-Vaya, sí es que eres tú- Afirmó mi padre poniéndose en pie mientras yo apretaba los ojos como si con ese gesto pudiese hacer desaparecer aquella escena.
-Soy Andrés, el padre de Julieta y mejor amigo de su suegro-
-Mucho gusto Andrés, soy Nicolás, como ha dicho, Rafael es mi suegro, y para mi fortuna, Julieta es mi novia-
<<¡NO, NO HAS DICHO ESO!>>
Me agarré la cara con las manos y la estampé contra la mesa; más por la impaciencia que me provocaba esta escena que por vergüenza; al levantarla nuevamente el rostro y abrir los ojos, ya estabas sentado junto a mí, mientras que ambos hombres nos miraban como si fueran un pelotón de fusilamiento.
No me gustaba esta sensación, no me gustaba esta situación, a decir verdad me exasperaba. No soy una niña pequeña que necesita permiso para vivir; soy una adulta y totalmente independiente desde hace mucho, soy bien consciente de las decisiones que he tomado en mi vida, no necesito ni quiero a nadie tomándolas por mí o cuestionándolas.
-Julieta, ¿algo que quieras explicarme?- Sentenció papá, sacándome de mi lucha interna
-No- Dije sin vergüenza y provocando una sonrisa en ti
-En realidad no entiendo porqué debo explicarles mi vida personal a ustedes; cuando yo no me meto en la suya; y pues sí, soy la amante de Nicolás porque me he enamorado de él y creo que él está enamorado de mí; no he sentido ni por un segundo remordimiento ni que esté haciendo nada malo.
-¡No me jodas Julieta!- Dijo Rafael tocándose el puente de la nariz e interrumpiendo mi discurso; mientras yo sentía como tus ojos me clavaban la mirada.
- He sido como un padre para ti y te quiero como una hija y me estás engañando a mí; me estás lastimando a mí porque estás lastimando a mi hija a propósito y lo sabes; tú sabías que Mónica era la esposa de este. Y aun así me dices con descaro que no crees estar haciendo nada malo; ¿te parece poco enamorarte de un hombre que falta a su palabra con su esposa, para conseguir acostones contigo a cambio de una botella de vino de un restaurante costoso?, ¡¿PERO QUÉ TE PASA?!, tú eres mejor que eso, conoces la vida de quienes tienen dinero, no hace falta que te rega...-
-Bueno, ¡basta ya!- Declaraste sin levantar un decibel la voz pero con una firmeza que hizo que Rafael volviera a la compostura y que las lágrimas de mis párpados volvieran corriendo a esconderse nuevamente en mi alma.
-No hablarás, ni hablarán como si yo no estuviera aquí, y mucho menos te voy a permitir que conviertas en algo malévolo lo que sentimos Julieta y yo; y bueno, ¿hablaremos con honestidad?, pues vale.- Sentenciaste con la misma seguridad.
-Rafael y Andrés, yo me he enamorado de Julieta, así como ahora sé que ella lo está de mí; y sí, estoy casado, pero tú Rafael sabes perfectamente cómo han sucedido las cosas entre Mónica y yo; desde un principio lo sabes todo y si Andrés es tu mejor amigo, pues ya lo habrás puesto al día con toda la honestidad y realidad del caso porque si hay algo que admiro de ti, es eso...
-Mira, tú siempre hablas de cómo eres un padre para Julieta, para César; pero también lo has sido para mí; cuando mi familia murió y me tocó hacerme cargo yo solo de todo, sin tener quién me guiara y cargando la muerte de ellos todos los días, tomé las peores decisiones de mi vida, y no me excuso, pero no tuve nadie que me dijera "Es una mala idea", y cuando me di cuenta que realmente sí lo fue, te conocí a ti y dije "Pues vaya, he encontrado un modelo a seguir" y lo has sido; y ha sido mis ganas de poder seguir siendo parte de tu vida, de contar contigo, lo que me ha mantenido unido a Mónica. ¿Querías la verdad?, pues es esa.
Pero es que Julieta es mucho más que eso, es mucho más que intentar ocultar las heridas de mi pasado, la ausencia de mi familia; porque es que ella ha llegado y me ha curado cada parte, ha revivido todo lo que murió aquella mañana con mis padres y mi hermana, ella es... - Dices tomando mis manos entre las tuyas y llenando con tus ojos de cielo estrellado el sol de los míos. Y yo siento que dentro de nada voy a empezar a llorar.
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Morir para bailar
RomanceHe vivido en el olvido de quién aún está presente y debo reconocer que es de las peores formas de morir que existen. También me he vuelto eterna en quienes desde lo efímero me han regresado a la vida y no he encontrado religión más preciosa que esa...