Mi alfa es un lobo [Katsudeku] [Omegaverse]

XVI. Despertar

11 de junio de 1877

El verano hacía del clima cálido, ambos niños se encontraban en el inmenso jardín que florecía con dulce encanto, las hojas de los árboles se mecían alegremente con el viento junto a las campanillas de aire.

El pequeño de suaves cabellos verdes había recolectado algunas flores para su madre, desde tulipanes a zinnias y ahora descansaba bajo la sombra del gran árbol quedándose dormido escuchando a el niño mayor que leía uno de aquellos cuentos de Charles Perrault.

— Y por fin llegó tan deseable dí... — notó que el pequeño apoyado en su hombro había cerrado sus ojos.

Era costumbre que Izuku se quedara entre sueños al escuchar cuentos, el leve movimiento de su pecho respirar y aquellos cabellos caer en su pálida piel ocasionaron que el cenizo se ruborizara e inmediato cambiara la dirección de su mirar.

No comprendía el sentimiento que llevaba en ese momento, pero el palpitar de su corazón que anteriores veces lo había sentido se hacía cada vez más fuerte, tomó algunas flores de la canasta y comenzó a entrelazarlas para lograr calmarse.

— Siempre haces lo mismo...— susurró con nerviosismo y algo molesto, mientras sus manos se movían.

Casi estaba terminando un circulo, creando una corona de flores que colocó sobre la cabeza del niño dormido, hizo resaltar aún más la belleza pura del niño pecoso, una sonrisa se posó en el rostro del cenizo que dejó el libro a un lado para despertarlo.

— ¡¡Deku!! — Exclamó con fuerza haciendo sobresaltar al pequeño que miró a todas partes confundido.

— Me... me asustaste Kacchan... — fueron sus primeras palabras adormitadas.

— A que no puedes alcanzarme Deku — el niño mayor se puso de pie y corrió hacia la casa.

— ¡Espera Kacchan! — exclamó el niño menor que vio correr al cenizo a toda velocidad dejándolo atrás.

Tomó su canasta y comenzó a correr con todas sus fuerzas dejando que su corona de flores cayera sin darse cuenta deshaciendo sus pétalos por cada centímetro que caía, los segundos pausados de aquella corona anunciaba el futuro de forma imperceptible.

En la habitación el pelicenizo seguía inconsciente donde Kirishima esperaba el despertar de su mejor amigo, sus manos entrecruzadas sostenían los pensamientos que venían, no sabía cómo podría decírselo, lo que había ocurrido.

— De... ku... — se escuchó de los labios del joven alfa que parecía querer despertar.

— ¡Bakugo! ¿Puedes escucharme? — se acercó con rapidez

Los ojos color rubí comenzaron a abrirse con lentitud, sentía cómo su cuerpo no podía reaccionar rápido, estaba confundido, pero al ver la ventana notó que el día había llegado.

— ¿Estás bien? — pregunta su amigo que se percató como observaba la ventana.

— ¿Qué... hora... es? — toma su cabeza que dolía demasiado.

— Son... son... las cuatro de la tarde — confundido por la interrogante.

— Debo irme... ahora. — trató de ponerse de pie ocasionando que el mareo fuera más fuerte.

— ¡Espera! ¡acabas de despertar! — al verlo caminar al umbral de la puerta tomó su brazo para detenerlo

— ¡Suéltame! — exclamó empujando a su mejor amigo que volvía a sostenerlo; se encontraba mareado y su vista era doble debido a los efectos de la pócima que había estado evitando su despertar.

— ¡¡No puedo dejarte ir en ese est... — no terminó la frase cuando comprendió la desesperación de su amigo por irse, apretó los dientes, tragó saliva para luego bajar su mirada y su culpabilidad hizo que cayera de rodillas desconcertando al ojirubí.

— Ki...ri... sh... — susurró cayendo de rodillas después de su mejor amigo buscando que él le dirigiera la mirada.

— Lo siento... Bakugo... — la voz quebrada se rompía como lo poco que le quedaba por decir.

— ¿Qué estás tratando de decir? — preguntó en ironía evitando cualquier pensamiento, volviéndolo inevitable en su mente, llegando a que su corazón se acelerara — ¡¡¿Qué es lo que estás tratando de decir?!! — sujetó la chaqueta de su mejor amigo que con esa acción sus ojos se reencontraron con los del cenizo.

— No... no pude... yo... — los ojos rojos llenos de lágrimas eran consumidos por la mirada del cenizo que su confusión y terrible presentimiento.

La mirada del cenizo descendió desajustando su agarre mientras oía todo lo que decía sin poder entender nada, su corazón dolía como nunca lo había dolido como si una espada fría atravesaba.

Sin pensarlo más su forma lobo lo dominó saliendo de la casa y comenzando a correr en los estragos de la nieve por el bosque, sus pasos eran torpes pero no descansaría hasta volver a verlo, lo necesitaba, necesitaba tenerlo en sus brazos, necesitaba volver a inhalar el dulce aroma de sus ondas verdes, y poder dormir en su suave cabello sintiendo su cálida piel.

Kirishima al verlo partir inmediatamente se transformó para seguirlo; las personas de la aldea los observaron partir, los lobos mayores trataron de seguir a su nuevo alfa pero uno de ellos los detuvo.

Al llegar al borde del bosque volvió a su forma humana, el sonido de la ciudad lo aturdía llegando a cruzar la pista sin precaución siendo golpeado por un carro que inmediatamente se detuvo para gritarle por su imprudencia y a la misma vez preocupado de alguna lesión, pero el joven alfa se levantó y siguió corriendo con dolor, al llegar a aquella calle, suplicaba dentro suyo una y otra vez que estuviera allí, que volvería a ver esa sonrisa, pero sólo llegó a ver escombros de lo que alguna vez fue el hogar de su dulce Izuku.

Sus rodillas cedieron, no podía creerlo, sus brazos se dirigieron a su mismo buscando encontrar en ellos algún rastro de la esencia de su omega, lágrimas se desbordaron sin previo aviso; a unos metros su mejor amigo lo observaba caminando en pasos lentos para luego correr hacia él y cubrirlo.

— Ya... no está Kirishima... ya... no... está — sus lágrimas amargas caían mientras su luz se apagaba como los copos de nieve que caían en lentitud.

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Hola a todxs estoy muy emocionada, pido perdón por demorarme tanto en regresar, en cierto momento me perdí, pero aquí estoy de regreso, espero que les haya gustado este capítulo de regreso, no se olviden de votar y saben que adoro sus comentarios que me alentaron a volver 💖

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