Capítulo 3

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Me desperté en una habitación no tan grande, con un escritorio, una silla y la cama en la que desperté. No había ventanas y era todo de cemento gris excepto una pared que parecía de vidrio. Esa pared de vidrio dejaba ver hacia afuera, muchas paredes de color gris, iguales que las de la habitación. La verdad no me quejaba era todo moderno pero no sabía dónde estaba y necesitaba salir. Pensé la opción más coherente ya que estaba cerrada la puerta, romper el vidrio con la silla pero la silla rebotó y cayó al suelo, seguramente eran de vidrios blindados.

Vuelvo a intentar pero, vuelve a rebotar. Así probé unas cinco veces y al no ver progreso deje de intentar. Estaba completamente encerrada, porque tampoco podía hacer mucho más.

-Genial, genial, Esto no puede estar pasando! - exclamé enfurecida. Comienzo a desarmar la cama y tirar las sábanas al piso, después empecé a patear la silla -Ahhh! Te odio! Te odio!- comencé a pegarle al vidrio blindado, de lo cual no servía de nada solo lastimarme pero no me importa. De lo único que sirvió fue manchar mi pantalón y mi remera de sangre, ya que me había lastimado los nudillos.

Pensé que podría haber cámaras entonces, le diría de todo y si no había cámaras por lo menos descargaba mi furia.

-¡Déjame salir cobarde! , ¿Dónde estás? ¡Déjame salir imbécil! o ¿qué?, ¿tienes miedo gallina?, ¡Bueno para nada! Tienes miedo de enfrentarme ¡Muy macho para drogarme, pero no para enfrentarme ¿no?! – No dejaba de gritar pero nada pasó, solo sé que estuve un buen rato gritándole a la nada.

No paraba de preguntarme un montón de cosas: ¿Cómo estaría Leonor?¿estaría mal porque me llevaron? No tenía idea y luego preguntas de lo que me pasaría o lo que yo haría: ¿Tendría la oportunidad para escaparme? ¿Qué haría el chico de los ojos cafés?¿Me mataría?

Unos momentos después me dormí

...

Al levantarme me encontré en la cama, con ropa nueva y limpia, me habían sacado la ropa llena de sangre (Debía preocuparme por eso, miro debajo de mi remera y seguía teniendo la misma ropa interior eso me preocupaba un poco menos) y todo mi "cuarto" estaba ordenado, casi todo igual que ayer, había algo diferente un niño con una bandeja de comida, acompañado de un guardia en la puerta. El se dio cuenta que lo vi y pasó dentro de la habitación, no iba a lastimarlo solo era un niño, él seguramente no debía tener la culpa de lo que me estaba pasando.

Me senté en la cama y me apoyé sobre la pared, la pared estaba fría. No paraba de mirarlo, al observarlo me entró bastante curiosidad porque un niño tan pequeño venía a un lugar donde por ahí podría salir lastimado. Yo no iba a hacerle daño, pero tal vez una chica desesperada, sí.

-No te haré daño, vine a traerte la comida- me dijo el niño. Él era petiso con pelo castaño, ojos marrones, tenía una piel color blanco papel, pecas en la nariz y unos labios finitos. El tenía una sudadera azul, unos pantalones color caqui y una remera a rayas de color blanco y gris.

-¿Te envió tu jefe a matarme?- le pregunté, solamente para saber que me respondía.

-No, mi madre, dijo que debías comer– Dejó la bandeja enfrente mío en la cama -¿Cómo te llamas?

-Y ¿cómo te llamas tú, niño?- respondí de inmediato.

- Yo pregunté primero- me sacó una sonrisa, era muy pequeño para contestar con tanta seguridad.

-Un niño inteligente- Le indiqué que se sentara conmigo en la cama. El comprendió lo que le decía y se sentó.

Yo sé que no debería estar hablando tan tranquila mientras me tenían encerrada en un lugar donde no sabía dónde quedaba, ni quien me tenía o que querían conmigo. Pero es solo un niño, no puede hacerme mucho, además es simpático, yo creo que es de fiar.

-Mi nombre es Sabrina – respondí su pregunta, con total sinceridad - ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?

-Alfie- Iba a decirle algo cuando me interrumpió- lo sé un nombre raro- comentó avergonzado, mirando hacia el suelo. Levanté su cara para que me mirara.

- No es raro es diferente- me miró un poco triste ante mis palabras- pero diferente no significa que sea malo. A mí me gusta tu nombre.

Su cara se iluminó, con una sonrisa enorme mostrando sus pequeños dientes. Él me abrazó muy fuerte por la cintura. Me resultó súper tierno su abrazo. Tarde un poco pero le devolví el abrazo.

-¡Alfie! – exclamó una voz, que no había escuchado antes. Ambos alzamos la mirada hacia la puerta encontrándonos a un chico que era igual solo que más grande. Suponía que era su hermano mayor – ¡Sabes que Oliver no, nos deja acercarnos! ¡Menos tú, que solo eres un niño!

Alfie se paró para hacerle frente a su hermano.

-Pero Carter, es buena. Yo sé que no me haría daño, además yo soy un hombre- alzó sus brazos y los flexiono, como si nos estuviera mostrando sus músculos.

- Sí, claro ¿Por qué estabas aquí?- le gritó

-Mamá me dijo que le trajera la comida- respondió sin miedo.

Mientras ellos discutían yo vi la puerta abierta y al guardia muy despistado, así que esa era mi oportunidad si corría rápido. Comencé a alejarme despacio, los hermanos ni me notaron, seguían con su discusión. Luego de alejarme de ellos decidí correr lo más rápido que pudiera, y así hice. Escuche detrás gritos detrás mío pero no me detuve ni miré para atrás en ningún momento.

...

Hola gente, ¿cómo van?  Espero que les esté gustando, si quieren voten. Si tienen ganas comenten cómo se llaman.

Chauuuu :)

El cielo en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora