Después de haber pasado la noche juntos. Takemichi y Naoto se iniciaron a llevar bien. Naoto veía a Takemichi cómo un buen Omega, de buenos sentimientos e intenciones. Takemichi también estaba felíz, Naoto pasaba tiempo con él y ya no lo trataba con tanta indiferencia cómo antes. Naoto Tachibana se había enamorado perdidamente de Takemichi. Ambos iniciaron a pasar tiempo juntos, Naoto siempre invitaba a comer a Takemichi y Takemichi estaba felíz de poder pasar tiempo con su amor platónico. Ante el resto de sus compañeros de trabajo ellos ya eran una pareja de alfa y Omega.
Naoto sentía cosas por el Omega pero Takemichi no sabía. Pero a Takemichi no le importaba ser correspondido ó no, con tal de pasar tiempo con ese alfa tan atractivo y caballeroso era feliz. Cabe mencionar que, Naoto Tachibana no era de esto, no era de expresarse mucho y menos de decir lo que sentía pero Takemichi era alguien increíble; muy educado y atento con todos. Para el alfa, el Omega era el ideal para ser su esposo; era simpático, amable y muy hermoso, era la combinación perfecta, lo que tanto buscaba en un Omega.
Después del trabajo el Omega saludó al alfa. Naoto había esperado pacientemente al Omega. Una parte de Naoto quería tomar y marcar a Takemichi pero, sabía que sólo terminaría asustándolo. Naoto se arrepentía de haber sido tan mal educado, grosero e indiferente con ese hermoso omega de cabellos negros antes, Takemichi no se lo merecía; él era tan bondadoso y amable, no era para ser tratado así. Takemichi de inmediato se colocó su abrigo para después acercarse al alfa de cabello negro.
-Tachibana-san… buen trabajo -sonrió para después hacerle una reverencia al alfa. Naoto lo imitó, cada vez que escuchaba la voz de Takemichi era como música para sus oídos. El alfa solo asintió, para después caminar a la par del Omega hacia la puerta del elevador.
-¿Quieres comer algo? -cuestionó el alfa mientras presionaba el botón del elevador (y este sólo se cerraba). Takemichi se quedó pensativo, para después asentir con la cabeza. Takemichi amaba cuándo Naoto lo invitaba a comer aunque claro, no importaba lo que fuera, con tal de estar con Naoto era suficiente para el Omega -¿Y qué quieres comer? -cuestionó con una ceja alzada, mientras ambos escuchaban la típica musiquita de elevador. Naoto estaba atento a lo que el Omega pudiera decir.
-Bueno… ¿Qué tal comida italiana? -cuestionó con una sonrisa -. Digo… si no es una molestia -mencionó con nerviosismo, tal vez Naoto no quería comer eso. El alfa asintió, si su Omega anhelaba eso, eso le daría. Aunque claro el único restaurante de comida italiana quedaba del otro lado de la ciudad.
-De acuerdo, creo que volveremos a tomar el metro para llegar -agregó. Takemichi le sonrió y agradeció por invitarlo a comer, después de eso ambos iniciaron a conversar cómo solían hacer. Takemichi siempre sabía que decir y cuándo no, sólo sonreía y asentía.
Cuando salieron del edificio, el alfa y el Omega de inmediato se dirigieron al subterráneo, querían llegar lo antes posible a comer. Takemichi amaba de la compañía de ese alfa tan atractivo y dominante.
Cuando entraron al metro, Naoto de inmediato impregnó su aroma en el Omega, no quería que lo que le pasó la vez pasada se volviera a repetir, el alfa quería que respetaran a su Omega. A Takemichi nunca le pareció raro que Naoto hiciera eso, es decir siempre lo hacía (desde aquella noche) y de cierta forma le encantaba que lo hiciera. Muy en el fondo él Omega quería creer que lo hacía para protegerlo de esos desagradables alfas, eso es lo que los amigos hacen, aunque cabe mencionar que Takemichi no tenía claro si era amigo del alfa.
Ambos sonrieron.
Después de unos minutos el metro se detuvo y ambos llegaron a su estación. Takemichi le sonrió al alfa y ambos subieron las escaleras. Comer con Naoto era todo lo que Takemichi anhelaba. Ambos llegaron al restaurante. El alfa sonrió, la compañía de Takemichi era muy encantadora. Ambos comieron y platicaron cómo siempre lo hacían cuando se juntaban.
Takemichi podría decir que sin duda pasar tiempo con Naoto hacía que su corazón latiera rápidamente. El alfa también estaba ansioso, pero trataba de no demostrarlo para no espantar al Omega. Tanto pasar tiempo con Takemichi lo había puesto a pensar sobre la palabra "matrimonio". Es decir, Naoto jamás pensó en tener pareja pero ahora que había estado conviviendo con este hermoso Omega y ver lo bien que se comportaba con él; se había puesto a recapacitar sobre tener a alguien.
Después de la cena Naoto llevó nuevamente a Takemichi a su departamento; y cómo siempre (después de sus "citas") el Omega lo invitó a pasar. Takemichi se sonrojaba cada vez que estaba a solas con ese atractivo alfa. Naoto sonrió con malicia, sabía de los sentimientos que despertaba en Takemichi. El Omega le ofreció una taza de café y ambos volvieron a conversar.
-Tachibana-san… perdón, Naoto -corrigió al ver cómo el alfa sorbía su taza de café. El alfa lo veía atento, Naoto en sí no sabía cómo darle a saber de los sentimientos encontrados que había iniciado a experimentar por él desde hace algún tiempo.
-Dime -habló sin despegar su vista de él.
-¿Somos amigos? -cuestionó con una sonrisa nerviosa. Takemichi en sí no tenía muy clara cuál era su relación, es decir desde aquella noche ambos se la pasaban juntos a veces después del trabajo pero, ninguno se atrevía a tener la "confianza" de una amistad de verdad.
Naoto se quedó pensativo, es cierto que nunca le comunicó al Omega cuáles eran sus verdaderas intenciones. Es decir, después de aquella noche en la que lo acompañó a casa: sólo bebieron café, cenaron, vieron una película para finalmente irse a dormir. Y de ahí, Naoto notó que la compañía de Takemichi no era tan mala, de hecho se le hizo muy agradable y por tal razón quiso pasar tiempo con él. Aunque tan sólo lo fue conociendo más a profundidad llegó incluso a sentir un poco de afecto qué iba más allá de la estima.
Naoto en sí quería decirle que si, que eran muy buenos amigos; pero una parte de él sabía que no sentía eso, no veía a Takemichi cómo sólo un amigo. Naoto tenía unas tremendas ganas de decir que correspondía a sus sentimientos, pero era demasiado orgulloso para confesarlo. Takemichi de inmediato notó la incomodidad en el alfa. "Qué pregunta más estúpida" pensó, por lo cual sólo se limitó a sonreír y cambiar de tema.
-Ya veo… mejor voy por unos pastelillos -agregó apunto de levantarse.
-Espera… -añadió Naoto al verlo fijamente -. Takemichi, bueno… yo… -el alfa era un manojo de nervios, casi nunca se abría con nadie -. Creo que me gustas y me gustaría tener algo contigo -agregó mientras mantenía la mirada hacia abajo y sus mejillas se tornaban de un color carmesí. Takemichi también sintió sus mejillas arder, desde hace tiempo él estuvo anhelando una oportunidad con Naoto Tachibana -¿Qué dices? Podemos intentarlo -agregó muy avergonzado mientras esperaba una respuesta afirmativa.
El Omega asintió con una sonrisa en su rostro.
-Me gustaría, Naoto -añadió mientras veía al alfa -¿Puedo…besarte? -cuestionó, ambos se vieron con nerviosismo pero el alfa asintió con una sonrisa en el rostro. El Omega se sentía muy feliz, no podía creer que su sueño de besar a su amor platónico se haría real, el Omega se acercó al alfa para después depositar un beso en su frente -. Entonces… ¿Ahora somos novios?
El alfa asintió para después levantarse de su asiento y rodear la cintura del Omega. Takemichi se estremeció al sentir los labios del alfa rozar los suyos, Naoto si que era buen besador, Takemichi disfrutó como ese alfa mordía y succionaba sus labios como si fuese un lobo hambriento.
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Destino.
FanfictionTakemichi es un secretario que está enamorado de cierto alfa, pero para su mala suerte el alfa no siente lo mismo por él. Por azares del destino es que un día su amor platónico se ofrece a acompañarlo a su casa. ❃Omegaverse. ❃Varias parejas.