Un Slytherin En Apuros.

CAPÍTULO 28

La desierta Torre de astronomía fue irrumpida de pronto por dos personas que entraron de prisa, un rubio de Slytherin tomaba de la mano de una castaña de Gryffindor y la introdujo rápidamente en el silencioso lugar, sus pasos precipitados hacían eco en los muros de la majestuosa Torre, la torre se erguia apaciblemente con sus muros de concreto, mientras se podía apreciar desde el gran ventanal el sol refulgente que surgia detrás de la copa de los árboles del Bosque Prohibido.

Draco al llegar al inhóspito sitio soltó la mano de la muchacha y fue con paso firme y tenso frente al ventanal, se llevó las manos en los bolsillos, omitiendo palabras y miró afuera, Hermione que no entendía bien porque la llevó a ése lugar, no dijo nada y se remitió a mirarlo, ella sentía su respiración jadeante y oía el rutumbar del corazón que golpeaba fuertemente contra su garganta, esa precipitada escapada a la que el rubio la sometió la tomó desprevenida, ella lo miró fijamente, él estaba también con la respiración agitada, Hermione notó que sus ojos grises se volvieron más claros y estaban perfectamente coronados, el sol se reflejaba brillantemente en sus retinas, Entonces  la miró, en ese momento los rayos del sol disolvió el color de sus ojos, que parecian más plateados, ese lacio rubio platino le caía en una cascada de mechones sobre la frente, simplemente resplandecía ante la luz intensa del amanecer, él tenía un aura que se asemejada a un perfecto adonis griego, bello y magestuoso, aunque se veía fenomenal, su rostro se contrajo con nerviosismo, apretó los labios en una fina línea, y tensó la mandíbula .

Hermione con los nervios a flor de piel, entrelazó las manos con fuerza sobre el libro que llevaba en las manos , los dedos sujetos con tanta energía que se podía ver los nudillos de los dedos a plena vista, estaba tan nerviosa que se paralizó, porque la llevó ahí? De qué quería hablar??, Que fue esa tensión tan extraña que sintió cuando se le acercó así en el corredor??? Hermione lo presentía, tenía un atisbo de intuición , había algo en su mirada que no podía definir.

"tal vez… Él…" pensó ella en un remolino de pensamiento y preguntas en sus adentros,

Ella se ruborizo, no sabía que hacer, Sí, era cierto, la clase de pociones del otro día le había confirmado a ella, que él se había vuelto alguien especial para ella, al principio no lo podía creer, ella se sentía rara cuando estaba con él, se sentía extraña y siempre acababa con cosquilleos en su interior, todos los días pensaba en él, ella había llegado a la conclusión que era por los miles de problemas que tenía el chico, por esa vida tan peligrosa que enfrentaba por haberse convertido en un mortifago , siempre se preocupaba de sobre manera, tal vez él no había notado que ella a veces se le quedaba viendo desde lejos, según en el pensamiento de Hermione, era por la preocupación porque se lo veía pálido, y había notado que había adelgazado, se preguntaba si comía bien, muchas veces pensó en acercarse y preguntarle si ya no tenía ninguna recaída, pero no se atrevía, y muchas veces cuando tomaba el valor para acercarse, él tenía esos arranques  egocéntricos que le hacía recordar que él era el Malfoy de siempre,  Hermione tampoco podía explicar ése extraño magnetismo que sentía cuando estaban tan cerca, su nariz buscaba por inercia ése perfume a menta, que le parecía irresistible, y cuando él se la llevaba casi con arrebato, secuestrandola  y apartandola del mundo, para estar a su lado, le parecía lo más excitante del mundo.

Ella dio un profundo respiro y las mejillas se le ruborizaron más de la cuenta, tomando un color rosa intenso, sus ojos marrones que en ése momento se volvieron color avellanas por la luz del sol que brillaba con intensidad,
Ella apretó los labios con tensión, y si, tenía que aceptarlo, ella también lo miró a los ojos.

" Sí, él me gusta" pensó ella, de repente sintió una sensación de vértigo en el estómago, y el corazón le latía estrepitosamente en el pecho, ya no podía negarlo era cierto, Malfoy le gustaba, y mucho, porque nunca se había sentido así con nadie.