-Aquí es- digo bajando del auto seguido por mis hombres.-Señor- habla Ander- ¿Qué le hace creer que la señorita Harrinson esta aquí?- pregunta.
-Yo lo soñé, sé que esta aquí, no perdemos nada intentándolo-.
Mis hombres pasarón al frente de mi para cubrirme, entramos por el terreno baldío, con mi mirada comencé a buscar aquella puerta azul que había salido en mis sueños.
-Es por esa puerta- la señale.
-Andando- exclamó Ander.
Abrieron aquella puerta de metal como pudieron y nos adentramos, todo estaba oscuro, un mal olor inundo mis fosas nasales, pero de algo estaba seguro... y era que ella no estaba en esa bodega.
-Señor... esta despejado- aclararon.
-Mierda- aventé mi arma al suelo.
-Señor-.
-¿Qué pasa Ander?- hablé.
Ander era como el padre que nunca tuve, era mi mano derecha para todo lo que hacía, era la persona más cercana a mi, se podría decir que de mis pocos y verdaderos amigos, la demás gente que conozco y se hace pasar por mis amigos, no lo son, solo me quieren por mi puesto en esta mafia.
-Le prometo que encontraremos a la señorita Harrinson viva, lo más pronto posible- palmea mi espalda-.
Subí a la camioneta, cargado por el dolor de mi alma y de mi corazón,ya no podía más con esta tortura que estaba atormentándome, creo que estoy llegando al infierno más pronto de lo que imaginaba.
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Estaré en mi oficina, no me interrumpan- hablé serio.
Señor...-.
¿Qué puta parte no entendiste de no me interrumpan, Antonieta?- grité enojado.
-L... lo siento señor- habló con miedo- le llego un paquete, es... esta en s...su oficina- tartamudea.
-Gracias- seguí mi camino.
Entre a mi oficina, justo como la empleada menciono había una caja encima de mi escritorio, me acerque a esta, la vi cuidadosamente, venía cerrada con demasiada cinta adhesiva, como si o quisieran que nadie la abriera, saqué de mi escritorio una bella navaja, comencé a cortar con cuidado y retirando la cinta, abrí la pequeña caja, dentro había un mechón de cabello color castaño, no estaba entendiendo nada, volví a mirar dentro de la caja y había un sobre de papel.
-¿Una carta?- hable para mi mismo.
Sebastian Stan:
¿Te lo advertí no es cierto?, no sabes cuanto he gozado verte arder en tu propio infierno, verte sufrir es mi medicina de cada día, ver como derramas una lagrima hace que una sonrisa aparezca en mi rostro, al fin estás pagando por tus errores, por todo lo que me hiciste a mi, estás haciendo cargar tus cadenas a alguien inocente, ¿así es la vida, no?, injusta.
Si quieres encontrar a tu amada, Brianna, te esperaré, se que anhelas encontrarla y yo anhelo mirar como la ves sufrir, definitivamente la verás ahí, tienes mi palabra, no prometo que con vida.
Nos vemos en estas coordenadas a las 2:00 am.
Una pequeña prueba de que esta aquí, conmigo.
Espero te guste ese lindo mechón de su bella cabellera.
Con cariño: tu amada Alejandra Onieva.
-¡Hija de puta!- grité.
Salí de mi oficina rápidamente- Ander- exclamé.
-¿Si señor?, dígame-.
-Investiga de donde son estás coordenadas- le estiré el papel- a las dos de la madrugada, quiero a todos mis hombres amados y las camionetas blindadas listas para salir ¡puntuales!.
-Si señor, ahora mismo-.
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-Señor, ya llego la hora-.
Miro fijo hacía la chimenea, observaba cada detalle de la fogosidad, bebo de mi vaso que contenía un fuerte licor, carraspeo un poco y me levanto de mi asiento- andando.
Las camionetas repletas por mis hombres comenzaban su camino, estaba desesperado, necesito tenerla entre mis brazos ahora.
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Brianna
-¿Qué mierda estas haciendo, Anastasia?-una voz nueva se hizo presente.
-¿No es obvio? la asesinaré, como lo habíamos acordado Alejandra-.
-Pues habrá cambio de planes- se agacha para quedar a mi altura.
-¿Por qué me hacen esto?- sollocé- es...esto es injusto, yo no debo pagar por los errores de Sebastian.
-Linda... bienvenida al mundo real- ríe- la vida esta llena de injusticias, ya es hora de que te vayas enterando.
-Jódanse- pronuncie enojada.
-Cállate- patea mis costillas- la que se joderá más pronto serás tu- cínica- llévenla a la camioneta, salimos en cinco, Sebastian esta por llegar.
-¿Mi hijo? dijiste que no lo traerías- menciona Anastasia enojada.
-¿Eres sorda o algo por el estilo? dije cambio de planes- pronuncia la rubia.
Los hombres me desataron de la silla, por más ganas que tenga de huir, mi cuerpo débil lo evitaba, me subieron en el baúl de la camioneta negra, ¿cómo mierdas pude terminar aquí? yo no le hacía mal a nadie en Nueva York, las lagrimas de la desesperación se hicieron presentes, en el pequeño espacio solo se escuchaba el eco de mis sollozos.
-Bájenla- ordena.
-Si, jefa-.
Veo como abren el baúl, una fresca brisa recorrió toda mi espina dorsal, la luz de la luna ilumino mi rostro, el olor de lo salado del mar inundo mis fosas nasales.
Hola hola!!!! bueno antes que nada les agradezco demasiado que hayan llegado hasta esta parte de la historia, también quería agradecerles todo el apoyo que le han brindado a este pequeño proyecto.
No se olviden de votar para poder seguir actualizando y claro si es que les ha gustado, ya estamos a nada del final, estén listos, se viene bueno.
Besos
atte: Franco :)
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The Boss- Sebastian Stan
FanfictionSebastián, el jefe de la mafia Rumana, un hombre lleno de oscuros secretos y un pasado, y un presente horrible para el. Brianna, una citadina común, como cualquier otra en la ciudad. ¿Será que el secuestrador pueda tener sentimientos hacía su re...