba de las personas que me miraban, de la escasa ropa que llevaba y hasta del riesgo que corría de caerme y lastimarme.

Comencé a bailar de forma seductora con mis tacos de aguja y mi top conjunto de lentejuelas. Sonaba una canción seductora y lenta pero a un nivel bastante alto. Di una vuelta y comencé a mover mis caderas de una forma sexy, levante los brazos y comencé a jugar con mi pelo. Luego empecé a tocar mi cuerpo, de forma dramática, comencé a bajar hacia el piso del escenario luego me acosté en el piso del escenario y empecé a arquear la espalda levantándome. Y bailando en el suelo. Seguí mi baile hasta que la música terminó.

Cuando comenzaba la música me olvidaba de todo y dejaba que cada nota y melodía me guiara, era un sentimiento increíble, podía sentirse como que uno estaba volando, hasta que la canción terminaba y ahí volvía a sentirme con el cuerpo pesado y sentir que todo volvía a ser como antes. Eso me desanimaba pero debía seguir con la actuación y poner una sonrisa seductora y no permitirme bajar la cabeza.

Siempre que terminaba había varios aplausos y trataba de no ver a los hombres que me habían visto hace unos minutos pero siempre encontraba a un hombre que cada noche no paraba de mirarme, básicamente cada noche me asesinaba con la mirada, esos ojos marrones que podían taladrar, una mirada que resultaba demasiado intimidante y no sé porque me intimidaba tanto. Siempre veo miradas intimidantes pero esta era fría y llena de antipatía. Por lo que me dejaban ver las luces de colores era un hombre alto, de pelo negro, que tenía músculos pero no demasiado trabajados y era joven.

Baje del escenario con la idea que esta pesadilla terminaría pronto. Ya tenía el dinero para entregárselo a Raúl y así poder quedar libre. Así transcurrió toda la noche, bailando y sirviendo bebidas hasta que ya se hacía de mañana y quedaban unos pocos hombres. Siempre los que quedaban estaban demasiado ebrios como para poder irse caminando. Unas compañeras me avisaron que fuera a cambiarme, ya que habíamos terminado y debíamos descansar. Me encontré con una chica en la que confiaba mucho, se podría decir que era mi amiga, la única a quien le podía contar mis cosas. Lo que pasa es que este lugar es un nido de serpientes y si cometes un error confiándole algo importante a alguien que no debes, podrías salir bastante mal de la situación o meterte en problemas.

-¿Cómo fue hoy?- me preguntó mi amiga Leonor, tocándome el hombro. Ella es alta y rubia, con un cuerpo divino.

-Igual que siempre y a ti?- dije soltando un suspiro y mirando al suelo

- Igual – me contestó de forma graciosa, le di una pequeña sonrisa.

-Me voy a cambiar- comente señalando la puerta que llevaba al lugar en donde nos cambiábamos.

- Dale, te espero abajo- me señalo hacia abajo

-Dale – me giré hacia la puerta.

Fui a la habitación y me puse ropa interior, un pantalón deportivo negro simple, con una remera básica, unas zapatillas blancas y me arme una coleta alta con mi pelo color avellana.

Yendo hacia abajo con Leonor y con las otras chicas, dos guardias de seguridad me detienen me dicen:

-Debes acompañarnos-

...

Hola, ¿cómo va? Espero que les haya gustado el primer capítulo, no se olviden de votar si les gustó. Estoy leyendo sus comentarios.

Chauuuu :)

El cielo en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora