Baji Keisuke suspiró con pesadez al ver de pies a cabeza a aquel chico, Baji era el empresario más joven que había en la ciudad. Chifuyu trató de mantenerse serio ante aquella mirada tan demandante por parte de aquel alfa. Chifuyu sabía que, no era fácil entrar a trabajar aquí y, menos si eras un omega, pero, eso no era impedimento. Chifuyu Matsuno se mantenía serio y en neutro, había escuchado uno que otro rumor sobre Baji Keisuke pero, no le daba miedo en absoluto. El alfa podría ser muy demandante y severo pero, Chifuyu sabía que, un secretario debe hacer frente a los desafíos y, más si ibas a tener al peor jefe del mundo.
—¿Me repites tu nombre? —mencionó como si nada, mientras encendía su computador. Chifuyu apretó los puños, su jefe era un grosero, pero cómo sea, un secretario debía de tener paciencia.
—Chifuyu Matsuno —agregó al colocar sus manos detrás de la espalda. Éste era el primer empleo de Chifuyu después de su graduación, una parte de él estaba nervioso y la otra parte; estaba felíz, el Omega ansiaba con todo su ser quedarse con el puesto de asistente personal del señor Keisuke. Pero, antes de venir, escuchó uno que otro rumor sobre su jefe y lo difícil que podía llegar a ser.
Baji frunció el ceño. El alfa cada cierto tiempo busca secretarias; ya que, ellas casi siempre renuncian a dos semanas de iniciar a trabajar, pero, nunca había venido un Omega en busca del puesto. Aunque Baji pudo contratarlo de inmediato por la falta del personal; él era demasiado exigente a la hora de buscar una secretaria.
—Haber… Matsuno —agregó al teclear algo en el computador y, ver los datos del Omega. Aunque su currículum parecía prometedor, eso no le servía de nada a él, si Baji iba a contratar a alguien; más valía que ese alguien cumpliera con sus necesidades —. ¿Sabes preparar un buen café? —mencionó serio. Chifuyu Matsuno no sabía si era una broma ó no, pero, el alfa parecía que, no estaba bromeando.
El Omega se quedó pensativo por unos momentos, para después abrir los labios.
—¿Cappuccino ó Ristretto? —sonrió —. Trabajé en una cafetería antes, así que, sé más ó menos preparar 10 tipos de café.
—Sabes, trabajar aquí no es fácil… ¿Estás seguro de que quieres? —añadió con una sonrisa —. Por lo general, mis secretarias siempre se quejan y se van al poco tiempo.
El rubio sonrió con calma; cada trabajo tiene una parte desagradable que, él estaba más que dispuesto a soportar. El Omega asintió, diciendo que, estaba bien con lo que sea y, soportaría todo lo que le pasará. Baji no estaba para nada feliz con el resultado, pero, cómo sea, le daría la oportunidad de sufrir al Omega. Aunque claro, el alfa le dió una lista larga de las cosas que tenía que hacer cada día; cómo prepararle uno de esos café especiales, ordenar su agenda y, sobre todo, recibir y redactar sus cartas personales.
El rubio estaba feliz, por fin consiguió lo que quería. Aunque Chifuyu creyó que, el trabajo era fácil, su jefe en sí no lo era. Baji Keisuke era demasiado exigente y no perdonaba ningún error, por ello es que, el Omega tomó sus precauciones y, trató de hacer todo a la perfección, sabía que, con un sólo error; le daría el gusto al alfa de despedirlo. Aunque eso no era todo, todos los días tenía que soportar el acoso por parte del resto de oficinistas pervertidos y, aunque su jefe lo sabía, no hacía nada para defenderlo.
Baji veía hasta donde llegaría el Omega, por lo general sus secretarias siempre renunciaban; ya que, el trabajo era difícil para ellas. Pero, el pelo negro estaba sorprendido, el Omega aguantaba bastante bien todo, y no decía absolutamente nada. Aunque el rubio sabía que, no estaba bien lo que estaba haciendo con él, sabía que, no podía renunciar, debía seguir trabajando, necesitaba el dinero.
—Al café le falta azúcar —añadió al tirar la taza de café al suelo. El rubio tensó los ojos, pero no dijo nada, nada más se limitó a recoger los restos de la taza —. Si renuncias ahora, te daré un bono extra en tu liquidación —añadió con una sonrisa —. No estás hecho para ser mi asistente personal.
El ojos azules sólo tensó la mandíbula, Baji era demasiado cruel. Aunque Chifuyu estaba cansado de ser el simple entretenimiento de su jefe, no se rendiría tan fácilmente. El rubio sólo negó con la cabeza y de inmediato se levantó del suelo.
—Le traeré otro café, señor Keisuke —mencionó con un quebrante tono de voz.
El Omega sintió cómo las lágrimas caían de sus mejillas, el trabajo era demasiado difícil y, para colmo, debía soportar a ese montón de pervertidos al salir de la oficina de su jefe. ¿Por qué Baji tenía que ser tan complicado? ¿Por qué lo quería sacar de aquí? Pero no, no le daría lugar, Chifuyu de inmediato se limpió las lágrimas y, se dispuso a terminar de preparar el café para su jefe.
Baji por otro lado estaba pensativo ¿Por qué ese Omega no se iba? Ya había tardado más de la cuenta, por lo general sus secretarias se van a las dos semanas, pero, ya habían pasado dos meses y, ese omega seguía aquí ¿Tan necesitado estaba? Ni él soportaría ese trato tan desagradable. No es que, Baji detestara a Chifuyu pero, es que, a él le encantaba divertirse con las secretarias de ésta forma; sí, disfrutaba de hacer de la vida de las secretarias un maldito infierno.
—Señor, su café —mencionó con un quebrante tono de voz. Baji de inmediato volteó a verlo y, notó que, el Omega tenía los ojos rojos e hinchados; cómo si hubiera llorado.
—¿Por qué lloras? ¿Tanto te duele ser humillado? —agregó con una sonrisa de satisfacción.
Chifuyu limpió sus lágrimas, la verdad es que, mientras estaba terminando de preparar el café de su jefe, un tipo se le acercó por detrás y trató de quitarle la camisa. El Omega se mantuvo callado y, de inmediato le hizo una reverencia a su jefe.
Baji sólo lo vió irse y, de inmediato le dió un sorbo a su café, para después encender su computadora y, cómo cada mes; checar las cámaras de seguridad.
El alfa escupió su café, mientras sentía como la ira se apoderaba de su ser, no sabe por qué, pero sintió cómo un balde de agua fría le caía en la espalda al ver la escena de su secretario apunto de ser profanado. Baji no sabe porque, a lo mejor era por qué, apesar de todo, ya se había encariñado con Chifuyu y, se había acostumbrado a que, sólo él lo podía atormentar de tal forma.
Chifuyu ya había tomado una decisión, apesar de que, necesitaba el dinero, este trabajo no era para él, tenía a un maldito cómo jefe y, por poco abusan de él. Aunque el Omega estaba más que dispuesto a seguir laborando aquí, ya no podía, estaba harto. El hecho de que casi lo hayan profanado le dolió muchísimo.
Chifuyu ya había terminado su carta de renuncia, cuando en eso, la puerta de la oficina de Baji se abrió de un portazo. Baji estaba enojado, nadie daña ni hace llorar a su secretario (además de él, claro). Baji estaba sumamente enojado, es cierto que, había hecho de la vida laboral de Chifuyu un infierno, pero, a eso de que alguien más le hiciera daño, eso no lo iba a permitir.
—¿Señor Keisuke… todo está bien? —cuestionó el Omega confundido. Baji de inmediato se acercó a él y lo tomó de la mano.
—¡¿Quién fue?!—cuestionó con cara de querer matar a alguien — ¡Habla escoria ó me enojaré contigo también! —gritó. Chifuyu acató lo que le estaba preguntando, pero no entendía el por qué su jefe actuaba así. Baji no dijo nada ante la pregunta qué le hizo Chifuyu y, de inmediato le soltó la mano para ir a despedir a ese desgraciado.
Después de unos días. Chifuyu inició a notar un pequeño cambio en su jefe ¿A lo mejor estaba enfermo y por ello, no lo estaba fastidiando con estupideces? Pero bueno, mejor disfrutar que su jefe no estaba bien para trabajar en paz. Baji trató de ser menos desagradable con Chifuyu, sería un desperdicio dejar ir a alguien cómo él que, hace un trabajo excelente.
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Destino.
FanfictionTakemichi es un secretario que está enamorado de cierto alfa, pero para su mala suerte el alfa no siente lo mismo por él. Por azares del destino es que un día su amor platónico se ofrece a acompañarlo a su casa. ❃Omegaverse. ❃Varias parejas.