Destino.

Tu presencia.

Baji vió fijamente el reloj en su pared, acababa de levantarse. El distinguido empresario Baji Keisuke no era muy distinto a los demás. Baji siempre tenía una mañana normal; salía a correr a las 5 AM. Se daba un baño y, se iba a la oficina, para después, ver a su secretario que le llevaba el desayuno y, lo ayudaba con su rutina laboral. Sí, su hermoso y paciente secretario.

Para Baji fue muy difícil adaptarse a un sólo secretario, ya que, a cada tiempo, tenía una nueva para atormentar. Pero, Chifuyu de cierta forma se había ganado su respeto. El Omega era demasiado paciente y tolerante con él. Por esa razón, lo amaba. Pero, Baji en sí, no sabía cómo demostrarlo. Por lo general, él estaba acostumbrado a hacer lo que quería con sus secretarias y, ellas estaban más que dispuestas a coperar, pero, Chifuyu era distinto.

Cuándo Baji terminó su rutina de cada mañana, se fue directo a la oficina.

Chifuyu por otro lado, aún seguía en casa arreglándose. Aunque el Omega no sabía que, ser un secretario sería tan difícil; al conocer a Baji Keisuke; supo que, tenía que hacerle frente a los desafíos. Al alfa era muy difícil de aguantar y de complacer pero, el Omega no estaba acostumbrado a rendirse. Trabajaba para una compañía importante, tenía un buen sueldo y, la reputación de ser el asistente personal permanente de Baji Keisuke.

Al llegar al edificio, el Omega entró al ascensor. Todos aquí lo respetaban después de ponerse ese collar tan humillante. El de inmediato se dirigió a la oficina de su jefe; con el desayuno en manos.

-Buenos días, Keisuke-sama -saludó al poner la bolsa de comida en la mesa junto al sillón.

Baji no dijo nada, solamente se limitó a ver a su Omega repartiendo su comida. Baji en sí, estaba enamorado de Chifuyu Matsuno, pero, no sabía cómo decirlo o cómo lidiar con su enamoramiento. Para Baji, cortejar era sinónimo de una cena y un acostón. Pero, parecía que, a Chifuyu no le gustaría algo así, menos de cómo lo trató la última vez.

-¿Cuál es la agenda del día? -cuestionó con frustración. El Omega de inmediato le empezó a decir todo lo que harían ese día.

-Pero, tendremos dos horas libres -añadió para sonreír. Chifuyu sabía que, Baji Keisuke era una persona difícil y, era un golpe de suerte que, él siguiera trabajando aquí. No cualquier persona soportaría a un jefe como el suyo.

El alfa asintió con afirmación. Después de eso, ambos siguieron trabajando como de costumbre. Tener la presencia de Chifuyu con él, era muy agradable para Baji. El Omega siempre estaba atento a todas sus necesidades y, cuándo lo insultaba el Omega sólo se limitaba a sonreír, mientras ponía las manos detrás de la espalda. Chifuyu no entendía cómo es que, aguantaba tanto a Baji Keisuke. El peli-negro a veces podía ser muy grosero con él, pero él nunca le decía nada ó pensaba en renunciar. Ni cuándo el alfa trató de abusar de él. Tener este empleo si que era un completo desafío, y Chifuyu amaba los desafíos.

-Bien, tenemos dos horas libres antes de la entrevista de trabajo -añadió, mientras tomaba asiento en el enorme sillón de su jefe. El alfa asintió, para después, abrir los labios. El alfa en sí, no sabía lo que podía conseguir pero, no perdía nada al intentarlo.

-¿Quieres ir a tomar un café conmigo? -cuestionó el alfa. Nunca Baji Keisuke había invitado a alguien de forma directa, por lo general sus secretarias siempre le seguían el juego y se acostaban con él sin dudarlo ó, sin esperar una invitación formal. El Omega lo vió con sorpresa ¿Había escuchado bien? ¿Baji Keisuke lo estaba invitando?

Chifuyu no recuerda cuando fue la última vez que salió con alguien ó si tuvo novio alguna vez. Para el Omega, las relaciones románticas nunca fueron lo suyo. Pero, tratándose de su jefe, tal vez haría una excepción. El Omega lentamente sonrió y asintió. A fin de cuentas, sólo sería una comida cómo jefe y empleado, nada más. No tenía por qué haber segundas intenciones. Baji Keisuke parecía una persona fuera de su radar.