Parte 4

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Me aclaro la garganta  intentando tragarme el nudo que acababa de aparecer allí  y me disfrazo de profesional.

Explico la presentación como si llevara meses estudiándola; mirando a todo el mundo y sin mirar a nadie al mismo tiempo, pero en especial esquivando el par de ojos ónix que sé no se apartan de mí.

-Cada uno de los invitados estarán representando a sus países y por eso decimos que es un festival de talla internacional, eso sin mencionar que de los 20 invitados , 3 de los 5 que hemos elegido, han confirmado realizar un coctel de la mano con su embajada; con todo patrocinado.

En este punto, hospitalidad estará trabajando de la mano de protocolo, quienes le explicarán a más detalle en qué consiste cada evento- Finalizo mientras Alexa toma mi lugar y yo vuelvo a ocupar mi puesto que es, para colmo de estrés, delante de ti.

Por mucho que intento esquivarte no puedo, no puedo no volver a verte y aunque mis venas están llenas de ira, mi entrepierna y mi alma parece que están de fiesta por volver a encontrarte.

Veo como Mónica te susurra algo en el oído y así, la fiesta ha llegado a su fin.-Mónica ¿puedo retirarme?, aún debemos terminar de confirmar los hoteles para el evento de música que tenemos a final de mes- Declaro intentando que la amargura no me quite el profesionalismo

-No, tu equipo se encargará de eso. Esto es más importante y creo que lo sabes- Me responde mi jefe entre dientes.

-Claro- le digo con un intento de sonrisa. <<Te odio>>

El resto del tiempo dejo mi mente en blanco, concentrándome en una mancha de humedad que está justo al lado de la pantalla y que estoy segura que ha sacado de quicio a Mónica cuando se ha dado cuenta; los de servicios generales se arrepentirán luego, seguro.

-¿Entonces señores?, ¿qué les ha parecido?; he tenido razón, ¿no?- Intervienes con tu voz viril y llena de sobriedad.

-Tu esposa es magnífica, Nicolás- Te dice un hombre de pelo de oro y brazos fuertes.

Una risa sarcástica logró colarse de mis pensamientos y salir disparada de mi garganta;

 << Espera, ha dicho, ¡N I C O L Á S!, ¿tú eres Nicolás?, ¿quién es Nicolás?, ¿te llamas Nicolás? Que sea un apodo, por Dios.>>

-¿Perdón?- Me dice Mónica con antipatía.

Me quedo pasmada viendo como todos centran su atención en mí, Alexa negando con la cabeza y ahogando una risa me reafirma que no tengo fácil salirme de esta.

-Me rio porque me ha dado un gusto muy grande que todo sea de su agrado; Mónica es magnífica, gracias a ella todos nosotros y nuestros equipos hemos trabajando mucho para hacer de este evento algo importante para la ciudad y nuestra cultura y que no podemos lograrlo sin ustedes- Dije con los ojos y la sonrisa tatuada sobre el hombre rizos de oro.

-Pues han hecho algo asombroso, todo y todos se ve perfecto, señorita...- Me dedica mirándome de arriba abajo.

-Julieta, mucho gusto, jefe de hospitalidad- Le dije tomando la mano que me brindaba.

-Mucho gusto Julieta jefe de hospitalidad-

Miré su sonrisa de consultorio y me hizo gracia; era un hombre joven y apuesto, de esos que de entrada sabes que la coquetería es uno de sus deportes por excelencia.-

-¿Nos vamos?, creo que estamos listos, Mónica nos envías el contrato por email, lo firmamos y hacemos la consignación mañana, ¿te parece?- Vuelves a intervenir ante el hombre de rizos de oro, con tu voz de Nicolás y no de Romeo.

Morir para bailarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora