Lo que siento por ti.

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Takemichi sonrió, mientras acostaba a Candy, uno de sus bebés en la cuna. Naoto suspiró con pesadez, mientras mecía a Connie para que se durmiera. Naoto siempre quiso ser padre, pero con la llegada de los bebés, no la había tenido fácil.  Sus hijos cumplirían dos años muy pronto. Takemichi le sonrió al alfa, para después, pedirle que le diera a Connie. Ambos gemelos eran idénticos a Naoto, lástima que, no fueran tan calmados cómo él. Aunque Takemichi sabía que, no podía dejar a los gemelos solos, pero, ahora que tenían dos bebés, tenían más gastos; por esa  razón fue obligado  nuevamente a trabajar. El Omega quería que, sus hijos estuvieran bien; sanos y felices. Así que, a pesar de que, Naoto no estaba de acuerdo, accedió a dejarlo trabajar nuevamente.

Para gracia de Naoto y Takemichi, la tía Hinata amaba cuidar a sus sobrinos cuando sus padres trabajaban.

Naoto estaba feliz por un lado y, por el otro, tenía muchas responsabilidades, pero, mientras estuviera con  su  Omega; estaría bien. Takemichi mecía a Connie de un lado al otro, hasta que, el bebé se quedó profundamente dormido. Seguidamente, el Omega colocó a su otro bebé junto a su hermano menor. Takemichi estaba feliz, tenía dos bebés hermosos para cuidar. El Omega sintió cómo Naoto le rodeó la cintura, para después, besar su nuca. Naoto realmente lo amaba. Después de eso, ambos fueron a su habitación.

El alfa estaba feliz, por fin tendría al Omega para él. Takemichi sonrió al sentir cómo el alfa lo besaba apasionadamente. Desde que los bebés nacieron, ya no tenían tiempo para ellos, solamente los cuidaban y trabajaban. Aunque Takemichi estaba cansado, sabía que, se lo debía a su alfa. Naoto lentamente fue subiendo la camisa del Omega, para después, besar y chupar sus pezones. Takemichi soltó un gemido de satisfacción. El alfa sonrió con malicia. Naoto estaba a punto de meter las manos entre el pantalón de su Omega, cuando en eso, escucharon un ruido en la cocina. Al principio iban a ignorarlo pero, Takemichi sabía que, otra vez se había metido el gato de  la vecina a su cocina.

—Naoto espera —agregó para empujar suavemente a su alfa —. El señor bigotes se metió de nuevo a la cocina —Naoto bufó con enfado ¿Por qué siempre había algo que los interrumpía en el acto? Aunque no quería dejar ir a su Omega, sabía que, el gato blanco de la señora Wilson se comería todo lo que encontrara a su paso.

—Está bien —añadió con frustración, mientras veía cómo su Omega se levantaba de la cama.

Takemichi le dijo que volvería enseguida. El Omega sabía que, esto enojaba a su alfa, pero, no quería que, ese gato regordete los dejara sin el desayuno de mañana. Al bajar las escaleras, el Omega de inmediato se dirigió a la cocina.

Takemichi iba a  prender la luz, cuando en eso, sintió cómo alguien lo agarraba por detrás y, colocaba una mano sobre su boca. Al inicio, el Omega se asustó, pero después de reconocer el aroma del alfa se calmó. Mikey besó la mejilla del Omega, para después soltarlo. Takemichi suspiró de alivio.

—Mikey ¿Qué haces aquí? —cuestionó en un susurró, para después encender la luz de la cocina. Grande fue su sorpresa al ver al alfa lleno de moretones y con un rasguño en la mejilla, sin mencionar que, sangre goteaba de su frente —Mikey  —mencionó con lástima.

Takemichi sabía que, su amigo siempre se metía en problemas pero, jamás salía tan herido cómo ahora. El alfa sonrió, para después, tomar la mano de Takemichi.

Aunque el alfa sabía que, ya no había oportunidad con el Omega, decidió visitarlo. Había tenido una batalla dura con unos motociclistas y lo habían dejado mal herido, lo único que quería el alfa; era ver a su omega.

—No me veas así —añadió, mientras jugaba con los dedos de Takemichi —. No me veas con lástima —sonrió. El Omega de inmediato se preocupó por el alfa. Takemichi sabía que, Manjiro era demasiado orgulloso para admitir sus problemas.

—Estás sangrando —susurró, mientras trataba de soltarse del alfa —. Iré por el botiquín —agregó, para después  alejarse del alfa, para después acercarse a una gaveta de la cocina.

Takemichi sabía que, Naoto se molestaría si se enteraba que, Mikey había venido nuevamente de visita pero, la salud del alfa era más importante. Mikey se sentó en una silla, mientras el Omega atendía sus heridas.

—Duele —agregó el alfa con una sonrisa. Mikey recuerda cuándo se metía en problemas y, su Omega siempre estaba ahí para curar sus heridas.

—¿Qué te pasó? —cuestionó el Omega con preocupación, sabía que, había ocurrido algo malo para que, Mikey acabara así. Por esa razón él había terminado con el alfa años atrás, sabía que, el alfa no le daría la vida que quería y, sólo se mantendría  buscando problemas.

—Unos motociclistas se enojaron porque, le dije a uno que, su tatuaje parecía una calcomanía de bebé —sonrió burlón —. Lamento molestarte tan tarde ¿Cómo están Candy y Connie? —cuestionó para cambiar de tema. Mikey sabía que, ambos bebés lo amaban y lo consideraban su tío más querido.

—Durmiendo —añadió, mientras terminaba —. Si Naoto te ve aquí, se enojará —avisó.

Takemichi sabía que, su alfa y Mikey no se llevaban bien pero, ambos intentaban hacer un esfuerzo, ya que Takemichi veía a Mikey cómo un hermano y, Naoto respetaba eso, pero aún seguía siendo celoso y posesivo con su omega.

—Está bien —agregó, para después, tomar la mano de Takemichi y besarla —, pero sabes, siempre puedes regresar conmigo, Connie y Candy serán como mis hijos —sonrió.

El Omega de inmediato alejó su mano del alfa, sabía que, eso jamás pasaría. El alfa volvió a sonreír, aunque por dentro le dolía ser rechazado por la persona que más amaba. Mikey de inmediato abrió la ventana y salió. Takemichi Suspiró aliviado, solamente quería que, Mikey dejara de meterse en problemas y que, tuviera una vida normal y tranquila.

Mikey suspiró con pesadez. Sentía tanto dolor por no tener a su Omega junto a él, pero sabía que, Takemichi se merecía una vida normal, alejado de las pandillas. El alfa de inmediato recibió una llamada. "Draken". La persona de la que menos quería saber en este momento. Desde hace dos noches Draken le había confesado de sus sentimientos pero, el único problema es que, ambos eran alfas. Mikey siempre vió a Draken como un amigo ó cómo parte de su familia pero, el otro alfa no lo veía así.

Mikey estaba en un completo dilema, desde hace dos noches no había cruzado palabra alguna con el mayor. No sabía si corresponderle o no pero, Mikey tenía aún la esperanza de que, Takemichi dejaría a ese alfa y vendría a sus brazos por cariño y protección.

Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora