Treinta y uno

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A Duki lo etiquetaron en miles de fotos donde se la puede ver a Iara besándose en un barco con otro pibe.

Más que eso incluso.

Ella se encuentra arriba de él y las manos de este otro se encuentran en su culo. La rubia no tiene puesto nada más que su bikini, y eso hace que la foto se vea mucho peor. Se puede malinterpretar de muchas maneras.

Mis ojos se llenan de lágrimas, porque me pongo en el lugar de Mauro y sé que debe tener el corazón demasiado roto en estos momentos. Que debe sentirse traicionado.

Me contengo a decirle "te lo dije" ya que sé que no va a servir de nada y solo va a empeorar las cosas.

Lo último que necesita es recibir un reto de mi parte.

- Lo siento mucho - fue lo único que pude decir

Él asintió sin muchas ganas y se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el piso.

No quería verlo así, por lo que caminé hasta él y lo agarré de la mano para ponerlo de pie nuevamente.

Pasé mis brazos alrededor de su cuerpo y le acaricié la espalda, tratando de hacerlo sentir un poco mejor. El rubio colocó su mentón en mi hombro y yo suspiré.

- La llamé, ¿sabes? - me abló interrumpiendo el silencio que se había formado - Ni bien ví las fotos la llamé y le pedí una explicación, ella me pidió perdón diciéndome que no era nada serio y le creí

- ¿Y que pasó entonces? - repliqué

- Neo me llamó y me dijo que un amigo suyo conocía al chabon de la foto, y que le había dicho que ya salían hace más de cinco meses - terminó de contarme

Lo abracé con más fuerza todavía cuando sentí que estaba por comenzar a llorar otra vez.

No podia creer que ella le hiciera esto, o en realidad siempre me lo esperé.

- Lo peor de todo es que tuvo el descaro de llorar en la llamada, una verdadera hija de puta - siguió diciendo

Esa frase me hizo soltar una risa y me separé del abrazo. Aún en este momento podía hacerme reír.

Duki me miró fijamente por unos segundos, poniéndome nerviosa.

El silencio se hizo presente otra vez en el lugar y ninguno dijo más nada.

Siento que odio a Iara por haberlo lastimado de esta manera, pero a la vez gracias a ella pude conocer a mi amor platónico.

- Creo que me voy - avisó Mauro de golpe

Lo miré nuevamente y traté de memorizar cada detalle de su rostro.

- ¿Por qué viniste a mi casa? - le pregunté siendo directa - Los tenías a los chicos más cerca para que te consuelen

- Es que cuándo pasó todo esto lo primero que tuve en mi mente fue tu cara y necesitaba verte - me contestó

Ya no aguanté más y solté el llanto que venía aguantando toda la tarde.

Sus labios se posicionaron en mi frente y dejaron un suave beso allí.

- Gracias por estar del otro lado de las pantallas y ser tan hermosa conmigo siempre - me dijo antes de caminar hasta la puerta de entrada

Yo lo seguí, abrí la misma y él salió.

Se dió vuelta para mirarme por última vez y soltó esas palabras que para siempre voy a recordar.

- Si no te vuelvo a ver, prometeme que vas a ser la persona más feliz del mundo y que te vas a enamorar de alguien que te quiera de verdad con toda su alma - habló él - Te mereces a una persona muy especial y tenes que entregarle tu corazón a un chico que valga la pena

Lo único que pude hacer fue llorar aún más por su mini discurso y secar mis lágrimas con el puño de la campera.

- Te quiero - le digo desde mi lado más sincero - Y nunca voy a dejar de agradecerte por haber llegado a mi vida

Lo veo alejarse, dejandome sola ahí parada, y cierro la puerta.

Voy hasta mi habitación y me desplomo en la cama. Me abrazo a mi oso de peluche y lloro hasta quedarme sin lágrimas.

Duki me pidió que le entregara mi corazón a alguien que fuera especial y valiera la pena, y después se fue.

Supongo que no se dió cuenta que detrás de él se iba mi corazón.

Y yo me quedé adentro, viendo cómo se alejaba. Me quedé como lo que soy.

Una simple fan, y siempre lo seré.

FIN

Iara | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora