Iara | Duki

Dieciocho

Duki estuvo hablando por alrededor de media hora acerca de las entrevistas que va a dar, de su gira por España, y de un montón de cosas más. Pero la verdad es que no logré prestarle casi nada de atención.

Lo único que hice fue mirar cada detalle de su cara y guardarlo en lo más profundo de mis mejores recuerdos.

Sus tatuajes, sus labios, su pelo, su aroma.

Desde que nos encontramos por tercera vez no puedo despegar mi mirada de esa cara tan hermosa que tiene. Quién pudiera levantarse y ver esa obra de arte a su lado todos los días.

No sabía si iba a tener la posibilidad de tenerlo frente a frente otra vez, por lo que tenía que aprovechar al máximo este encuentro.

- Cielo - me dice con un sonrisita en su cara

- ¿Si? - cuestioné perdida

- ¿Escuchaste algo de lo que te estaba diciendo? - preguntó ahora él mientras una sonrisa aparecía en su cara

Con vergüenza, negué levemente y mis cachetes se pusieron un poco colorados.

Quiero salir corriendo o que me trague la tierra justo ahora. Por favor.

- Te preguntaba por los mensajes de Iara - me habla y, al instante, me pongo tensa - ¿Fue mala onda?

Niego con la cabeza.

- Cruzamos dos o tres palabras Mauro nada más, pero no me trató mal - le contesté sincera

Él sonríe y yo me vuelvo a perder en su sonrisa. Por favor, que deje de hacerlo por un segundo o voy a morir de un paro cardíaco.

El efecto suyo sobre mí es inexplicable.

- ¿Viste lo que es? Ella tiene re linda personalidad - exclamó

Todo queda en silencio por algunos minutos.

No quería tocar más este tema, aunque sabía que inevitablemente íbamos a hablar de ella porque para eso nos habíamos juntado.

El trapero suspiró y me miró fijamente para comenzar a hablar otra vez.

- No te estoy pidiendo que se vuelvan mejores amigas con ella, pero intenta no tratarla mal al menos - me dice tranquilo

- ¿Y si ella me trata mal a mí? - le pregunto a la defensiva

- Automaticamente me escribís y me lo contas - me responde - Se que es difícil esto pero, si vos queres verme feliz como muchas veces me dijiste, entendé que ella es la que me hace feliz

Ahora lo odio.

Sabe lo mucho que me importa y lo está usando a su favor.

Me hago débil ante sus palabras.

- Lo voy a intentar - aceptó finalmente

Hablamos unos minutos más de cosas que no tienen nada que ver con su relación, como por ejemplo su música, sus giras y sus gustos.

Es realmente perfecto pasar tiempo así junto a él.

Pero después de esa charla, Duki me dice que se tiene que ir a una reunión de su nuevo emprendimiento de marca de ropa. Se levanta de su lugar, me saluda con un beso en la mejilla, y se va.

Y, como siempre, se lleva con él una parte de mí.

Porque por mucho que lo niegue, ya mi corazón es suyo hace rato. Desde el momento en que le di play a "No vendo trap" por primera vez.