Habían emprendido el camino en busca de un lugar donde hubiera personas, Taehyung estaba consciente que las cosas podrían complicarse en cualquier momento por lo que buscaba desesperado dónde Vante pudiera estar a gusto, lo malo era que se habían alejado demasiado de la civilización y sería difícil para ellos. Pero mientras iban algo a Vante le molestaba, había empezado a sentir su cuerpo ser apuñalado, pero se estaba resistiendo al dolor, lo iba haciendo con valor pero las punzadas poco a poco fueron aumentando el grado, fue hasta que una tos lo hizo escupir sangre que fue evidente que necesitaba ayuda. Había caído del caballo y estaba en el suelo de nuevo abrazado a sí mismo tratando de mitigar el dolor, Taehyung que escuchó la caída volvió la mirada, ahí lo vio en el suelo, corrió con él pero no sabía cómo ayudarlo parecía dolerle tanto que sólo pudo verlo por rato.
—por favor... No me veas así... —rogó Vante con dificultad pero no quería ver más esa cara de angustia y pena que Taehyung tenía.
—Vante... Sé fuerte, sé que es difícil pero se fuerte —pidió mientras el rubio padecía por el dolor en suelo dando vueltas por la agonía. Vante había padecido ya tanto que su cuerpo no tenía energías para moverse, la sangre no dejaba de salir por su boca, Taehyung lo levantó y lo puso sobre un césped cercano mientras el acomodaba la tienda de campaña, pudo sentir entonces la piel de su hermano muy fría y a él muy débil. Las visiones empezaron a llegar a Vante, vio a Agnes poniendo sangre sobre el oráculo y este empezó a resplandecer y en ese momento el dolor se aumentó y él de nuevo sentía su cuerpo ser lastimado y de nuevo vomitaba sangre. La desesperación de Taehyung fue tal que dejó la tienda de campaña y se fue a abrazar a su hermano, tuvo miedo de perderlo en ese momento, se sentía impotente sin poder ayudarlo, no quería solo verlo, no quería que se le escurriera como agua entre sus dedos como ya antes lo había dicho. Ninguno de los dos supo cuánto tiempo pasó y bajó mirada atenta de Caileah los dos estuvieron así, Vante empezó a sentir su cuerpo adormecido por el dolor mismo, no tenía fuerzas para moverse, sentía que la debilidad a la que aquella crisis lo había llevado le estaba dando alguna paz.
—No quiero... Darme por vencido por que lo prometí —la voz de Vante fue débil y quebrada, muy suave pero Taehyung lo escuchaba perfectamente.
—Sé que no lo harás, creo en ti —dijo sin soltarlo y tratando de hacerlo sentir seguro.
—Hace frío... — se removió entre los brazos de Taehyung tratando de abrazarse por el frío.
—Te abrigare... —el pelinegro sentía sus ojos arder, su garganta dolía y su corazón siendo atravesado, esa no era la imagen de su hermano, el demonio más bello del inframundo en la época moderna, no podía estar siendo destruido de esa manera tan cruel. Lo dejó por un momento para sacar las mantas que ya antes había llevado, después trató de armar la tienda de campaña pero parecía que llovería, no podían quedarse ahí a pesar de lo mal que se veía Vante, debía moverlo a un lugar seguro. Fue entonces que Caileah le informó sobre una especie granero o choza que estaba cercana donde había mucho heno al parecer alimento para ganado, la bruja que siempre parecía estar al servicio de Taehyung a pesar del trato que este le daba ayudo con los caballos mientras el cargaba a Vante hasta el lugar.
—Mi señor déjame ayudarlo... —la voz de la bruja siempre era de respeto para Taehyung, pero este en aquel momento recordó que Sibila tenía sangre y cabellos de Vante. Entonces enfureció recordando que ella era una de las causantes de que su hermano estuviera en ese estado tan deplorable.
—¡¡¡No te atrevas a tocarlo!!! ¡¡¡Maldita!!! ¡¡¡Por que no tendré misericordia contigo en ese momento, te haré beber tu propia sangre antes de morir y te haré sentir lo que él está sintiendo en este momento!!! —sin medirse la había tomado por el cuello con una mano y la miraba rabioso en ese momento, hasta que la tiró al suelo y volvió con su hermano. Limpió cuidadosamente a Vante y cambió su ropa, pero no parecía estar calmado a pesar de que el rubio parecía estar cada vez más tranquilo pero era una tranquilidad que hasta cierto punto le daba miedo.
—No deberías esforzarte tanto... —dijo la frágil voz de Vante en ese momento.
—Sé que no te gusta estar sucio... —el pelinegro trato de mostrarse tranquilo pero la verdad es que estaba desesperado. Vio que temblaba por el frío y lo abrigo aún más, quería que estuviera calientito, quería que empezará a sentirse bien pero parecía que nada estaba funcionando, lo vio a tomar en sus brazos para hablarle más cerca y que de alguna manera su calor también lo abrigara.
—Siempre he sentido envidia por el modo relajado en que resuelves las cosas, quisiera ser como tú en este momento... —Decía viendo los ojos grises de su hermano perdidos en un punto cualquiera. Pero Vante no respondió, apenas si hizo un pequeño y leve movimiento esforzándose — ¿No quieres hablarme? —preguntó insistiendo.
—Mi señor... Creo que no es que no quiera, creo que ya no puede... Señor... Se está muriendo... — Caileah veía a al príncipe Vante palidecer entre los brazos de su hermano.
Aquellas palabras resultaron las más duras que hubiera escuchado jamás, abrazo de aquel débil cuerpo a su pecho y entonces se permitió llorar —Dijiste que lo intentarías... Lo vamos a lograr, te lo prometo pero por favor no te rindas... No ahora —le suplicó ahogando su nudo en la garganta.
Pero Vante no parecía estar escuchando aún que seguía vivo, no parecía tener la capacidad de hablar o razonar, Taehyung lo acomodó y continuó abrazándolo, para que descanse, él sentía que debía salir, por lo que colocó una barrera para que Caileah no lo toque mientras estaba fuera. Y así fue Taehyung salió, la lluvia que antes los amenazaba había empezado a caer pero eso no le importaba, solo quería llorar y gritar, camino a unos metros de la choza y se dejó caer de rodillas tapando su rostro, su pecho dolía y ni sus lágrimas eran suficientes para mitigar aquel dolor.
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POSEÍDO 2 一KTH一 +21
FanfictionEscrito en mayo 2021 Antes de leer esta historia recuerda leer la primera parte pues puede haber situaciones confusas que no puedas comprender Después de un tiempo donde cada uno se adueñó de aquel lugar donde más cómodo se sintió, aprendieron a dom...