31

1.4K 156 24
                                    

Llegaban a un hotel muy costoso, a ambos les daba igual, la habitación era amplia y bonita, aunque no le prestaron atención.

Wooyoung se sentía realmente nervioso, no, jamás pudo hacerlo con alguien más, jamás pudo dejar de lado sus sentimientos por San, pero comprendía a este, después de todo tenía razón, no tenía porque esperarlo cuando esté ni siquiera le aseguró un regreso.

San volvió a tomar sus labios tan pronto entraron, lo puso contra la pared sintiendo que los labios de Wooyoung eran tan deliciosos como los recordaba, recordaba su cabello morado y tierno, pero el negro le daba un aspecto tan sensual, el lunar en su labio le pedía ser mordido, el precioso cuerpo que tenía parecía rogarle ser tocado, no aguantó más, quitó su corbata, Wooyoung se dejaba besar, amaba tanto que San fuera más alto, le sonrió coquetamente mientras se mordía el labio inferior, el cuerpo de San era tan sexy como lo recordaba, ese pecho marcado, su abdomen tal cual lo recordaba, sus ojos viéndolo con la misma intensidad que hicieron siempre.

San no podía ocultar su deseo, Wooyoung lo mataba, quería tenerlo desnudo en frente suyo, pero se sentía cuál niño cuando quiere disfrutar de desenvolver su precioso regalo, terminó por quitar todo lo que tenía encima para tomar ambas manos de Wooyoung y posicionarlo contra la pared, volvía a comer sus labios en un profundo beso, sin aviso metía sus manos por debajo de aquella falda.

  - San... Mmm- sus gemidos, sintió una punzada en su miembro, ¿Cuánto tiempo mientras se masturbaba recordaba aquel delicioso sonido? Siempre suplicando por volverlo a oír.

San tomó ambas nalgas notando la pequeña ropa interior que tenía, Wooyoung le sonrió, ¿Qué diablos era eso? Sintió su propia respiración ser robada, empezaba a apretar con gusto.

  - ¿Por qué me haces esto? - le Susurró - ¿Quieres volverme loco?

  - Si San - esa respuesta acompañada de esa pícara sonrisa, tan segura, sentía que perdería toda cordura en cualquier momento.

No pudo más, subió sus manos para quitarle la camiseta que llevaba puesta, esos pezones marrones claro, su cintura tan preciosa, ese cuerpo tan divino, era hipnotizante, rápidamente lo tomó cargado con ambas nalgas en manos para continuar devorando sus labios, Wooyoung sentía morir.

De repente lo bajo para colocarlo de cara contra la pared, empezó por besar su cuello para formar un camino de besos por su espalda hasta llegar a sus nalgas, sin descaro levantó la falda para empezar a besar por sus nalgas, empezaba a dar lamidas y algunas mordidas, bajó la diminuta ropa interior para sin aviso separar sus nalgas y poder observar su deliciosa entrada rosadita y apretada, tan dulce, no pudo evitarlo antes de empezar a lamer con ganas.

  - San... Aghmm.. - Wooyoung no podía creer lo excitante que era, lo bien que se sentía.

Volvió a subir hasta su cuello.

  - Te amo Wooyoung - Wooyoung abrió los ojos mucho tras escuchar aquella confesión - Te amo tanto. Si vuelves a estar entre mis brazos, jamás voy a poder dejarte ir Wooyoung.

  - No voy a dejarte San - Wooyoung sonaba tan seguro - Ahhh - un jadeo se le escapó, San había pegado su erección a su cuerpo.

  - Me iré contigo, déjame estar a tu lado - le Susurró - ¿Qué te parece si trabajo para ti Wooyoung?

  - San.... Mghmm... - Este le hablaba cerca de su cuello no pudiendo evitar que la excitación fuera más intensa aún .

  - Podrías ser mi jefe - dejó una mordida en su cuello.

  - San... Dios - San quitaba sus pantalones y ropa interior dejándole la sensación de aquel trozo de carne sobre sus glúteos.

  - Haré un buen trabajo - esa voz tan grave y erótica - juro complacerte todo el tiempo que desees - movía su erección contra sus nalgas haciendo que este se retorciera, sus piernas apretaban intentando contener su orgasmo que sentía tan cerca por aquellas palabras, y de sólo imaginárselo era jodidamente caliente.

Mi chico - Sanwoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora