Un pequeño sonido se escuchaba en alguna parte de la habitación, los sonidos de la naturaleza afuera también se hacían llegar a los oídos de quién había permanecido dormido por hacía ya tres días, el pelinegro abrió lentamente los ojos y pudo ver a una mucama que limpiaba los cristales de la habitación. Más cerca, tomando su mano pudo ver los cabellos rizados de su esposa, lo cuidaba y velaba su sueño mientras cargaba a su pequeño niño, parecía tranquila y feliz esperando a que su amado despertará, puso la mano sobre la mano de su esposo sin quitar la mirada de su hijo. Taehyung tomó la mano de Garin y entonces ella supo que por fin él había despertado —Eres lo más bello que pude ver al despertar... —dijo viendo la cara de sorpresa de su mujer.
—Taehyung... Me tenías tan preocupada, gracias a Dios has despertado ¿Cómo te sientes? —preguntó ella tratando de darle un beso.
—Ahora estoy bien, pero no recuerdo como llegué aquí... —se sentó y pidió ver a su hijo al que abrazo y acarició en la mejilla con una sonrisa tierna — ¿Cómo esta Vante? —preguntó el pelinegro.
Entonces Garin pidió a la mucama de se llevara al niño para poder hablar más cómodos. —Vante fue traído muy mal herido, al parecer fuiste tú quien lo lastimó, no sabíamos cómo ibas a estar cuando despertarás por lo que él señor Arlener lo cuida en su casa. Pero debes saber que no es el mismo, aparte de que tampoco ha despertado desde que los trajeron, Jerathel dijo que era posible que olvidara todo y que iniciará una nueva vida sin recuerdos puesto que ha dejado de ser un demonio —Explicó Garin con tristeza.
— ¡No! ¡Él no puede olvidar! No puede porque Yunne espera un hijo suyo, ¡él no puede olvidar eso! — Taehyung se alteró sintiendo miedo de que aun sobreviviendo no pudiera disfrutar a su pequeño.
—Cariño cálmate, eso fue solo una suposición, nadie sabe nunca lo que hay en la mente de Vante, sabes que es impredecible y sorprendente siempre sale triunfante debes creer en él —Insistió la joven.
—No es justo todo esto ¿Porque siempre lleva la peor parte? —dijo molesto y frustrado.
—Estará bien ya verás, ahora cálmate, te amo —Ella se acercó a él y lo abrazó para tratar de hacerlo sentir mejor.
Taehyung se puso en pie, se dio una ducha y pensó en todo lo que había pasado, entendió por qué aquel pequeño niño había dicho que su padre tenía alas blancas, no era Vante ese pequeño, era su hijo, no hablaba de las alas de Arlener porque él la tiene plateadas pero la última vez que vio a su hermano tenía las alas blancas, estuvo de vuelta para salvarlo. Tenía que verlo, tenía de qué hacerle sentir que lo apoyaba que debía guardar sus recuerdos, sintió esas ganas desesperadas de ir con él y así lo hizo.
Mientras tanto en la casa de Arlener, Yunne cuidaba de Vante, había tomado un libro y le leía en paz en aquella habitación donde siempre dormía él, para ese momento ella ya sabía que estaba esperando un bebé. Por un instante vio lo hermoso que se veía dormido, sabía que ya no era un íncubo y podría no recordar nada, pero ella estaba dispuesta a dejarlo para que fuera feliz y tuviera una vida lo más normal posible. Dejó aquel libro, lo colocó en el librero que tenía en aquella habitación y se dirigió a la ventana, se sentía feliz por tener a Vante cerca y vivo, no importaban las consecuencias. Pero no se dio cuenta que en ese momento el rubio que ella amaba estaba abriendo los ojos, que el gris de su mirada recorría la habitación y que después de un instante la había tomado como punto focal. Sin hacer mayor ruido se sentó sobre la cama y trató de reconocer todo aquello y la mujer que ahora lo cuidaba, sonrió levemente sabiendo que era el amor de su vida y ella de pronto se dio la vuelta y se encontró con el rubio consciente.
— ¡Vante! ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Me recuerdas? —ella se acercó haciendo todas aquellas preguntas sin dejar espacio a responder. Pero Vante sólo la veía profundamente, muy interesado en ella, analizándola, inexpresivo y algo confundido, por lo que ella pensó que en efecto la había olvidado pero cuando se dispuso alejarse él la tomó del brazo y la atrajo a sí mismo.
— ¿Oye, a dónde vas? —preguntó viendo cómo se alejaba y las lágrimas empezaban a asomar. Ella lo miró por un instante pero no sabía cómo describir la confusión que tenía, no sabía leer sus ojos, no sabía si iba o venía era la mujer más perdida en ese momento.
Mientras Taehyung iba en dirección a la cabaña de Arlener, minutos más tarde la angustia lo estaba matando, no saber qué pasaba o pasaría con su hermano después de haber vivido un infierno era terrible para él, por qué no tenía modo de ayudarle, por nunca sabía cómo hacerlo. Entró de golpe a la cabaña y vio a Arlener y Namjoon bebiendo café en la sala, de lo más tranquilos, lo único que pudo hacer fue saludar antes de soltar la pregunta que lo había obligado a ir a ese lugar.
— ¿Dónde está Vante? —dijo después de saludar y de modo desesperado.
—Ven acá hijo, te mostraré —Namjoon se levantó y puso un brazo por la espalda de Taehyung para guiarlo a la ventana que daba al jardín trasero. Ahí, al fondo junto al gran árbol que estaba en el fondo de aquel lugar estaban Vante y Yunne, ambos sentados sobre el pasto, ella estaba recostada de espalda sobre él y él la abraza por la cintura, ambos reían y conversaban de los más tranquilos, Vante parecía tan feliz, como si hubiera conseguido aquello por lo cual lucho tanto. Taehyung no pudo evitar sentir que su corazón se conmovía, su hermano estaba bien y feliz.
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POSEÍDO 2 一KTH一 +21
FanfictionEscrito en mayo 2021 Antes de leer esta historia recuerda leer la primera parte pues puede haber situaciones confusas que no puedas comprender Después de un tiempo donde cada uno se adueñó de aquel lugar donde más cómodo se sintió, aprendieron a dom...