Deja vu

Capitulo 9

– No, muévete.

Dijo Soren sin quitar los ojos de Theo.

– Carácter fuerte, lo entiendo amigo pero ya sabes intento arreglar las cosas con mi chic...

Theo no termino de hablar porque Soren lo interrumpió antes de terminar la palabra.

– ¿Amigos? no somos, así que ahora muévete del maldito asiento.

– No, llegue primero.

– Un año tarde llegaste me parece así que ahora levanta tu trasero y sal de mi vista.

– Suficiente.

Ambos fruncieron el ceño al escucharme.

– Ya lo tengo controlado...

– No le hables.

– Suelo hacer más que hablar con ella, no lo entenderías, de todos modos ella solo te uso hasta que el chico de su vida regresara...

Y sin poder contradecir la insinuación de Theo, Soren estampó su puño en el rostro de Theo.

– Idiota.

Masculló Theo.

– Muévete.

– Vete al demonio.

Theo se levantó y con unos pasos ya estaba sentado a lado de Cassie, acto que me dio náuseas, no por ella, sino porque en cuanto yo me parara el la manipularía para que me dé el lugar.

No me sorprendió el hecho de que el no se haya defendido, Theo, él suele ser el chico perfecto enfrente de todos, lo cierto es que no sabe controlarse, si hubiese peleado, esto iba a terminar bastante mal.

– De nada.

Dijo una voz que hizo que me sobresaltara, Soren.

¿El piensa que yo debo agradecérselo?

– ¿De nada? – bufé frunciendo el ceño.

Él me miro confundido.

– Te dije que no volvieras con el.

– ¿Y supusiste que yo te haría caso? ¿o que yo quería eso?

– no jodas ¿volviste con él?

– Soren, no.

– Si lo pienso bien, son tal para cual.

– Cállate.

– Te salve de muchos rumores ¿podrías decir algo?

– ¿Tú, salvarme? permíteme reírme.

– Si alguien más te veía, ahora mismo serías el payaso de medio colegio.

– En primer lugar, sería mi puto problema, en segundo, jamás voy a necesitar que me defiendas sácate de la cabeza que tengo que darte las gracias, en lo que a mi respecta, no tengo porque darte las gracias ¿por que debería? acabas de hacer la típica escena cliché de un novio posesivo, manipulador, abusivo y tóxico– el solo miraba al frente sin emitir ninguna interrupción –Y de eso nada, leo demasiado como para querer algo así en la vida real.