La primera vez que lo tuve a Mauro Ezquiel Lombardo adelante mío tenía sensaciones encontradas.
Por un lado, todo mi amor hacía él.
Por el otro, toda mi bronca porque esa energía tan pura se la estaba dedicando a Iara.
Ahora, nuevamente teniéndolo enfrente, mi amor por su persona tomaba el protagonismo y lo único que quería era abrazarlo para no soltarlo jamás.
Quería agradecerle por todo lo que hizo por mí con su música, y sin siquiera ser consiente de eso.
- ¿Cómo estás? - me preguntó
Su voz es música para mis oídos.
La verdad es que no sé cómo estoy, ya que son muchísimas las emociones que siento y que se mezclan en este momento dentro de mí, por lo que decido responderle con otra pregunta.
- ¿Cómo estás vos? - le pregunté ahora yo
- Acá me ves, disfrutando de la vida como se debe - me respondió y me tendió un vaso con alcohol
Quién me iba a decir que iba a compartir una fiesta con mi ídolo.
Increíble.
Tomé un poco de la bebida y después miré mis manos nerviosa. Golpeé mis dedos contra el plástico del vaso y finalmente agarré su muñeca, logrando que Mauro me mire con sus ojos color marrón intenso.
- Necesito decirte algo muy importante Mau - suelto sin dejarme vencer por los nervios
- Yo también tengo que hablar de algo con vos, pero puedo esperar - dijo y me miró esperando que empiece a hablar
Tomé aire y pensé nuevamente si contarle o no.
A fin de cuentas, tenía que ser sincera con él y decirle todo.
Aunque probablemente no sea lo mejor.
- Iara y yo nos encontramos antes de que se fuera de viaje - comencé diciendo - Tuvimos una muy linda charla en la que fuimos sinceras y cada una dijo lo que pensaba de la otra
- ¿Puedo saber qué fue lo que se dijeron, específicamente? - me volvió a cuestionar
Si iba ser sincera, ya no había vuelta atrás.
- Le dije que la odiaba y me respondió que ella a mí también - digo siendo honesta
Mauro, al contrario de enojarse, soltó una leve risa y dos hoyuelos se formaron cerca de sus labios.
- Y después, le pedí que por favor nunca te lastimara - terminé de decirle
Ahora sí el cantante me miró un poco sorprendido y en sus cachetes pude notar un leve color rojo, a pesar de las luces de la joda.
¿Se había puesto nervioso? Dios mío.
- ¿Y qué te respondió? - se ve estaba demasiado preguntón esta noche porque no dejaba de cuestionarme todo lo que decía
- Que los dejara vivir en paz - mentí
Duki se encogió de hombros y se acercó un poco más a mí.
Me distraje mirando su mandíbula y su cuello adornado con los tatuajes y esas cadenas.
Sin duda alguna era aún más lindo en persona. Hijo de puta. Le agradezco a Sandra por hacerlo tan bonito.
- Cielo, en un primer momento yo te pedí lo mismo a vos pero ahora agradezco que no lo hiciste porque me ayudaste a darme cuenta de muchas cosas - exclamó
- ¿A qué te referís? - le pregunté algo confundida por sus palabras y por su cercanía
- Pude entender que todo lo malo que me decías era para intentar protegerme porque te importa cómo me sienta, y te pido perdón si en algún momento durante todo este tiempo te ofendí con algo - relató él - Pero yo quiero intentar que realmente las cosas estén bien con Iara y formar una vida con ella
Una lágrima se escapó de mi ojo izquierdo, pero Mauro la limpió con su pulgar.
Me abrazó y ahí mismo yo me terminé de romper.
Lloré entre sus brazos un tiempo prolongado, hasta que por fin pude volver a respirar con normalidad y salí de su pechi para mirarlo a los ojos.
- Yo te pido perdón a vos, lo único que quiero es que seas feliz y no me voy a meter más en tu relación - le dije
- Y yo quiero que vos y todas mis fans también lo sean - replicó
Ahí estaba el chico del que me había enamorado a través de una pantalla.
Sabía que no íbamos a terminar casados y con tres hijos como en las películas, pero tampoco esperaba que la historia se terminara así.
Su celular comenzó a sonar y él lo atendió. Habló durante muy poco tiempo, intercambiando dos palabras con la persona del otro lado, y después cortó la llamada.
- Es Ysy, está arriba y entre tanta gente no me encuentra - me explicó
- Anda tranquilo, yo ya me estoy yendo igual - le contesté
Lo abracé por última vez y me giré para irme de esa casa.
Aunque unos segundos después lo escuché gritar mi nombre.
Me di vuelta en mi lugar y Duki se acercó caminando rápido nuevamente hasta donde yo estaba.
Colocó sus manos en mi cara y decidido juntó sus labios con los míos, en un beso corto y rápido al que respondí sin pensar. Su boca era suave y tenía sabor a fernet mezclado con chicle de menta.
Me estaba besando.
Mauro Ezequiel Lombardo me estaba besando.
Si estaba soñando, no me quería despertar.
El encuentro entre nuestras bocas fue corto, duró aproximadamente veinte o treinta segundos, pero fueron los mejores segundos de mi vida.
- Creo que teníamos que despedirnos bien - habló riéndose levemente al separarse - Chau Cielo, fue un placer conocerte
- El placer es mío - le respondí como podía - Te amo y lo voy a hacer siempre
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Iara | Duki
FanfictionElla siempre estaba cuando tú no estabas, fue tanto dolor que ya no la mataba