Me empecé a sentir mareada, con dificultad para respirar y para pensar; sentía un peso aplastarme el centro del estómago y como si un taladro gigante me estuviera perforando la cabeza hasta tocar el cerebro de a poquito.
Me dolía todo y a la vez no era capaz de sentir ese dolor. Era como si mi alma hubiese salido de mi cuerpo y desde fuera miraba como iba desintegrándome mientras no quitaba los ojos de aquella vergonzosa escena.
Volví a la realidad cuando una luz blanquecina me quemó los párpados. Un flash de un fotógrafo.
Centré mi atención en Alexa quién no lucía con más vida que yo; ambas nos tomó un par de segundos correr entre en medio de la multitud, las cámaras y los celulares, hasta llegar frente a las dos amantes e intentar cubrirlas, detrás de nosotras, fue el resto del equipo.
Alejandra llegó después de un minuto que se sintió como una hora; con ella los gigantes de seguridad que de manera gentil pero firme fueron evacuando a todos; alcancé a mirar que Hyun iba entre esos y no sé hasta que punto mi expresión pudo empeorar, pero Alexa me pidió que fuera tras él. Salí disparada.
-No te avergüences, no has sido tú la protagonista del espectáculo- Me dirigió Hyun al momento de bajarnos del auto en la puerta del hotel y luego de un silencio absoluto durante todo el trayecto.
Yo llevaba la mirada en mi teléfono que no paraba de recibir llamadas, mensajes, notificaciones; de Rafael, de los demás del equipo, de las noticias y menciones en redes sociales; sin embargo omitía todos los pequeños cuadritos en la pantalla, y por cada uno que omitía, aparecían tres, y ninguno era de ti.
-Julieta, ¿estás bien?- Intervino nuevamente Hyun, colocando su mano fría sobre mi hombro y trayéndome de nuevo a la realidad.
-Yo...yo... yo represento a la empresa; sigo sin comprender qué ha pasado, o porqué ha pasado esto, hoy, aquí, con todos...
Creo que.. no... No; no no tengo forma de expresarte lo mal que me estoy sintiendo y la vergüenza tan absolu..- No pude terminar, lo siguiente fue llanto a más no poder; lloré como llevaba años sin llorar, como cuando te han roto el corazón por primera vez; con dificultad respiratoria y mocos saliendo de la nariz. Hyun me abrazó y me acarició el pelo en silencio hasta que no hubo más tristeza que sacar.
-Lo siento muchísimo, por todo- Afirmé separándome de sus brazos luego de un par de minutos de drama.
<<¡Encima esto!>>
-No pasa nada Julieta; eres humana, sé que no te estás sintiendo bien...
-Mira, no te quito mas tiempo porque debes tener un montón de asuntos por atender y bueno; ya te haz desahogado y creo que puedes volver más tranquila... No sé que decidan hacer con los próximos días pero igualmente me quedaré aquí , si hay algo en lo que pueda ayudar; déjamelo saber; sin duda alguna-
-Vale, claro que sí...De verdad muchísimas gracias y lo siento. Te iré contando- Dije sin mirarlo a la cara, con los ojos sobre el pavimento y volviendo a entrar en el auto.
Al llegar al sitio no encontré a nadie que no fueran docenas y docenas y más docenas de fotógrafos y reporteros, muchísimos más de los que inicialmente estaban, esperando con la puerta cerrada en las narices, esperando quién sería su presa; y por supuesto, allí estaba yo.
Bajarme fue mi error.
Todos en masa se abalanzaron sobre mí, me cegaron con los flashes y me continuaban haciendo preguntas que no estaba en la capacidad ni de entender ni de responder, solo escuchaba ruido, gritos y el clic de las cámaras.
Los esquivé como pude, pisé a unos cuantos y unos muchos me pisaron a mí; entré luego de tocar con los puños la pesada puerta de madera estaba a punto de empezar a arañarla si era necesario; hasta que del otro lado alguien entre las sombras la abrió con suavidad; como cuando has dejado al gato fuera a media noche y te conmueves por sus maullidos de dolor.

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Morir para bailar
RomanceHe vivido en el olvido de quién aún está presente y debo reconocer que es de las peores formas de morir que existen. También me he vuelto eterna en quienes desde lo efímero me han regresado a la vida y no he encontrado religión más preciosa que esa...