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—¿quien está ahí?

¡ay por San Juditas, me van a descubrir!

entré en pánico, y realmente no pasa nada bueno cuando me pasa, esta es una de las veces en las que mi cuerpo se mueve solo al ser presa del miedo y el nerviosismo, le di un golpe que lo puso a dormir de nuevo, también hubo un pequeño estruendo, cuando digo pequeño me refiero a que incluso el presidente pudo oír el golpe. 

escuché los pasos apresurados venir al cuarto y en le umbral apareció Hiwa con cara de confusión.

—fue él...— traté de defenderme, ni siquiera yo me creo esa estupidez como para que Hiwa se lo crea. 

hay cosas que duelen, pero la mirada que me dirigió dolió mas que cualquier otra herida, había dolor y decepción, por dios, ¿tanto le dolió verme con Henry o será porque estaba en una habitación sola con su primo casi desnudo?

—vine a hablar contigo, pero creo que me equivoqué de habitación.

suspiró y me indicó que lo siguiera... ¿vamos a dejar a su primo así? no hay nada de malo, pero no creo que le guste recordar al despertar lo que le hice.

caminaba con la cabeza abajo, ni siquiera se lo que debo decir, supongo que una disculpa, pero no entiendo porqué, no sería una disculpa verdadera sino no lo siento, definitivamente no fue una buena idea venir sin un plan, ahora me siento vulnerable. 

cuando llegamos me dejó entrar primero, a lo que yo me senté en su cama. vi que cerró su puerta tras de si y me puse mas nerviosa, tranquila Megan, piensa en la biblia y en lo que dice, no puede haber ningún encuentro intimo antes de la boda... ¡al diablo con eso!, ¡al final de cuentas ni siquiera tengo religión!

—yo...

hablé y me quedé pensando un poco que decir, me hizo señas de  que prosiguiera a hablar.

—ya sé, no me apures— suspiré tratando de que de mi boca salgan las palabras adecuadas— lo siento mucho... sabes no sé realmente qué fue lo que te molestó, Henry es solo mi profesor, y me enseña a poder entenderte... y lo de hace rato fue un accidente, pensé que había entrado a la habitación correcta.

no dijo nada, bueno claramente no podía, pero tampoco hizo algún tipo de seña, y se me ocurrió algo para tal vez pasar el ambiente de tenso a romántico. 

—si tu me lo pides...— me paré y empecé a caminar a él, él solo me miraba expectante— puedo dejar de hablar o tener algún tipo de contacto con él, solo si tu me lo pides.— lo abracé mientras levantaba la cabeza, porque era muy alto.

el me miró con una ceja alzada, como la primera vez que intenté seducirlo, y me di cuenta que había metido la pata.

—quiero decir... t-tu entiendes a lo que me refiero... diablos, creo que acabo de arruinarlo. 

aparté la mirada por la verguenza, empecé a sentí su pecho vibrar de repente, al levantar de nuevo la mirada vi que estaba riendo y me sentí confundida.

—¿no estás... molesto?

—en realidad nunca lo estuvo—habló una tercera voz— de hecho todo fue una broma, aunque al principio si lo estuvo, se dio cuenta que sería una gran broma para ti, después de todo estabas sufriendo al estar confundida.

de quien provenía la voz era de Natt, quien estaba del otro lado de la puerta, yo me aparté de Hiwa y abrí la puerta solo para verla apoyada en la pared.

—¿escuchaste todo?

—de hecho estoy aquí desde que entraste a golpear al idiota, por cierto que buen golpe.

Silencioso Amor [libro #1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora